piragüismo

Arévalo: “La presión era elevada y vamos con rabia a por el oro en París”

“No fue la mejor regata, tampoco un desastre. Hemos competido unas diez veces juntos y es la primera vez que nos pasa”, apunta de la séptima plaza del K4 500

Carlos Arévalo posa hace dos años con la medalla de plata que logró en los Juegos de Tokio. |  // C. PARDELLAS

Carlos Arévalo posa hace dos años con la medalla de plata que logró en los Juegos de Tokio. | // C. PARDELLAS / Carlos MIranda

Carlos Miranda

Carlos Miranda

A Carlos Arévalo le costó 27 años y muchos sacrificios y horas de entrenamiento ser olímpico y hace unos días se sacó su segundo billete de este tipo en el K4 500 para París 2024. El regusto esta vez fue diferente, ya que es una embarcación que siempre lucha por los títulos y las medallas y en este Campeonato del Mundo solo pudo ser séptima. El objetivo básico estaba conseguido, pero la embarcación ganadora formada por él, Craviotto, Cooper y Germade siempre aspira a lo máximo. “Era el todo o nada en este momento. No había otra oportunidad: ni repescas ni nada. La presión era elevada y ahora vamos con rabia a por el oro en París”, admite el betanceiro Carlos Arévalo desde Duisburgo, donde hoy viaja, precisamente, hacia París. “No fue la mejor regata, es cierto. Es la primera vez que estamos fuera de la medalla desde hace tiempo, aunque tampoco fue un desastre. Ves el vídeo y estuvimos en competición hasta el final. Estamos contentos y con ganas de trabajar y luchar, no siempre se puede estar ahí adelante. La exigencia a veces cuesta años en salud”, admite distendido.

Esa incomodidad que les restó competividad no fue solo en la final, porque tanto en las clasificatorias como en las semifinales tampoco se impusieron en ninguna regata. “Nos costó entrar en competición”, concede. “Y eso que veníamos de ser hace dos meses campeones de Europa, de ganarlo bien, y veníamos con buenas expectativas. Hay que analizar por qué no llegamos tan bien a esta competición”, apunta y relativiza sobre una prueba llena de explosividad. “Es que esto se resume en un día y si ese día no lo tenemos bueno los cuatro... Si después de diez veces que llevamos compitiendo, nos pasa una vez, pues es normal. Puede pasar perfectamente. Por probabilidad ya tocaba”, razona quien dio sus primeras paladas en el Club Ría de Betanzos.

Analizar el pasado, pero sobre todo enfocarse en el futuro. Esa es la filosofía que guía desde ya a Arévalo y a sus compañeros. “La gente viene pisando fuerte y las regatas se igualan. Sabemos que podemos estar ahí peleando el año que viene seguro. Hay que coger esto con fuerza y esas ganas y ese empuje de nuevo. Hay que volver a la carga como un año olímpico merece, son meses totalmente diferentes al resto”, relata de lo que les espera.

Es tan cierto que su mente ya está en París que Arévalo viaja hoy desde Duisburgo a la capital de Francia para coger el campo de regatas en el que se jugarán las medallas de la próxima cita olímpica. Ni él ni Cooper ni Germade ni Craviotto han competido en esas aguas y de las sensaciones que obtengan en esta toma de contacto dependerá su plan de entrenamiento en los próximos meses. “No la conocemos, ninguno del equipo compitió nunca en ella. La selección francesa sí que lo hace. Cooper ya llegó ayer (por el sábado) a París y nos mandó un vídeo. Tiene buena pinta, está chula. Se puede ir allí con tiempo, (para entrenar antes de los Juegos Olímpicos), pero si es parecida en climatología y condiciones del agua a Trasona (en Asturias), no tenemos necesidad de meternos tiempo antes allí con el agobio que supone”, cuenta.