Rubén García.A CoruñaEl subsuelo coruñés está recorrido por más de 218 kilómetros de tuberías de Gas Natural -la Ciudad Vieja es el único barrio donde no opera-, para dar servicio a 35.000 hogares. En A Coruña su utilización es relativamente reciente y los fallos del sistema se reducen a desalojos de edificios o pequeños sustos por fugas.El gas natural llega a A Coruña desde el gaseoducto que conecta Tui (Pontevedra) con Vilalba (Lugo), en un recorrido kilométrico que viene desde Abegondo, por Carral, Cambre y Culleredo, donde la red se bifurca: hacia A Coruña, Arteixo y los polígonos de A Grela y Sabón; y hacia Sada, Bergondo y Oleiros.La compañía afirma que es una energía segura, que las probabilidades de que en A Coruña se produzca una desgracia son mínimas. Sin embargo, la ciudad y los municipios limítrofes han sufrido sustos en los últimos años en forma de desalojos, pequeñas deflagraciones, o ventanas y cristales que saltan por los aires.A favor de A Coruña juega que los conductos de distribución y suministro son relativamente nuevos -el gas natural llegó a Galicia en 1998-. En esta década, la mayor parte de los sucesos están relacionados con fugas provocadas por empresas que perforan accidentalmente una tubería y con explosiones dentro de edificios que la compañía achaca, en la mayoría de los casos, a despistes por parte de los usuarios o dejadez por un mal mantenimiento de la instalación.Existen recomendaciones básicas para reducir el riesgo de que se produzcan fugas o explosiones en una vivienda, como no tapar el conducto de salida del calentador o de la caldera, así como de la rendija de la salida de humos. Consejos prácticos para que no ocurran las tan temidas muertes por inhalación de monóxido de carbono. Sólo hay un pero: "más del 90%" de las fugas , según Gas Natural, son por la ruptura involuntaria de tuberías -sobre todo por constructoras que ejecutan trabajos de canalización en la calle-. "Hay de todo, empresas que son menos respetuosas y otras que son más y que nos solicitan los planos antes de ponerse a picar", indicó una portavoz de la gasística. Ordenanza municipalLa ordenanza municipal de zanjas, aprobada en noviembre de 2001, obliga a las empresas a presentar en el Ayuntamiento los planos de la zona donde va a ejecutar las excavaciones. Pero no siempre se cumple la teoría y, en ocasiones, hasta los encargados de las excavadoras comienzan su tarea desconociendo lo que se pueden encontrar debajo de sus pies. Las constructoras pueden ser multadas y, para los casos más graves, existe la posibilidad de revocar la licencia de obra o inhabilitarlas para la ejecución de estos trabajos. Operarios dedicados a estas obras de canalización se defienden y advierten de que no siempre los planos coinciden con lo que aparece en el subsuelo.