Entrevista | Raúl Robles Investigador de la Universidade da Coruña en biotecnología

“De residuos urbanos sacamos biodiésel, y componentes de vitamina A y de fármacos”

“Reutilizamos un gas con CO2 que no se aprovecha con dos tanques con microorganismos”

El investigador en Biotecnología Avanzada Raúl Robles, con uno de sus cultivos.

El investigador en Biotecnología Avanzada Raúl Robles, con uno de sus cultivos. / IAGO LÓPEZ

El bilbaíno Raúl Robles estudió Ingeniería Química en Cantabria, y, tras el máster, le contactó el profesor de la Universidade da Coruña (UDC) Christian Kennes para investigar cómo utilizar bacterias para reutilizar gases que causan efecto invernadero. Investigador del Centro Interdisciplinar de Química e Bioloxía (CICA), acaba de defender una tesis en Biotecnología Avanzada en la que muestra cómo aprovechar gases de la descomposición de residuos uranos para sintetizar biodiésel y componentes para fabricar vitamina A.

¿Qué gas reutilizan?

Lo que se llama gas de síntesis. Se produce en plantas que producen gas a partir de biomasa, o residuos industriales o urbanos, y es un residuo. Es rico en dióxido de carbono, monóxido de carbono e hidrógeno. Actualmente se realiza un tratamiento para no lanzarlo directamente a la atmósfera, pero no se saca un beneficio de él. Nosotros lo utilizamos para la fabricación de biodiésel. Ya había procesos, pero tienen lagunas: necesitan una cantidad de energía muy alta, 300 o 400 grados para que se produzca la reacción necesaria.

¿Cómo transforman el gas?

Usamos dos microorganismos. Primero empleamos unas bacterias anaerobias, que se mueren en contacto con el oxígeno, pero que son capaces de absorber los gases ricos en carbono. Lo metabolizan y expulsan varios productos. El que nos interesa a nosotros es el ácido acético.

¿Y el segundo microorganismo?

Son levaduras, estas sí pueden estar al aire libre y se alimentan de oxígeno. Estas metabolizan el ácido acético y generan el producto final, el biodiésel, con lo que el proceso global sería una combinación de estas dos transformaciones.

¿Esto se haría en una especie de planta industrial?

La salida de los gases residuales entraría en una especie de tanque, un reactor. Es un caldero grande con un líquido, en su mayoría agua, con condiciones óptimas para el crecimiento de la bacteria. Meteríamos el gas por abajo. A medida que la bacteria crece, va generando el ácido acético, y cuando llegamos a una concentración lo suficientemente alta lo pasamos por una tubería a otro tanque en el que están las levaduras. Aquí se producirían lípidos, que son aptos para la producción de biodiésel, y también carotenoides. De ahí los sacamos mediante técnicas de extracción.

¿Y estos carotenoides para qué se pueden emplear?

Para industrias como la nutrición o farmacéutica, y también como colorante alimenticio, aunque este no sería su principal uso, porque vale sale más barato producirlo de manera química, y no biológica, como nosotros. Sin embargo, para las aplicaciones farmacéuticas o de nutrición, con estándares mucho más específicos, el método químico deja más que desear.

¿Para qué se podría emplear el compuesto que elaboran estas levaduras en la industria alimenticia?

Es un precursor de la vitamina A.

¿Este proceso se podría aplicar actualmente en una industria?

El estudio que he realizado es preliminar, y no estamos produciendo en continuo. De hecho, tenemos como idea para los próximos estudios y experimentos intentar montar el proceso entero de manera continua; es posible pero la velocidad en la que se produce el ácido acético y con la que se consume no es la misma, así que hay que igualarlas.

¿Es económicamente rentable?

De momento los estudios indican que estamos todavía lejos de conseguir un rendimiento que sea aplicable a la industria. Esto depende de tres factores, uno de los cuales es aumentar el rendimiento. Otro es que la legislación esté de nuestra parte: si la Unión Europa lanza un decreto en el que se fomenten este tipo de procesos, o da ayudas, nos facilitaría las cosas a la hora de industrializarlo. Y por ultimo, tendríamos que tener en cuenta a qué precio se va a vender el biodiesel, para ver si es rentable o no producirlo.

¿Cuál es el futuro de esta línea de investigación?

Nuestra idea es seguir trabajando en la misma línea. Por el momento no tenemos financiación privada, porque son estudios preliminares, pero nuestra idea es aumentar bastante el rendimiento, y probar con otros tipos de reactores, porque en los actuales el dióxido de carbono resulta poco soluble. Y, en un futuro, escalar a planta piloto.