“Nos cuesta más hablar de la vejez que de la muerte”

“Discuto un poco esta idea de que del dolor se aprende”

La escritora Magalí Etchebarne.   | // ISABEL WAGEMANN

La escritora Magalí Etchebarne. | // ISABEL WAGEMANN

Magalí Etchebarne (Buenos Aires, 1983) asegura estar “muy ilusionada” por visitar Galicia. Lo hace para presentar su libro La vida por delante, con el que ganó el VIII Premio Ribera del Duero de Narrativa Breve. Esta tarde (19.00 horas) charlará con los lectores en la librería Moito Conto.

Ya con el título, La vida por delante, manda un mensaje importante.

Sí, es un poco una frase irónica. Es algo que un

personaje le dice a otro en un momento muy particular, en el que está una mujer casi postrada en la cama porque ha tenido un accidente y alguien se acerca con buenas intenciones y le dice eso. Es una frase que se suele decir a alguien joven

para que no sufra, para que no se compadezca demasiado de lo que está pasando y piense en el futuro. A mí siempre me parece una frase un poco amarga porque no quiere decir nada. No se sabe si hay vida por delante o qué clase de vida. En

el origen, ese era el título del segundo relato. Yo había presentado el manuscrito al concurso con otro título y luego en la edición decidimos cambiarlo y usar este.

¿Cómo son esos cuatro relatos que componen la obra y qué relación tienen entre ellos?

Son cuatro relatos relativamente extensos, aunque no son cuentos muy largos pero quizás sí son más extensos que los cuentos que yo había escrito en mi primer libro. Yo digo que están entrelazados de forma subterránea. Me interesaba la idea de cuatro cuentos que se pudieran leer con total independencia pero que cuando uno hubiera leído los cuatro juntos sienta que atravesó una suerte de viaje emocional por diferentes estados. Hay temas que se repiten, como la muerte que, a pesar de que el libro se llama La vida por delante, está muy presente en los cuentos, o la pérdida de un ser querido, de la juventud y del amor. Esos elementos van, yo digo, viajando subterráneamente. Aparecen también algunos temas como el trabajo, la madre, las relaciones, la amistad, pero todos de una manera entrelazados entre sí.

¿Por qué nos cuesta tanto hablar de la muerte?

Porque la tememos bastante en general, porque es triste y también porque así crecimos. Yo creo que nos cuesta más hablar de la vejez que de la muerte. Lo que más espanta es eso, las formas de la vejez. De cualquier manera, noto mucha diferencia, y eso es lo que me sorprende, que viajo a Europa y la calidad de vida de los viejos aquí es diferente a la de mi país. En Argentina es muy difícil encontrarte un viejo que esté contento, que esté ilusionado, que todavía tenga luz. Están muy preocupados, muy asustados, muy a la intemperie, muy desprovistos de ayuda, de apoyo, y eso, en general, es difícil. Allí esa vida por delante no asoma luminosa.

Sin embargo, siempre buscamos el amor. De eso sí se habla.

Bueno, no estoy muy segura de que el amor salve a estos personajes. Creo que, de cierta forma, el amor brilla por su ausencia en estos cuentos. No aparece el amor como se conoce, sino que aparece en la ternura en el cuidado, el amor entre una madre y una hija o entre amigas. La amistad aparece en todos los cuentos de una forma un poco salvadora.

Intentamos escapar del dolor, pero sus personajes se quedan anclados ahí. ¿Por qué?

Porque no creo que sea tan fácil siempre salir del dolor. Discuto un poco esta idea de que del dolor se aprende o de que necesariamente lo que hay que aprender del dolor es algo bueno y algo que te vuelve mejor. Lo que les pasa a estos personajes es que están demorados en una situación difícil y, sobre todo, lo que están haciendo es memoria. Hay algo del pasado que los imanta, que no los deja del todo avanzar, y no porque no quieran, sino porque no pueden.

El jurado del Premio Ribera del Duero destaca su “humor auténtico”. ¿De dónde le viene?

Creo que es una manera, en los cuentos, de vengarme de lo doloroso.

Muchas veces el humor es una forma de tomar una distancia que te permita estrujar un tema y mostrar lo absurdo de lo que duele.¿Qué supone haber recibido este galardón?

Primero, este viaje increíble por un montón de ciudades para presentar el libro. M

i vida no se parece nada a todo esto.

Esto es una posibilidad increíble de llegar a una cantidad de lectores muy grande. Después,

el premio es como una palmada a la espalda,

una forma de hacerte sentir bien.

Y también, obviamente, el premio económico, que se agradece y que me viene muy bien.

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