Hockey sobre patines - OK Liga masculina

4-3 | Liceo-Noia: ¿Y si toca volver a hacer historia?

El Liceo gana en la prórroga con un gol de Dava Torres y manda las semifinales al quinto partido, que será el martes en Noia

El Barça ya espera en la final tras eliminar al Reus

Celebración de los jugadores del Liceo.

Celebración de los jugadores del Liceo. / Carlos Pardellas

El Liceo saca cita con el cardiólogo. Será el martes. A las 20.30 horas. En el Ateneu. En un quinto partido de las espectaculares semifinales del play off por el título de la OK Liga. El Noia ganó sus dos encuentros en casa. Y los verdiblancos igualaron la cuenta en el Palacio. Este mediodía, con necesidad de prórroga para darle también una vida extra a la eliminatoria. Marcó Dava Torres en el minuto 56 y al conjunto coruñés desplegó un ejercicio de supervivencia en los cuatro últimos con Martí Serra como protagonista. En 48 horas, la resolución final. El Barça ya espera a uno de ellos tras ganar al Reus a domicilio en el cuarto duelo (3-1). El Liceo nunca ha levantado un 0-2 en contra. Pero... ¿y si le toca volver a hacer historia? Pase lo que pase ya ha demostrado su carácter y se ha ganado el respeto. De quedarse fuera de la Copa del Rey a resurgir en la segunda vuelta. De perder los dos encuentro en Noia a volver allí más vivo que nunca. Queda una batalla. Los soldados de Juan Copa la esperan.

Celebración de Dava Torres y Tombita.

Celebración de Dava Torres y Tombita. / Carlos Pardellas

Aunque el partido empezó como el anterior, con los capitanes koruños al ataque, buscando un gol tempranero que les pusiese por delante —los tiros de Carballeira y Torres se fueron rozando el palo—, a a Juan Copa no le gustó lo que estaba viendo en los cinco primeros minutos. Cuatro faltas y no demasiado control del juego porque el Noia también estaba amenazando la portería defendida por Martí Serra. Pidió tiempo muerto para restablecer el plan inicial, recordarles lo que habían hablado en el vestuario antes de salir, no hacía tanto. No quería que se salieran del guión. Y desde luego este no pasaban por un partido a tantas faltas. Ni con azules. César Carballeira y Jordi Bargalló se engancharon en el centro de la pista. Presente y pasado del Liceo agarrados por el cuello. La misma pasión. Pero el cinco no permite que nadie se le rebote en su casa. Achanta neno. Una tarjeta para cada uno y a descansar dos minutos detrás de los banquillos. Torres se quedó sin escudero, pero la fe inquebrantable que tiene de llegar a la final le impulsa en estas semifinales. Y fue la fuerza que le acompañó en el stick para golpear con toda su alma y energía la bola hacia la escuadra de la portería rival. Chutazo. Golazo. 1-0.

El técnico local empezó con las rotaciones. Poco a poco, porque además se cayó a última hora de la convocatoria por molestias física Tomas Pereira. Parecía estar reservando lo máximo que pudiera a Bruno Saavedra. Porque además los faltas subían con peligrosidad, a un ritmo verdaderamente inusual. Por eso también la prudencia en sacar al santiagués, al que los árbitros no le están pasando una en este play off. Lo sabía el Noia y desde que salió a pista puso a sus veteranos a provocarle, intentando que cayera en la trampa. Al final, su estrategia se le volvió en contra. Porque Xavi Costa se le fue la mano, concretamente a la cara del propio Saavedra, y los colegiados asturianos lo vieron clara. Era azul. Y por una vez no al 13 verdiblanco sino al 6 de los visitantes, que decía que no con la mano e incluso hacía el gesto de mucho morro.

Sin acierto a bola parada

Fue Torres a la directa y se recreó demasiado en los ganchos. Roca también le dejó sin ángulo. Se desaprovechaba la ocasión a bola parada pero quedaban dos minutos en superioridad. Tampoco sirvieron para aumentar el marcador. Con la amenaza constante de las faltas. En apenas unos segundos sumó la novena y la décima. Cuando es Martí Gabarró el encargo de tirarla la pena parece mayor. Pero respondió Serra disipando el peligro para encarar una recta final de la primera parte teñida de verdiblanco por completo. Se sucedían las ocasiones. La verticalidad y velocidad de Fabrizio Ciocale hacían daño. Al Noia le cayó la novena. Después un penalti. Salió César Carballeira a lanzarlo. El cinco, que suele tirar raso, la mandó pegada al travesaño, lo golpeó y bajó a gol. Y aún pudo ser mayor el baño de la primera parte con la décima falta visitante. Fue de nuevo Torres a tirar la directa y Roca adivinó sus intenciones.

La norma no escrita del deporte es que quien perdona, la paga. El Liceo estaba siendo muy superior y en diez minutos de la segunda parte vio su ventaja neutralizada. Dos disparos, uno de Jordi Bargalló. Otro de Iván Morales que se le escapó llorando a Serra. Había que volver a empezar y el Noia, oliendo sangre, se vino arriba. Bargalló se estrelló contra el paro en un nuevo lanzamiento. Y los coruñeses volvían a fallar a bola parada por la decimoquinta falta catalana. Carballeira se acercó a Torres para decidir quién tiraba. Repitió el 8. Con el mismo resultado que las dos anteriores. Había que tirar de todos los recursos. Uno de ellos es un jugador como Tombita al que le gustan los grandes escenarios. El argentino se aprovechó de un robo en el centro de la pista, se fue a la contra y resolvió. Los verdiblancos volvían a tomar la delantera, pero la perdían con otro disparo de Xavi Rovira.

Prórroga

Quedaban siete minutos. Una locura en la que cada uno de los equipos tuvo sus oportunidades. La primera del Liceo con otra directa. Esta vez fue el propio Torres el que pidió que la tirara otro. Fue Carballeira. Su disparo lo despejó Roca. La tuvo también Salvadó. Respondió Serra. El turno después fue para Saavedra, que le quedó un rechace para empujarlo y se le fue arriba. Alta también la tensión en los últimos segundos, con el Liceo además con 14 faltas en su casillero. Pero ninguno pudo evitar la prórroga.

Declaración de intenciones de Jordi Bargalló nada más comenzar el tiempo extra. Se fue de todos y directo a la portería. No marcó, pero de 44 años, camino de los 45 en diciembre, parecía el más fresco. También fue suya la segunda. La tercera ya correspondió al bando local con una asistencia de Ciocale a Torres en el segundo palo. A veinte segundos para el descanso, Gabarró empujó a Saavedra en el suelo y vio azul. El propio jugador se fue a tirar la directa. La quinta. La quinta fallada. Tocaba jugar en superioridad el inicio del segundo acto de la prórroga. El capitán demandaba ánimos al público. La grada aulló más alto que nunca el “¡Liceo, Liceo!”. Otra vez Tombita en pista. Su movilidad en el área se llevó a los defensores y dejó solo a Torres para coger un rechace y mandarlo a las redes. Quedaban cuatro minutos. Los más largos de la historia. El Liceo tenía que aguantar sin faltas. Llevaba con 14 otros tantos minutos. Al Noia le quedaba el recurso del disparo lejano, intentando que hubiera un lío en el área. Incluso cuando quedaba un minuto y 10 segundos quitó al portero para jugar con cinco. Serra era el hombre más buscado. Lo paró todo. Y en medio del delirio los verdiblancos confirmaron que siguen vivos.