Para ascender a la ACB hay que ganar seis partidos. Y al Leyma ya solo le quedan cinco. El equipo naranja empezó el play off de ascenso con una importante victoria frente al Oviedo (74-66), al que tendrá que visitar el martes en la pista maldita de Pumarín —donde nunca ha ganado— para intentar certificar el pase a las semifinales sin que la serie regrese a A Coruña para el tercer partido —que sería el próximo viernes—. En una primera parte tensa y en una segunda en la que los locales se vieron contra las cuerdas do hasta en dos ocasiones y tuvieron que reaccionar a dos peligrosos parciales (0-8 y 0-15), la defensa, con Osvaldas Matulionis y Javi Vega como hombres fuertes, y el talento ofensivo de Dago Peña y Zach Monaghan, que despertó a tiempo después de un partido gris, prolongaron la fe naranja. Porque con un 59-65 a falta de cinco minutos todo parecía perdido. Pero fue tal el ahogo al que sometieron los locales a los asturianos que solo le permitieron anotar un punto en el medio cuarto que quedaba, y para eso de tiro libre. Medio trabajo, pues, hecho que ahora hay que rematar.

La tensión de lo que estaba en juego se manifestó desde el inicio en los que los jugadores se tiraron por el suelo a luchar cada jugada. Es lo que tiene un play off con estas características y de esta igualdad. Cada segundo, cada balón, cuenta. Dago Peña empezó el partido como terminó el anterior, enchufado y con triple. El Leyma, de hecho, estaba más cómodo alejado del aro. McGhee vivía de lo que podía coger en los rebotes, pero el pescado se cortaba en el exterior. De los 17 puntos naranjas en el primer cuarto, 12 fueron de triples. El Oviedo contestaba, con un juego más equilibrado. La batalla iba a ser larga (17-15).Y por momentos los locales empezaban a desesperarse con los árbitros. El marcador se movía lentamente, dos para un lado, dos para el otro. Ningún equipo conseguía ventajas. Oviedo pisaba la línea de la personal y por los coruñeses aparecían casi siempre Peña y Vega, en ataque, mientras que en defensa estaba en todas Osvaldas Matulionis. Aun así, el partido llevaba un ritmo lento (32-21 al descanso) que no terminó de despegar hasta el inicio del tercer cuarto.

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Y el Leyma tuvo que verse contra las cuerdas para empezar a acelerar. Un 0-8 de salida de los asturianos, con dos triples seguidos de Speight (32-39), obligó a parar el tiempo. Sergio García acababa de hablarles en el vestuario pero los jugadores necesitaban nuevas instrucciones. La reacción fue total. Desde ese momento hasta el final del cuarto, que concluyó con un triple de Matulionis, los naranjas metieron un parcial de 24-11 para, por primera vez, conseguir una pequeña ventaja (65-50). Fueron minutos a los que el Leyma por fin les salió todo. Entró en juego Nwogbo, que firmó dos jugadas de canasta y tiro libre adicional. Peña y Monaghan asumían la responsabilidad, lo mismo que Javi Vega. Y Matulionis empezó el último cuarto a lo suyo, con otro triple que ponía un 59-50 que era la máxima ventaja. Y, de repente, cuando todo era una fiesta, se apagó la luz. Duró solo unos minutos, pero a estas alturas, en todo un play off de ascenso, puede costar muy caro. El precio fue un 0-15 de parcial en contra hasta el 59-65.

El Palacio casi se queda callado. Casi, porque los bombos fueron fundamentales para el segundo despertar naranja. Eso y la defensa. Había sido su escudo durante toda la temporada y sin ella el camino no podía seguir adelante. Apretó el conjunto coruñés, ahogando al Oviedo, que no encontró a sus exteriores y tampoco el enorme Arteaga estaba cómodo por dentro. Y así, dejándolo a cero, en ataque aparecieron Peña y Monaghan. En un final así, cualquiera se la querría jugar con ellos.