Estanislao García Requejo (Oviedo, 1977), Stanis en el mundo del hockey sobre patines, es un hombre de club y como tal, está allí donde el Liceo le necesita. Antes era como director de la cantera y entrenador del filial, el encargado de formar a las próximas generaciones. Y ahora vuelve a dar un paso al frente para coger el equipo femenino tras la renuncia de Carlos Loureiro. Ya había sido el artífice desde el banquillo de los primeros éxitos verdiblancos en la OK Liga femenina y asume el reto de entrenar a un equipo que aspira a todo.

Ya tuvo el martes su primera reunión con el equipo. ¿Qué le dijo a las jugadoras?

Sobre todo que bueno, que esta es una manera especial de empezar un proyecto, pero para el primero para el que es diferente es para mí. Es un reto para todos. También fue para que las que no me conocían me conocieran y yo a ellas. Pero también era no perder una sesión de entrenamiento en hablar. Quedamos, hablamos todo lo que teníamos que hablar y después nos fuimos a entrenar. Tenemos tres sesiones antes de enfrentarnos al campeón de Europa.

Con el filial iba líder, estaba recogiendo los frutos de dos años de trabajo con un grupo de jugadores y le toca ser hombre de club y estar en el sitio donde le necesitan. ¿Es un marrón?

A ver, un marrón no. Es un 50% de ilusión por un proyecto y un 50% de pena por dejar otro. Pero porque no me gusta dejar las cosas a medias y por respeto al filial. Pero al final entre todos pensamos que la mejor decisión era reestructurar el equipo técnico.

¿Le toca hacer de ‘apagafuegos’?

Ya les he dicho, si tengo que elegir entre vaso medio lleno y medio vacío, creo que estamos con el medio lleno. En mi anterior etapa en el equipo femenino me marché porque a las jugadoras les estaba costando dinero jugar. Ahora es distinto. Tenemos una plantilla muy competitiva, con cuatro internacionales, centradas en entrenar. Ahora solo nos falta por solucionar lo de los viajes y ya estamos mirando cosas.

¿A qué se puede aspirar con este grupo?

El proyecto es súper seductor. Me da rabia no tener seis, siete, ocho semanas para poder preparar todo con calma. Este tiempo tenemos que estar muy atentas en la capacidad de retener información. Son muchas cosas y no puedo perder quince minutos con cada concepto. Pero hay mucha materia prima. Eso fue también algo que me ayudó a decidirme. Este proyecto tenía que tirar para adelante sí o sí. Y como hay que ponerse objetivos difíciles, que sean un reto, yo creo que tenemos que intentar meternos en Europa. Aunque hay que ir pasito a pasito y lo primero será clasificarnos para la Copa de la Reina.

Nada de permanencia.

¿Permanencia? No. Hay que ser acordes con la plantilla que tenemos y apuntar alto. Después igual tenemos que replantear objetivos. Pero primero, apuntar alto. Esta liga es muy competitiva e igualada e igual pasas de ir entre los cinco primeros a estar el noveno.

El contexto no era el mejor y los resultados no han sido malos.

Ahora mismo es como un pastel al que se han echado todos los ingredientes pero sin el orden indicado y mi misión es esa, ordenarlo todo. Simplemente con que ellas sean mejores cuando acabe la temporada con respecto a cómo la empezaron, eso ya significará que hemos ganado.

¿Le dio algún consejo a su sucesor en el filial, Sergio Huelves?

Sobre todo que tenga ilusión y que no tenga miedo. El que se equivoca es porque hace algo y el que no está, seguro que no se equivoca. Tiene que plasmar su experiencia, la que ha recogido con todos los entrenadores con los que ha estado, porque de todos se aprende.