El Deportivo hizo una primera parte muy buena, en la que se vieron las carencias ofensivas y sobre todo de finalización. Sigue faltando un referente arriba, especialmente para esas segundas jugadas en las que aún sigue echando en falta a un killer, a un rematador. El Deportivo no puede basar todo su juego de ataque en la inspiración de Quiles y el estado de forma de Mario Soriano para llegar a la portería contraria.

El planteamiento táctico de Óscar Cano fue muy bueno, con ese 4-3-3 en el que Soriano estaba liberado y a sus anchas de medio campo hacia adelante. Fue el que creó más peligro y, sobre todo, hizo los mejores pases en la primera parte.

Después de esa primera mitad en la que los errores estuvieron más en el remate que en el ataque, pasamos a una segunda en la que el equipo no tuvo la tranquilidad necesaria tras marcar tan pronto para fijar su propio ritmo del partido. El empate llegó pocos minutos después y tras el segundo gol de la Cultural el Dépor se obcecó en tocar la pelota en zonas cercanas al área. Cuando conseguía conectar centros sí lograba trasladar peligro, pero en esos casos debe ser más vertical y buscar opciones de remate alternativas en lugar de conservar la posesión del balón.

Esta mejoría debería tener continuidad en los siguientes partidos, pero los deberes que tiene ahora mismo la secretaría técnica son buscar un delantero. Tanto Svensson como Gorka y Zalazar, hoy por hoy, no van a dar el nivel que necesita un equipo como para ascender directamente en Primera Federación.

Los defensas volvieron a quedar señalados, pero creo que en el primer gol no tienen ninguna culpa. Viene de un rechace y rematan desde fuera del área. En el segundo la responsabilidad es más de Isi Gómez, que es el primero que enfrenta al jugador de la Cultural. La contundencia faltó más en esa primera acción del centrocampista.