Con los ecos del título y el MVP para Carles Gil en la MLS, la llegada casi en un intervalo de 24 horas de dos deportivistas como Keko Gontán y Koke Vegas, ambos en paro, a equipos de la USL Championship, la segunda división norteamericana, abre nuevas vías para exinquilinos de Riazor y para todo el fútbol español. Se ensancha, de esta manera, el tránsito entre el Viejo y el Nuevo Continente hacia mercados inesperados o que albergaban antes a futbolistas de otro perfil.

Uno de ellos fue el betanceiro Sito Seoane, ahora jugador del ÍBV Vestmannaeyjar islandés y con pasado en el Ottawa Fury y en el Chattanooga Red Wolves. Nacido en Miami, criado entre Betanzos y Carral, se terminó de formar en Estados Unidos y conoce a la perfección lo que les espera al meta en el San Diego Loyal y al interior en el Sacramento Republic en tan solo unas semanas. “Es una liga muy profesional, muy trabajada”, avanza quien hace poco aún tuvo una propuesta del Colorado Springs Switchbacks para regresar. “No hay problema de dinero, está regulada y es transparente y saben cómo tratar al jugador. Cuando se dan estas condiciones, todo funciona mejor. Yo se la recomiendo a todo el mundo”, apostilla el delantero, que es uno de los grandes referentes coruñeses de este campeonato en los últimos años junto a Santi Moar, que jugará de nuevo este ejercicio en el potente Phoenix Rising.

“Me llamó Landon Donovan hablando en castellano”, relata Koke Vegas

No escuchó todos estos consejos Koke Vegas antes de decidirse, pero el guardameta, bajo los palos de Riazor en los últimos meses de 2019, tiene claras cuáles fueron sus motivaciones al decidirse. “Siempre quise probar en el extranjero antes de retirarme y Estados Unidos llama la atención, es innegable. La USL es ahora mismo una liga emergente, un campeonato en el que muchos clubes europeos se empiezan a fijar. Vi que iban en serio y me decidí por San Diego. La oferta era buena, no estaba jugando...”, analiza convencido.

Al habla con el Dios del ‘soccer’

Así justifica, además, su decisión tras poner pros y contras en una balanza que acabó de decantar el trato personal. “Me llamó en persona Landon Donovan (leyenda del fútbol norteamericano, máximo goleador de la selección y vicepresidente de operaciones del club) para convencerme de que me fuese para allí. Es un Dios del soccer y se molestaba en hablar conmigo en castellano”, relata poniendo énfasis en el detalle un guardameta que rescindió “por sorpresa” el pasado 31 de agosto su contrato con el Levante.

Sito Seoane, más allá de los gestos, confirma gran parte del razonamiento que empujó a Vegas a mudarse a California. “Jugar en aquella liga hace que crezca tu currículum y te abre muchos mercados. Tiene un buen nivel económico. No me extraña tampoco que estén empezando a captar este tipo de jugador porque yo compartí equipo en Ottawa con De Guzman (ex del Dépor) y llegué a jugar contra Drogba o Joe Cole”, admite de un campeonato con 27 equipos en liza, sin ascensos y descensos y que en 2023 incorporará, en una nueva expansión, al Queensboro de Queens que tiene como cabeza visible a David Villa.

Ese peculiar sistema en el que el futuro del equipo en la categoría no está en juego a lo largo de la temporada se encuentra en las antípodas de los cánones y el espíritu competitivo europeo, pero es muy propio del sistema yanqui. Lo utiliza la MLS, la NFL (fútbol americano), la NHL (hockey hielo) o la propia NBA (baloncesto). Subir o bajar o poder optar a estar un liga está muy lejos de los méritos únicamente deportivos. Las decisiones, en ese sentido, se basan sobre todo en estudios de mercado, en poder económico y en capacidad para disponer de instalaciones al más alto nivel. “Para entrar en una liga como la USL necesitas en torno a unos 12 millones. Ya solo para que te escuchen, para que se planteen que entres en la MLS (Major League Soccer, la primera división) precisas de unos 200. Y no solo eso. Lo analizan y lo estudian todo, porque por ejemplo el Phoenix Rising tiene dinero de sobra para afrontar la operación, pero en cambio eligieron a Charlotte porque ahí encontraron más salida”, razona Seoane.

“Para ficharte, el sueldo lo depositan en la liga, cobras seguro”, dice Seoane

No solo entrará en breve este equipo de Carolina del Norte, también se espera que lo haga Saint Louis en 2023. El trigésimo conjunto de la MLS iba a ser uno de Sacramento, pero ha perdido fuerza esa opción y ha ganado, en cambio, que esa plaza la ocupe un conjunto que tenga su sede en Las Vegas. Es un revés para el equipo al que llega Keko (Republic FC) y es una meta a medio plazo para el que ha firmado a Koke Vegas (San Diego Royal). El portero admite que es algo “muy interesante” que le ayudó también a tomar la decisión.

El dinero, asegurado

La posibilidad de un futuro deportivo mejor y también la seguridad de un presente económico blindado. “Allí (en la USL Championship) sería imposible un caso como el del Extremadura”, apunta Sito Seoane. “Para que la liga te apruebe el fichaje tienes que depositarles ya el salario del jugador de toda la temporada. Tu dinero ya está ahí, lo vas a cobrar, por eso cuando anuncian una contratación, siempre le ponen la coletilla de que está pendiente de la aprobación de la USL”, asegura Seoane, que reafirma que a él “nunca” le han debido “ni un euro”.

Son certezas financieras, es también poder económico, aunque en el caso de la USL Championship, Seoane puntualiza que hay una especie de liga a dos velocidades en la que la billetera de Phoenix Rising y Tampa Bay Rowdies está por encima del resto: “Hay un compañero de Santi Moar en Phoenix que rechazó irse a la MLS”. En general, los equipos medios del campeonato manejan “entre 300.000 y medio millón de dólares al mes”.

En unas semanas Keko y Koke tomarán un avión, ambos a California, y afrontarán una pretemporada donde quizás nunca imaginaron emprenderla. Se abre, de esta manera, una nueva senda para ellos, para otros ex del Dépor y para muchos profesionales de LaLiga o de la Primera RFEF que les ofrece un compendio a considerar de oportunidad personal, confort económico y trampolín deportivo.