Lloró Ansu Fati. Lloró mucho. En silencio y junto a los suyos, pero no ha parado de derramar lágrimas, incapaz de entender al inicio el drama deportivo que le tocó vivir cuando el pasado 7 de noviembre sufría una lesión en la rodilla izquierda.

Emocionado anda ahora desde que ve que su rodilla izquierda, que no había parado de crujir, resiste el día a día con el grupo. Aunque no quiere precipitarse. Tampoco, Koeman. “Tenemos un plan con Ansu. Si todo va bien jugará 15 minutos como máximo”, adelantó.

Hoy se atará, al fin, las botas. Y con el 10 a la espalda, otra prueba de la enorme personalidad de este adolescente. “Es un honor y un reto llevar el 10, que tuvieron antes Leo y Ronaldinho. Es una presión más, pero debes asumirla”, afirmó.

Vuelve Ansu con su técnico en la cuerda floja. “No puedo decir mucho de esto. Hace tiempo que no estoy metido en leer la prensa. Desde el día del comunicado no ha pasado nada”, admitió Koeman, quien está al corriente de los candidatos que maneja el club (Xavi Hernández y Robert Martínez figuran en el plan de emergencia) para sustituirle. “Sé los nombres y rumores que hay, pero lo único que tenemos que hacer es ganar partidos”, dijo, asumiendo que “no puede gastar energía” en algo que no depende de él. Pero sí quiso dejar claro que se ha comportado como hombre de club, de un club arruinado.

Koeman reconoció que había charlado con Laporta en el viaje de vuelta de Cádiz. Aunque el núcleo de esa breve conversación (apenas duró 20 minutos) estuvo en lo que ocurrió en el Nuevo Mirandilla.