Iván Merichal - Rally Dakar | Piloto coruñés que correrá el próximo Rally Dakar

“Lo mejor de cada rally es darle un abrazo a mi hija cuando vuelvo a casa”

“En moto estás solo con tus razonamientos y como no resuelvas, estás perdido”

Iván Merichal, con el casco y la placa de ‘finisher’ del Rallye du Maroc. |  // VÍCTOR ECHAVE

Iván Merichal, con el casco y la placa de ‘finisher’ del Rallye du Maroc. | // VÍCTOR ECHAVE / María Varela

Dice Iván Merichal que es catalán de nacimiento, pero “gallego de elección” tras diez años asentado en A Coruña. Recién finalizado el Rally Dakar de 2023, el piloto de motos inicia la cuenta atrás para su participación en el del próximo año, aunque antes aún correrá el maratón de Roma en marzo.

¿Cómo empezó su fiebre por ir en moto?

No soy el típico caso de ir en moto desde los tres años, pero sí que a partir de los 14 empecé a dar la lata en casa para tenerla, es más, empecé a trabajar a una edad que no se puede contar para poder comprármela. Desde entonces he ido siempre en moto, aunque a nivel aficionado e incluso por épocas solo como medio de transporte.

¿Por qué aumentó la afición y pasó a ser un reto deportivo?

Las carreras de la Liga Gallega fueron un punto de inflexión. Allí conocí a Edu Iglesias, que este año fue al Dakar por cuarta vez en motos, y eso te hace saltar un chip en la cabeza: ‘Igual yo también puedo’. Te lo empiezas a plantear como algo muy remoto, a veces incluso te dices que es una tontería. Pero esa chispita en la cabeza al final no se apaga.

El año pasado fue el momento de sentarse y preguntarme a mí mismo si iba en serio. Empecé a entrenar. Fui al Rally de Marruecos y conseguí la plaza.

Imitar las condiciones del desierto es imposible. ¿Cómo se prepara para ir al Dakar?

Intento hacer dos sesiones de moto, de cuatro o cinco horas. Y después mucha forma física: correr, bicicleta, en verano paddle surf... hago muchos deportes porque cada uno ayuda a una cosa. Intento mantenerme en forma, pero al final la moto pide moto.

Suele ir a un circuito de motocross.

Imitar las condiciones que vas a tener en el desierto es prácticamente imposible en Europa. Aquí las velocidades medias son de 50 ó 60 kilómetros por hora. En el desierto suben de 80. Pero lo que no tiene absolutamente nada que ver son las referencias en cuanto a la navegación. Parecen deportes distintos. Para entrenar desierto hay que ir a desierto. Y eso encarece también la aventura. No puedes ir al Dakar sin haber pisado desierto en todo el año. Tienes que haber hecho incursiones cercanas a la fecha, sin arriesgar demasiado, y a lo largo del año haber ido un par de veces.

¿Cuál es su agenda para 2023?

El planteamiento es correr el Campeonato Gallego, una carrera del Campeonato de Europa, una de desierto y el Dakar. Aparte de las carreras, hacer una incursión fugaz a las dunas y entrenar por aquí todo lo que se pueda.

¿Aumentarán las horas según se vaya acercando la fecha?

Ahora mismo estoy entrenando el maratón de Roma, que es dentro de unos meses. Cuando vaya avanzando el año le iré dando más importancia a la moto.

¿Un maratón también?

Unos amigos, que me han engañado. Yo corro, pero para mantener la forma. Así que estoy un poco asustado. Se hará lo que se pueda.

Maratón y Dakar, dos de las pruebas deportivas con más mística.

Son retos deportivos ambos. El maratón hay que entrenar, ir y hacer lo que se pueda. No tengo más pretensiones que acabar sin hacer mucho el ridículo. Y el Dakar es un reto deportivo, pero también logístico, económico, familiar... mucho mayor. Y a nivel deportivo impone, asusta, da vértigo... pero lo bueno es que se hace con mucha ilusión.

¿Qué tiene el Dakar?

Hay otras carreras que son muy similares al Rally Dakar a nivel dureza y de terreno, pero si sales a la calle y dices Dakar, todo el mundo sabe lo que es el Dakar y las otras tienes que explicarlas. Yo tengo recuerdos de pequeño, de ver los resúmenes por las noches con mi padre, de ver a esa gente como héroes... y eso queda para siempre.

¿Le asusta psicológicamente?

Es muy importante ir bien de cabeza. Siempre va a haber momentos malos y tienes que tener cabeza para sobreponerte a ellos.

Más en moto, que va solo.

Estás tú solo en medio del desierto. Si van dos, cuando uno está de bajón, el otro empuja. Pero en moto estás ahí tu solo dentro del casco con tus razonamientos y como no lo resuelvas tú solo, estás bastante perdido. Y siempre hay momentos duros. En Marruecos tuve una avería en medio del desierto y estuve allí dos horas parando cada dos dunas porque la moto se calentaba. Estás pasando mucho calor, midiendo el agua, pasándolo mal, a ver si la moto aguanta... son momentos duros y hay que saber sobreponerse.

¿Se ha pasado las dos últimas semanas pegado a la tele con los dientes largos viendo el Dakar de 2023?

Pegado al móvil. Cuando tienes amigos allí es un sinvivir, estás todo el rato mirando si se mueve la flecha o no se mueve. Deseas que todo vaya bien y que no pase nada. Son momentos tensos.

¿Le echa para atrás el peligro?

El peligro lo ponemos nosotros mismos. En los deportes de riesgo es muy importante gestionarlo, tener la mente fría aunque sea una disciplina de velocidad y la cabeza bien amueblada para saber cuándo se puede arriesgar y cuándo no. Lo importante es volver a casa, sobre todo para un piloto amateur que no tiene pretensiones de clasificación. Esto es una gran aventura, pero lo mejor de cada rally es darle un abrazo a mi hija cuando vuelvo.