Baloncesto - LEB Oro

‘O Forno’ sube los decibelios

Tambores, vuvuzelas y cuatro mil gargantas animaron en una nueva tarde mágica

Así celebra 'Leymita' otra victoria con jugadores y afición

RAC

El Leyma gana y el Palacio de los Deportes de Riazor, o como ya le han rebautizado, O Forno, sube no solo varios grados la temperatura, sino también el nivel de decibelios. Tambores, vuvuzelas, trompetas y hasta panderetas. El megáfono de Berrallouco. Y cuatro mil gargantas. Una orquesta en la grada. La afición naranja vive, disfruta, se apasiona, sufre a veces, pero en esta temporada, sobre todo, celebra. A lo grande. Sin reservas. Y siempre de la mano del equipo. Una simbiosis única. Mágica. A Coruña quiere ACB. Ya lo ha dejado claro. Aunque ahora le toque esperar tres semanas para volver a ver a los suyos, a los que les esperan ahora dos desplazamientos, Alicante y Oviedo, aunque en uno, seguramente, no estarán solos.

Quedaban asientos libres. Pocos. No se cumplieron los deseos de Diego Epifanio. Pero se volvió a rozar el lleno. Y eso lo empiezan a notar hasta los comercios de alrededor, que ya en las horas previas dispensan bebidas y chuches para los que buscan provisiones para el partido, al que no le falta espectáculo ni en los tiempos muertos. Leymita y el speaker Sergio Tomé se encargan de ello. Pero también la actuación de Habló Pablo con su Coruña es naranja, acompañado por Danza 10, en el descanso, que también sirvió para entregar a Maristas un cheque con 3.815 euros para su viaje a la fase de ascenso.

‘O Forno’ sube los decibelios

‘O Forno’ sube los decibelios / M. Varela

Y al final, preocupación. Después de todo el ruido, el silencio era casi absoluto cuando Atoumane Diagne se quedó en el suelo, agarrado a su tobillo. Por lo menos, no era la rodilla que tantos problemas le había dado. El público se llevaba las manos a la cabeza. Y aunque el partido siguió, era inevitable mirar de reojo al banquillo, donde al pívot le estaban vendando el pie. Su ausencia en la celebración final, liderada al micrófono por Pablo Hernández, rebajó el nivel de la euforia. Los aficionados le dedicaron los últimos cánticos de la tarde: “Atou Diagne, Atou Diagne!”

‘O Forno’ sube los decibelios

‘O Forno’ sube los decibelios / M. Varela