La Opinión de A Coruña

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DEPORTIVO

Mariano Hoyas: “Le deseo todo lo mejor al Mérida, pero primero soy del Dépor”

El extremeño recuerda con cariño su etapa en los dos clubes “más importantes” de su vida, aunque su “equipo del alma” es el coruñés

El exdeportivista Mariano Hoyas, con la equipación de la Escuela de Fútbol de la Unión Polideportiva Plasencia. | // L. O.

Mariano Hoyas (Plasencia, 1970), aquel lateral derecho al que Marco Antonio Boronat subió del Fabril al primer equipo del Deportivo en 1991, justo después del ascenso a Primera, seguirá con especial atención el partido que hoy se disputará en el estadio Romano José Fouto. Allí se enfrentan el Mérida y el Dépor, “los dos clubes más importantes” de su carrera y también “en los que más tiempo” jugó, cuatro campañas en cada uno. Llegó a A Coruña desde el Plasencia y, tras ascender a Segunda B con el filial deportivista, en el verano de 1991 fue uno de los fabrilistas que hizo la pretemporada con el primer equipo. Convenció a Boronat y dio el salto al Deportivo para debutar en la jornada inaugural nada más y nada menos que ante el Valencia en Mestalla, entonces todavía bajo el nombre de estadio Luis Casanova. “Fue una satisfacción tremenda, algo maravilloso, pasar de Tercera y Segunda B a jugar en Primera”, recuerda el extremeño.

Mariano, con el Deportivo. | // L. O. Eugenio Cobas

A punto de cumplir 52 años, Mariano sigue vinculado al balompié como director deportivo de la Escuela de Fútbol del Plasencia. También es el segundo entrenador de la AD Llerenense de Tercera RFEF y está ligado como representante a la agencia AGR Sport. Toda una vida dedicado al fútbol desde sus comienzos en el Plasencia, pasando por Fabril, Deportivo, Celta, Mérida, Recreativo y Cartagonova.

El extremeño, en su etapa en el Mérida. L. O.

Muchos clubes a los que quiere, pero uno por encima de todos: “Cuando me preguntan cuál es mi equipo, siempre digo que mi equipo es el Deportivo”. Por eso no tiene dudas sobre quién le gustaría que ganase hoy en el estadio Romano José Fouto: “Evidentemente, voy con el Dépor. Mi equipo del alma es el Dépor. Le deseo todo lo mejor del mundo al Mérida, le tengo un cariño tremendo, pero primero soy del Deportivo porque fue el club que me dio la oportunidad de jugar en Primera y crecer futbolísticamente”.

En las tres temporadas que militó en el primer equipo del Dépor, primero con Boronat y luego con Arsenio, participó en 71 partidos, 55 de ellos como titular, incluido el desenlace de la agónica promoción de permanencia ante el Betis:“Al final, nos salvamos. Yo creo que sin eso no vendría todo lo que vino después”.

Se sintió “un privilegiado” por coincidir con “grandísimos jugadores como Mauro, Bebeto, Donato, Claudio, Fran, Djukic, Manjarín o Alfredo”. “Mantengo una gran relación con futbolistas de mi época, como Paco Jémez, con el que tengo una amistad tremenda. Intentaba aprender de ellos y absorber lo más posible para crecer como futbolista”, explica Mariano, “supercontento” con el trato que le brindó la afición blanquiazul. “A mí la gente me tomaba como un canterano —explica— y era cierto, porque había estado en el Fabril. Le tengo un cariño especial. Cada vez que subo a A Coruña todavía hay muchísima gente que se acuerda de mí y los amigos que hice los sigo manteniendo. Estoy eternamente agradecido a la ciudad y al club”.

En Riazor “la competencia era tremenda”, con futbolistas como López Rekarte. “Muchos partidos él jugaba por la izquierda y yo por la derecha. También había firmado ya Nando. La competencia fue grande —recalca— pero eso te hace intentar superarte y crecer. Me hubiera gustado jugar un poco más, pero no me puedo quejar en absoluto”.

El extremeño recuerda bien su traspaso del Deportivo al Celta en 1994. “Se había ido Jorge Otero al Valencia y necesitaban un lateral derecho. El entrenador era Carlos Aimar, al que yo ya conocía, y los clubes se pusieron de acuerdo”, relata Mariano, que tras dos temporadas en Balaídos firmó por el Mérida. Allí se sintió “súper a gusto” ayudando a crecer a “un club muy familiar”. “Le tengo un cariño tremendo. El primer año ascendimos a Primera. Era un equipo muy humilde y muy modesto, y tuvimos la suerte de jugar en la máxima categoría. Fueron cuatro años maravillosos”, concluye el exfutbolista de Deportivo y Mérida.

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