La Opinión de A Coruña

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Fútbol - Deportivo

Mario Nájera y Martín Ochoa, la sociedad riojana del gol en el Fabril

Los dos delanteros comparten trayectoria desde su llegada al Deportivo y han marcado once de los doce últimos tantos del filial blanquiazul esta temporada

Mario Nájera y Martín Ochoa, en la ciudad deportiva de Abegondo después de un entrenamiento. | // CARLOS PARDELLAS

A Mario Nájera y Martín Ochoa les separa la fecha de nacimiento y poco más. El primero es de 2003 y el segundo de 2004, los dos son riojanos, llegaron al Deportivo en el verano de 2019 procedentes de la UD Logroñés y se han convertido en los máximos goleadores de un Fabril que marcha líder de su grupo en la Tercera RFEF antes de visitar mañana el campo de Barreiro para enfrentarse al Gran Peña, tercer equipo del Celta. Seis goles cuenta Nájera por cinco de Ochoa después de marcar entre los dos once de los doce tantos del filial blanquiazul en las últimas cuatro jornadas. “Nos buscan porque saben que estamos en racha, cuando esté en racha otro se la pasaremos a él. Eso es así por el bien del equipo”, bromea Nájera, el mayor de una sociedad riojana del gol que ha terminado por explotar en el Fabril en este comienzo de temporada.

Renovados el pasado verano hasta 2024, el suyo ha sido un crecimiento casi de la mano hasta encontrarse este año en el filial que dirige Óscar Gilsanz. Ya se conocían de su etapa en la UD Logroñés, pero donde realmente forjaron un vínculo que va más allá del campo es fuera. “Los dos llevamos cuatro años aquí y los cuatro en la residencia. Los dos juntos. Los fines de semana prácticamente nos quedamos solos porque los compañeros gallegos se van a sus casas, por eso hicimos migas desde el principio. Viendo fútbol, películas... Tenemos muy buena relación”, asegura Nájera sobre su compañero. La cercanía entre sus familias terminaría de forjar la complicidad entre los dos. “Vivimos casi al lado y nuestros padres tienen mucha relación. Cuando los suyos vienen a Coruña me traen a mí cosas y al revés también: cuando vienen los míos aprovechan el viaje para traerle cosas a Martín”, describe sobre su adaptación conjunta a la ciudad y al club.

Recién comenzada su cuarta temporada en el Deportivo, ambos han demostrado de sobra aquello para lo que llegaron. Los dos se han cansado de marcar goles, Nájera desde su aterrizaje como juvenil y Ochoa de cadete. “Siempre he marcado goles, el año antes de venir aquí quedé máximo goleador de la liga siendo cadete de segundo año. Jugué en Juvenil Nacional con la UD Logroñés y ascendimos a División de Honor”, expone Nájera. Acabaría también entre los principales anotadores durante aquella inolvidable temporada 2020-21 en el que el Juvenil A acabaría proclamándose campeón de España en Marbella con la generación que consagró a los Brais Suárez, Dani Barcia, Trilli, Noel, Brais Val, Mella, Jairo o el propio Nájera. Buena parte de ellos conforman ahora el núcleo fuerte del Fabril, pero el salto el curso pasado no fue sencillo.

“Veía que me adaptaba más tarde”, reconoce el riojano sobre la temporada de su estreno en la Tercera RFEF. “Es un salto difícil, porque pasas de un fútbol muy bonito a uno muy complicado, que es el de Tercera. Es mucho más físico, de juego sucio, por decirlo así, y cuesta asimilarlo. Te tienes que preparar para ello, tanto física como mentalmente. No todos pueden dar ese salto”, asegura.

La dureza de esa primera aproximación al filial, a pesar de disfrutó de la participación con el Juvenil en la Youth League, le hizo dudar sobre la renovación, pero encontró el respaldo del club. “No lo tenía muy claro, pero el Dépor confiaba en mí y yo también. Se juntaron las dos cosas y creímos que iba a ser un buen año. Yo no tenía nada y tanto el club como yo decidimos apostar”, expone acerca de su ampliación de contrato hasta 2024.

Martín Ochoa, todavía en edad juvenil, pero cada vez más asentado en el filial, también prolongó su vinculación dos años más en un club en el que ha encontrado como su compañero el contexto necesario para su crecimiento. A Nájera lo pretendían Eibar, Osasuna o Valladolid en aquel verano de 2019, pero acabó seducido por el proyecto del Deportivo. “Teníamos alguna oferta más, pero nos mostraron mucha sinceridad en todo. Nos lo dijeron todo muy claro y nos enseñaron también las instalaciones. Eso fue lo que nos enamoró, por decirlo así. Los campos de césped natural que hay aquí no los tienen en casi ningún lado. La residencia que tenemos, los educadores... Es una maravilla”, argumenta Nájera sobre su decisión.

De perfiles distintos, pero igual de goleadores, los dos se han destapado ahora con el Fabril de Gilsanz. “No me gusta estar arriba, pero sí me gusta llegar. Siempre espero que pueda haber un rechace o un pase atrás con el que poder hacer gol. Lo que me gusta es aparecer, no tanto la pelea. Martín es lo contrario, está más con los centrales, peleando, aguantando... Lo hace de maravilla y por eso está en el momento que está. Somos diferentes y cada uno aporta lo suyo para ayudar”, resume Nájera.

El camino de los dos ha sido parecido y tiene también una meta común en el primer equipo. “Lo tenemos ahí como en el cielo, como el sueño”, reconoce sobre su aspiración y la de su compañero Ochoa.

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