La Opinión de A Coruña

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Defensa del Deportivo Abanca

Samara Ortiz : “Buscaba algo más familiar y el Dépor era la mejor opción”

“Me gustan los retos y lo más bonito que he vivido es un ascenso a Primera”, asegura la nueva jugadora blanquiazul sobre su llegada al Dépor Abanca

Samara Ortiz, en la ciudad deportiva de Abegondo después de un entrenamiento. | // CASTELEIRO / ROLLER AGENCIA

Samara Ortiz (Madrid, 1997) se esfuerza estos días por recuperar el trabajo perdido después de que un inoportuno proceso vírico le obligara a interrumpir la pretemporada. Lateral polivalente, capaz de jugar en las dos bandas, la jugadora madrileña ha sido una de las incorporaciones del Deportivo Abanca para afrontar de nuevo el reto del ascenso. Formada en el Rayo Vallecano y con pasado en el extinto Tacón y el Real Madrid, tenía claro su deseo de regresar a España tras una temporada en el Brondby danés.

¿Por qué decidió probar en el extranjero después de tantos años en la liga española?

Cuando acabé en el Real Madrid me salió esa oferta y siempre había querido probar la experiencia de vivir fuera, aprender un idioma, saber estar sola en situaciones difíciles y conocer otra liga. Decidí irme a Dinamarca y allí estuve doce meses.

¿Qué tal fue la experiencia?

A nivel futbolístico me sorprendió mucho porque es una liga bastante física, dura, y me gustó. Quizá eché en falta algo más a nivel personal esa vertiente española. Los españoles somos cariñosos y en el norte son más fríos. En el vestuario sí echaba de menos esa sensación. Firmé solo un año y cuando terminé tenía claro que quería volver a España.

Y le llamó el Dépor Abanca...

Me llamó Rocío [Candal, la directora deportiva] y me vendió el proyecto. Lo vi como una muy buena opción para volver y además el Dépor es un club grande. Quería algo más familiar, la liga es súper competitiva, puede subir cualquiera, y la ciudad me encanta.

Coincidió con la exdeportivista Teresa Abelleira en el Real Madrid, ¿le pidió referencias?

Nada más anunciarse el fichaje me escribió. Le pregunté y genial. Hablé con más compañeras que habían jugado aquí y con las que coincidí. Eso me hice decidirme todavía más. Tenía buenas referencias del Dépor.

Su hermana (Malena Ortiz) coincidió con Irene Ferreras en el Real Madrid, ¿también le preguntó sobre su entrenadora aquí en el Deportivo?

Sí claro. Me habló muy bien de ella. A Irene no la conocía personalmente, pero sí de vista porque jugó con el Rayo Vallecano. Cuando yo tenía igual siete años la veía entrenar cuando era la portera. Te da confianza llegar a un sitio en el que está un entrenador del que la mayoría habla bien.

¿Cómo han sido las primeras semanas aquí con ella?

Es puro fútbol, lo vive con intensidad y se pone mucho en la piel de las jugadoras porque ella también lo ha sido. Nos mete mucha caña, pero eso es bueno.

¿Cómo se plantea este regreso a España y su nueva etapa en el Dépor Abanca?

Me gustan los retos y lo más bonito que he vivido es el ascenso a Primera con el Tacón. Me lo tomo como un reto, también tengo ganas de conocer una competición en la que nunca había estado y a ver si conseguimos subir.

¿El ascenso es el objetivo irrenunciable?

Tampoco creo que sea bueno obsesionarse con subir. El trabajo es el que te acerca a los objetivos y siempre prefiero centrarme en el día a día.

¿Ha cambiado mucho la categoría desde aquel ascenso con el Tacón en 2019?

Sí. Antes había muchísimos grupos, era súper complicado y también había menos nivel. Al haber más grupos eran ligas más flojas, ahora es más difícil. Puede ganar cualquiera y se parece más a lo que puede ser la liga profesional masculina. Cada vez hay más clubes con soporte masculino también.

Eso es algo que ha cambiado en los últimos años, cada vez más clubes que apuestan por los equipos femeninos...

Eso es. Antes puede que en el grupo madrileño solo estuvieran el Atlético y el Rayo Vallecano con soporte masculino.

¿Cómo ha vivido todo este crecimiento del fútbol femenino en los últimos años?

Ha sido muy rápido y ha cambiado mucho. Yo con 14 años ya estaba jugando en Segunda División y ahora ya no, las niñas están en sus categorías correspondientes. Me metía a jugar con mujeres de treinta y pico años y me preguntaba: ‘¿Qué hago aquí?’. Ahora está todo más equilibrado.

Su hermana gemela también es futbolista, ¿cómo fueron sus inicios hasta llegar al profesionalismo?

Mi familia es de Vallecas y mi padre en cuanto tuvimos seis o siete añitos nos apuntó al Rayo Vallecano. De allí pasamos al Tacón y luego al Real Madrid. Desde pequeñitas siempre nos gustó y hasta ahora.

¿Jugaban con niños en esas primeras etapas?

Sí. Hasta más o menos los 13 años.

¿Les ayudó en su formación estar en equipos mixtos?

Yo creo que en las primeras etapas sí que ayuda. Es verdad que a veces hay situaciones en las que no gusta que una niña regatee a un niño, te puedas sentir un poco sola o que te tengas que empezar a cambiar en un vestuario separado de los chicos en cuanto empiezas a crecer. Tiene su parte buena y mala, pero cada vez hay más equipos de chicas. Los padres cada vez ven más las competiciones femeninas, los campos están cada vez más llenos como en la Eurocopa y se animan a que sus hijas jueguen.

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