El Deportivo cuajó el domingo en la primera parte del partido contra la Cultural Leonesa los que probablemente sean sus mejores minutos de juego en lo que va de temporada. El equipo logró relacionarse de esa manera fluida que busca su entrenador, Óscar Cano, para mover la pelota con rapidez y precisión en un monólogo que no supo traducir en goles por falta de puntería. Las falló de todos los colores el conjunto blanquiazul, que sin embargo se vería de nuevo lastrado en el marcador por la debilidad defensiva que arrastra desde el comienzo de la temporada.
Las dos ocasiones que fabricó la Cultural acabaron dentro de la portería de Edu Sousa, recambio de Ian Mackay en el que fue el estreno en Riazor del guardameta pontevedrés, por una mezcla de falta de contundencia, infortunios y acierto del rival. Lapeña no despejó con autoridad un balón dentro el área en la jugada que desembocaría en el espléndido disparo de Roberto Alarcón que supuso el empate para los visitantes. En el segundo tanto de la Cultural, Isi Gómez se resbalaría al borde del área y Jaime se mostraría demasiado pasivo frente a Pertejo.
Dos jugadas en las que se volvieron a poner de manifiesto unas carencias en la plantilla que Óscar Cano trató de justificar al final del partido. “Los jugadores que tenemos no son grandes ganadores de duelos. La plantilla se hace para hacer lo que hemos hecho durante gran parte del partido. Eso es lo que hace esta gente, mandar y tener buena salida de balón. Todo tiene que ver con quiénes somos. ¿Que todo tiene margen de mejora? Por supuesto. No podemos encajar todos los días dos goles. Mejoraremos, seguro. Pero tiene que ver con todas las líneas”, reflexionó el entrenador deportivista sobre las características de sus jugadores en una línea parecida a como lo había hecho antes Borja Jiménez.
El club, sin embargo, trató este verano de paliar parte de esas carencias con la incorporación de Pablo Martínez, ausente por lesión el domingo después de afianzarse como titular. El central francés debía aportar ese componente de contundencia que se echaba en falta en el equipo, pero sus actuaciones recientes tampoco han estado a la altura de las expectativas.
El domingo contra la Cultural regresó la pareja clásica del curso pasado formada por Lapeña y Jaime, que apenas había coincidido a lo largo del presente campeonato. En una actuación colectiva notable del conjunto blanquiazul quizá ellos fueron la parte más débil, aunque Cano intentó echarles una mano después del empate. El entrenador deportivista considera que la evolución defensiva del equipo debe pasar por todas las líneas y no exclusivamente por la defensa. “Ni Quiles, ni Mario, ni Rubén, ni Lapeña son grandes defensores. Casi siempre que paramos la imagen, estamos bien puestos, estamos donde tenemos que estar. Pero hay una cosa que se llama cuerpo a cuerpo”, explicó Cano.
El Deportivo ya lleva encajados más del doble de goles esta temporada que la pasada tras las primeras doce jornadas —cinco el curso anterior por once en esta— y ha recibido en casi todos sus partidos disputados. También se ha visto en muchas ocasiones por debajo en el marcador, obligado a remontar, como el domingo ante la Cultural.
Villares, Pablo Martínez y Granero, al margen
La plantilla deportivista arrancó ayer la semana de entrenamientos previos a la visita al Fuenlabrada con tres jugadores al margen del grupo. Villares, Granero y Pablo Martínez continúan con trabajo individualizado y a la espera de su evolución en los próximos días para saber si están en condiciones de llegar al partido del domingo frente al conjunto madrileño. Los tres arrastran problemas musculares que les impidieron estar disponibles para el encuentro ante la Cultural Leonesa y han trabajado al margen durante la última semana bajo la supervisión de los servicios médicos. La plantilla tendrá hoy jornada de descanso y retomará los entrenamientos mañana con vistas a la visita a Fuenlabrada.
