Las caídas en el rural causan la mitad de los ingresos por traumatismos en Lesionados Medulares de A Coruña

La Unidad del Chuac, que recibe a pacientes de toda Galicia, atiende “entre 40 y 45” casos de ese tipo cada año

Los afectados son, sobre todo, mayores que se accidentan en tareas de mantenimiento

Un paciente trabaja con el robot Lokomat, en las instalaciones de la Unidad de Lesionados Medulares del Hospital Universitario de A Coruña (Chuac). |

Un paciente trabaja con el robot Lokomat, en las instalaciones de la Unidad de Lesionados Medulares del Hospital Universitario de A Coruña (Chuac). | / Arcay/Roller Agencia

Ocho de cada diez ingresos en la Unidad de Lesionados Medulares del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), de referencia para toda Galicia y parte del noroeste español —y que, por tanto, recibe a pacientes procedentes de cualquier punto de la comunidad gallega, e incluso de las autonomías limítrofes—, son debidos a traumatismos, la mitad de ellos, producidos “por caídas en el medio rural” , explica el doctor Antonio Rodríguez Sotillo, responsable de ese servicio hospitalario, quien especifica que la mayoría de los afectados, en estos casos, son “personas mayores” que sufren ese tipo de accidentes durante el desarrollo de “tareas de mantenimiento de su domicilio”. “No existe lesión medular pequeña, las secuelas son siempre importantes”, proclama el doctor Rodríguez Sotillo, antes de detallar que “el problema de los accidentes en el medio rural” es “multifactorial”.

La sociedad gallega está muy envejecida, y también influye nuestro estilo de vida puesto que, en Galicia, un porcentaje importante de población vive en casas independientes, en un medio muy rural, y este tipo de viviendas precisan tareas de mantenimiento. Y, muchas veces, los ciudadanos no somos conscientes de la edad que se nos va cayendo encima”, considera el responsable de la Unidad de Lesionados Medulares del Chuac, quien apunta que “caídas que en una persona de 40 años, quizás, no se producirían” o “tendrían muy pocas consecuencias”, en alguien de “70, 75 u 80 años… pues ahí está”.

"Consecuencias fatales"

“Hace unos meses, tuvimos en nuestra Unidad a un paciente de 84 años, que se subió a una escalera para arreglar un canalón, se cayó y, debido a ese accidente, sufrió una tetraplejia, con unas consecuencias, obviamente, fatales”, resalta el doctor Rodríguez Sotillo, quien asegura que “la prevención de los accidentes de tráfico es sencilla” —“de hecho, se ha producido y ha dado sus frutos, aunque ahora ha habido un repunte, porque se hacen más kilómetros, hay más desplazamientos...”, indica—, algo que, desde su punto de vista, no ocurre con las caídas en el medio rural.

“Está claro que ha habido una disminución de los muertos por accidentes de tráfico, y también un descenso de las lesiones medulares provocadas por estos siniestros. Los controles de alcoholemia y de velocidad, así como el carné por puntos, son eficaces en cuanto a la prevención, en este caso”, señala el responsable de la Unidad de Lesionados Medulares del Chuac, e incide: “Igual que la prevención de los accidentes de tráfico y de las lesiones medulares por zambullidas está clara —por parte de la Dirección General de Tráfico (DGT) y a través de los medios de comunicación, respectivamente—, las caídas en el medio rural son muy difíciles de precaver, porque partimos de un hecho, y es que no somos conscientes de la edad que tenemos. Y el envejecimiento poblacional ahí está”.

Muchos más hombres que mujeres

Insiste el doctor Rodríguez Sotillo en que “la lesión medular (y en este caso de las caídas en el medio rural también)”, se da en “una proporción de tres/cuatro hombres por cada mujer”. “Ese hombre que se sube a podar un árbol, a arreglar el tejado… a realizar esas tareas de mantenimiento y más riesgosas de autoconsumo...”, describe. “Por ejemplo, todos los años vemos algún caso de lesión medular por caída de cerezo, un árbol que en A Coruña no se da, pero en el resto de Galicia sí”, apunta el responsable de la Unidad de Lesionados Medulares del Chuac, un servicio hospitalario con “picos de actividad” en determinadas épocas del año.

