El 15 de diciembre de 1955, el Ayuntamiento de A Coruña acordó la cesión gratuita de una amplia extensión de terrenos de propiedad municipal que se situaban entre la ronda de Outeiro, la calle Rafael González Villar y la avenida de Arteixo. El beneficiario de esta donación era la Entidad Constructiva Benéfica La Sagrada Familia, cuyo presidente era Eduardo Ozores Arráiz, que había sido alcalde de la ciudad entre 1946 y 1947. La pretensión de los dirigentes de esta institución era construir 1.750 viviendas de renta limitada en esta zona del municipio, que por entonces se hallaba despoblada.

El Gobierno municipal, presidido por Alfonso Molina, impuso como condición que los pisos estuvieran terminados en el plazo de seis años, ya que en caso contrario, los terrenos volverían a ser de propiedad municipal. La constructora se puso manos a la obra de inmediato, ya que sólo seis meses más tarde presentó el proyecto para levantar las 120 primeras viviendas. La documentación presentada por La Sagrada Familia establecía que estos inmuebles estarían situados en el entorno de la avenida de Arteixo y que dispondrían de cinco o seis plantas y de “fachadas de bello aspecto”.

La constructora que dio nombre a un barrio de A Coruña Víctor Echave

Vecinos llegados de toda Galicia

Los promotores tenían intención de instalar en este lugar edificios con una estética adecuada, puesto que consideraban que la avenida iba a convertirse en una de las principales vías de acceso a la ciudad, como sucedió varias décadas después. Con el trazado de las calles del barrio, toda la zona pasó a recibir el nombre de Sagrada Familia. Una de las vías llevó esta misma denominación, mientras que otras próximas fueron bautizadas con nombres relacionados, como Niño Jesús, Belén, Nazaret y Reyes Magos.

El barrio se convirtió en lugar de asentamiento de miles de emigrantes llegados a A Coruña desde todas partes de Galicia. La necesidad de vivienda impulsó el rápido crecimiento de esta barriada y su diseño según el modelo aplicado en otras zonas del municipio: ausencia de espacios abiertos y de servicios comunitarios. La tardía urbanización de la ronda de Outeiro y la avenida de Arteixo privó al barrio de una comunicación adecuada con el resto de la ciudad y lo mantuvo durante esos años como una zona periférica.