Se confirmaron los peores presagios. Augustas Peciukevicius, base y capitán del Leyma, pasó ayer por el quirófano y se perderá lo que queda de temporada tras la lesión sufrida en un lance fortuito del juego en el partido del sábado entre el conjunto naranja y el Cáceres. Las primeras exploraciones del doctor Carlos Lariño indicaban que el jugador podía padecer una rotura del tendón de Aquiles de su pie izquierdo, por lo que fue trasladado de inmediato al Hospital Quirón, donde las pruebas realizadas confirmaron el diagnóstico. Allí ya fue sometido ayer a la cirugía reparativa, pero ahora tendrá por delante un largo proceso de recuperación.

El club tendrá que salir ahora al mercado, si existe esa posibilidad, aunque tiene que encontrar a un jugador de garantías y que actualmente se encuentre sin equipo. Otra vez. Ya lo ha hecho tres veces desde que empezó la temporada, para traer a Gary McGhee, Justin Raffington y el más reciente Lottana Nwogbo, además de la opción de Zyle, con ficha del filial. Es algo habitual en los clubes de baloncesto, altas y bajas a lo largo de la temporada, pero este curso el Leyma ha tenido una serie de desdichados contratiempos que le han hecho moverse más de lo que le gustaría. La primera, la salida de Perris Blackwell por motivos personales antes incluso de que se jugase el primer partido. Después, la lesión de gravedad de Mouha Barro. Y para colmo, los problemas musculares de Abdou Thiam. De un plumazo se quedó sin juego interior y ahora es el exterior el que se resiente, aunque todavía quedan bases de garantía, aunque de otro perfil, como Gaizka Maiza y Zach Monaghan.

El propio Peciukevicius fue en su momento uno de esos recambios de mitad de temporada. Llegó el año pasado, con el curso ya iniciado, cuando el club decidió cubrir la baja por lesión de Mike di Nunno. En principio, era un fichaje temporal, pero su rendimiento fue inmediato, tanto que fue elegido como el mejor jugador de la primera vuelta del campeonato. También fue a primera vista el flechazo con el entrenador Sergio García. Eso le hizo firmar la renovación hasta final de la temporada —el base estadounidense ya no regresó— y, al finalizar esta, otra prolongación de su contrato por una más, hasta junio de 2021. Eso ya hizo que en redes sociales se iniciara un movimiento para que el club le ofrezca la renovación pese a su lesión. De no ocurrir así, ya no volverá a vestir la camiseta naranja.

Desde luego, el lituano encaja a la perfección en el sistema de Sergio García, para el que el juego físico es una condición indispensable. Es un base alto, lo que le da una superioridad física con mucho de sus pares, y defensivamente es un plus. Pero no solo aporta músculo, sino también cerebro por su conocimiento del juego y el perfecto balance. Su posición no es nada fácil de cubrir, sobre todo encontrar un perfil como el suyo. Las opciones pasan por tirar de Gaizka Maiza e incluso que Zach Monaghan también haga de director de juego pese a que está más cómodo de escolta. Si hace falta forzar, incluso Dago Peña puede hacerlo. El Leyma además tiene que reaccionar con rapidez. Esta semana se juega el primer partido de la primera fase y después ya empieza una segunda en la que el ascenso estará en juego.