El doctor Antonio Rodríguez Sotillo.

El doctor Antonio Rodríguez Sotillo, responsable de la Unidad de Lesionados Medulares del Chuac. / LOC

"No existe lesión medular pequeña, y en las personas mayores tiene muchísimo mayor impacto, puesto que estos pacientes acostumbran a tener otras comorbilidades"

Antonio Rodríguez Sotillo

— Responsable de la Unidad de Lesionados Medulares del Chuac

“Esto va por temporadas, y la llegada del buen tiempo suele traer consigo un aumento de los ingresos en nuestra unidad”, reconoce el doctor Rodríguez Sotillo, quien hace hincapié, en este punto, en que el “impacto” de una lesión medular “es siempre tremendo”. “Evidentemente, hay mayores o menores impactos, no obstante, la lesión medular trae consigo trastornos de esfínteres, de sensibilidades, de espasticidad, dolor... No existe lesión medular pequeña, y en las personas mayores tiene muchísimo mayor impacto, puesto que estos pacientes acostumbran a tener otras comorbilidades. Y cuando una persona sufre ya otras patologías concomitantes, si a eso le sumas una lesión medular... la complejidad médica de ese perfil de pacientes es alta”, refiere el responsable de la Unidad de Lesionados Medulares del Chuac, un servicio hospitalario en el que ingresan, anualmente, “unos 130-140 pacientes”. “Agudos, en torno a un centenar, por tanto, hablamos de entre 40-45 ingresos por caídas en el medio rural cada año”, estima.

"Ya hemos tenido una lesión medular por zambullida, y fue contra una piscina, no contra el mar"

Ya hemos tenido una lesión medular por zambullida este año, y fue contra una piscina, no contra el mar”, advierte Antonio Rodríguez Sotillo, responsable de la Unidad de Lesionados Medulares del Chuac, cuando faltan apenas diez días para el inicio del verano, una época en la que ese servicio hospitalario acostumbra a llenarse. “Los veranos son terribles para nosotros, porque se llevan a cabo más actividades al aire libre, hay más desplazamientos y se producen accidentes de tráfico. Nuestro trabajo es muy estacional”, explica el doctor Rodríguez Sotillo, quien subraya que, en el caso de las lesiones medulares por zambullida, “la prevención es muy sencilla”. “Con pensar en que te puedes quedar tetrapléjico por tirarte de cabeza al agua, ya está”, recalca.

Aunque, en el verano de 2023, los especialistas de la Unidad de Lesionados Medulares del Chuac no atendieron a ningún paciente con lesión medular por zambullida, y el año anterior fueron “solo” dos —“un niño que se tiró de cabeza contra un arenal, y otro que se lanzó desde una tabla de surf al agua”—, y ninguno de esos dos casos tuvo “las consecuencias nefastas” que suelen acompañar a ese tipo de accidentes, en 2021, tras los sucesivos confinamientos de la pandemia, fueron “seis” los pacientes que ingresaron por esa causa en el servicio hospitalario que dirige el doctor Rodríguez Sotillo.

El especialista del complejo hospitalario coruñés explica que, en sus cuatro décadas de profesión, “jamás” ha visto a una mujer con lesión medular por zambullida. “Los afectados acostumbran a ser hombres jóvenes, que en un contexto de exaltación de la amistad, mientras disfrutan en grupo de un día de playa, hacen cosas que no debieran, como tirarse de cabeza al agua, no controlando bien la profundidad existente o no teniendo una técnica muy depurada”, explica el doctor Rodríguez Sotillo, quien reivindica, en este punto, “el papel que han jugado los medios de comunicación”, en los últimos años, “en la prevención de la lesión medular por zambullida”.

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