El Fabril se despidió pronto de la fase de ascenso a Segunda RFEF, quizá antes de tiempo, tras caer ayer por la mínima frente a un Ourense CF más efectivo y con la dosis de oficio que le falta al todavía joven grupo de jugadores que dirige Óscar Gilsanz. Un solitario gol en la segunda parte acabó con las esperanzas del filial deportivista, que a pesar de la eliminación despide la temporada con el convencimiento de que el grupo de juveniles que el curso pasado se proclamaron campeones de España ha dado un paso más en su evolución guiados por el propio Gilsanz. Hasta seis formaron ayer de inicio en la semifinal del play off y había otros tres en el banquillo, además de los dos (Noel y Trilli) instalados de pleno derecho en el primer equipo. El paso siguiente lo marcará el club y su propio crecimiento, pero la sensación es que los tiempos se están manejando de la mejor manera para aprovechar a esa camada dorada.
Llegaba de la mejor manera el filial deportivista después de un excelente final de campeonato con seis victorias y un empate, pero enfrente tenía a un rival que se había quedado a las puertas del ascenso directo y que partía con cierta ventaja. El empate le favorecía en una hipotética prórroga y quizá por eso el Fabril salió decidido para adelantarse. Dominó a través de un centro del campo en el que Gilsanz juntó a Brais Val, Mario Domínguez y Jairo con el objetivo de mover la pelota con la suficiente rapidez como para que aparecieran los espacios que pudieran aprovechar Mella y Yeremay en los costados. Hicieron mucho daño los dos en una primera media hora en la que al filial blanquiazul solo le faltó el gol.
Lo rozó en varias ocasiones e incluso llegó a marcar al filo del cuarto de hora en una acción invalidada por un fuera de juego dudoso. Jairo, que se movía entre la mediapunta y el vértice de la defensa, indetectable para los jugadores del Ourense, se asomó por el área a la espera de un magnífico pase filtrado de Brais Val con el que el Fabril se puso por delante antes de que el juez de línea invalidara el remate.
Insistió el Fabril a pesar del tanto anulado, sobre todo a través de Mella por la banda izquierda. El joven talento deportivista empezaría a ganar acciones con asiduidad, como la que le sirvió para poner en bandeja el gol a Iano poco antes de la media hora. No acertó el lateral y el partido cambiaría completamente de cara después del descanso.
El técnico del Ourense se dio cuenta de que la movilidad de los centrocampistas del Fabril le estaba haciendo mucho daño a los suyos y sacrificó a un delantero para ganar consistencia. El partido se equilibró, en parte también porque al Fabril le empezaron a fallar las fuerzas, y en el minuto 60 llegaría el gol que desequilibró la eliminatoria.
Un balón largo sobre Jerín desembocó en un centro sobre Amin, que le ganó la posición a David Suárez al borde del área pequeña. Casi que entre los dos acabarían colando el balón en la portería de Alberto y decidiendo el partido.
