Hace cuatro años, Ethan Hawke causó (efímera, claro) polémica en las redes cuando aseguró que incluso las mejores películas de superhéroes “no son Bresson… no son Bergman, pero todos hablan de ellas como si lo fueran”. Pero su amigo Oscar Isaac le convenció para superar sus recelos y sumarse al reparto de Caballero Luna como el villano Arthur Harrow, gurú fanático que persigue la resurrección de la letal deidad egipcia Ammyt. ¿Un cambio en su carrera? No tanto, ni siquiera en su carrera más reciente, como nos explicó en una entrevista por videollamada.
Ha tardado en meterse en terreno superheroico. ¿Por qué ahora?
Mis decisiones se basan siempre en los compañeros. Y me encanta Oscar. Su idea del trabajo se parece a la mía: los dos somos actores de Nueva York con una cierta visión entregada de este oficio. Si él estaba en la serie, la experiencia iba a ser buena. Más allá de los resultados, el trabajo valdría la pena. Y Mohamed Diab [director de la mitad de episodios] es un cineasta al que tengo en alta estima. También me lo planteé como una oportunidad de formar parte de esas aventuras de ciencia ficción que devoraba de niño.
Si uno espera mucho para hacer una película o serie de superhéroes, acaba de supervillano. También hace de malo en Black Phone, filme de terror que veremos en junio. ¿Lo pasa bien haciendo el mal?
La buena noticia es que sigo aquí. ¡La mala es que me toca ser el malo! Pasa igual con los atletas: cumplen años y de repente han de cambiar de posición y dejar la que tenían en su etapa de gloria. Los actores no lo tenemos tan mal. A mí me gustan los personajes difíciles.
Su espectro de inspiraciones para el villano Harrow va de David Koresh (líder de la secta que acabó en la masacre de Waco) al dalái lama. ¿Qué le pasa con los gurús?
Son terroríficos. La gente demasiado segura de sí misma y de sus creencias me hace temblar las rodillas. Cuánto más amables son explicándote qué es el cielo y qué el infierno, son más terribles. No, no sabéis qué es el cielo ni el infierno.
Esta interpretación es lo opuesto a la que nos ofreció en su anterior serie, El pájaro carpintero (basada en la farsa literaria de James McBride sobre John Brown, abolicionista que creyó en el poder de las armas). En los primeros episodios, es implosión antes que explosión.
Es verdad. Pero, si se fija, los dos personajes son fanáticos. Corría el riesgo de repetirme y no quería. Con Harrow debía buscar un fanático… amable. Brown no tenía nada de amable.
¿Se nutrió de algún otro personaje de su carrera?
Hace unos años rodé con Paul Schrader El reverendo (First reformed), en la que hacía de un reverendo que entra en una espiral de autodestrucción. Hay cierta similitud entre ambos personajes: cuando alguien trata de ser devoto a toda costa, a menudo cae en el autodesprecio. Por eso quise que Harrow caminara sobre cristales rotos todo el tiempo. Porque una parte de él está bañada de autoodio. Si odias el pecado y sabes que una parte de ti está pecando, ese es el resultado. La historia está llena de ejemplos. Me interesa esa contradicción.
Cita El reverendo y pienso en lo interesante que es que Caballero Luna enfrente a los protagonistas de las dos últimas cintas de Schrader (Oscar Isaac protagonizó El contador de cartas). ¿Es el UCM o el Schrader-verso?
Oscar y yo hablamos todo el tiempo de ello. Bromeábamos con la idea de que, si la serie tenía éxito, Paul debería escribir la siguiente temporada. Es un genio en eso de escribir sobre gente desequilibrada.
La serie trata con una inesperada seriedad los problemas psicológicos de su héroe.
Es lo más interesante. Estamos habituados a ver a villanos que sufren una enfermedad mental, pero tampoco vemos tantos caminos en los que sufra realmente, no sepa quién es, cuál es su identidad… Me parece la parte más dinámica.
También es interesante el juego de la serie con el terror, género tampoco muy cultivado por Marvel en sus últimos filmes y series. Como actor ahora asociado a ese género [a través de producciones Blumhouse como The Purge: la noche de las bestias, Sinister y Black Phone], ¿le interesaba esa parte del proyecto?
Los cómics de Caballero Luna son más oscuros de lo que se espera de Marvel. Ahí existe una oportunidad para el estudio de evolucionar y empezar a proponer películas terroríficas. Es una dirección a explorar.
Tras Caballero Luna, ¿ha cambiado de opinión sobre el cine de superhéroes?
Lo haría si es en buena compañía. Y me refiero a todo el mundo, de los directores de casting a la gente que hizo los cómics originales. Un actor es parte de una imaginación colectiva. Cuando ves El Padrino o Toro salvaje, presencias la fusión de un montón de imaginaciones brillantes. Eso puede pasar en muchos contextos. Hemos visto buenas películas épicas de grandes estudios y grandes películas rodadas por estudiantes en la calle.
Y puede pasar en la tele también. ¿Tiene pensado volver a crear y producir una serie, como hizo con El pájaro carpintero?
Las miniseries son lo más interesante que le ha pasado al cine últimamente. Durante los primeros 25 años de mi carrera, contar una historia en la pantalla era como escribir un haiku. Hoy puedes hacer una serie de 4 o 12 episodios. Estirar el lienzo según las necesidades de la pintura. Con El pájaro carpintero, apenas hubo que cambiar el libro. Saber que hacer series así es posible me entusiasma. Además, hay gente dispuesta a invertir en ellas. Y gente con ganas de verlas.
