El Dépor golpea y alarga la pelea

Un gol de Lebedenko en la primera parte permite al Deportivo volver a ganar a domicilio y acercarse de nuevo al liderato - El equipo sobrevive en la segunda mitad tras dominar con solvencia hasta el descanso

Lebedenko, Pablo Martínez y Lapeña celebran el tanto del lateral ucraniano ayer en Talavera. |  // RCD

Lebedenko, Pablo Martínez y Lapeña celebran el tanto del lateral ucraniano ayer en Talavera. | // RCD / Marcos Otero

Marcos Otero

Marcos Otero

Al Deportivo siempre le había faltado algo lejos de Riazor para ganar un partido con cierta suficiencia. Un malentendido en las marcas en la última jugada que favorece el empate rival, un saque de banda que se pone en juego como si hubiera que remontar, una lectura desacertada desde el banquillo, planteamientos que no le sientan bien al equipo... “Detalles”, en palabras de su entrenador, Óscar Cano, que ayer cayeron del lado blanquiazul para lograr una victoria que le permite sacudirse parte de sus complejos a domicilio y acercarse de nuevo a la cabeza de la clasificación. No fue un triunfo con demasiado brillo, pero sí con los suficientes argumentos para imponerse a un rival incómodo, mejor de lo que sugiere la clasificación.

El Talavera todavía paga su nefasto inicio de temporada, derivado de esa llamada a última hora para sustituir al castigado DUX Internacional de Madrid, pero tan solo había perdido dos de sus últimos doce partidos antes de recibir al Deportivo en su campo. No era un escenario sencillo para los blanquiazules, contrariados todavía por el decepcionante empate de la semana pasada en San Sebastián de los Reyes en el que era su segundo encuentro consecutivo a domicilio. Respondieron mejor de lo que cabría esperar, más reconocibles con un estilo de juego alejado de la propuesta directa que exhibieron contra el Sanse la jornada anterior.

Volvieron Rubén Díez y también Villares y de entrada el Deportivo fue un equipo diferente, más pegado a la pelota. El rival también invitaba a ello, porque el Talavera también suele intentar ordenarse a través del balón. Lo interpretó muy bien el conjunto de Cano en ese tramo inicial del encuentro con las líneas adelantadas y juntas para poder recuperar en campo contrario.

Casi sin tiempo para comprobar las intenciones de unos y otros, Pablo Martínez rozó el primer gol en un saque de esquina en el que no consiguió orientar con precisión la pelota. Ya son muchas las que se le han ido al limbo al central francés, que desde que Lucas se encarga de los saques de esquina ha multiplicado su peligro en las acciones a balón parado. En esta ocasión la pelota se le volvió a marchar arriba, pero más clara sería incluso la que tendría Villares tan solo unos minutos después.

Para entonces el Deportivo había conseguido instalarse en campo del Talavera a través de una presión efectiva. El equipo es la noche y el día cuando logra recuperar la pelota con rapidez y descolocar al rival. Encontró la ayuda de los locales, imprecisos y mal situados en ese inicio de encuentro en el que quizá esperaban otro planteamiento de los coruñeses. Lucas recuperó una pelota en tres cuartos y enseguida armó una jugada de ataque que finalizó en una llegada al área de Villares, de las pocas que ejecutó ayer. El remate del centrocampista vilalbés, sin embargo, le salió flojo y centrado, fácil para Biel Ribas.

En diez minutos el Deportivo ya había conseguido acumular dos ocasiones claras, más de las que tuvo en todo el partido en San Sebastián de los Reyes y con una propuesta más cercana a lo que se puede esperar del equipo. No se trata de cambiar el estilo, había puntualizado Cano en la previa, pero hay trajes que a los blanquiazules les sientan mejor que otros. Ocurre que en la mayoría de las ocasiones los planteamientos parten de las alineaciones, de los jugadores escogidos, y ayer Cano recurrió a los que en teoría parten con más opciones de ser titulares la mayor parte de las jornadas.

Soriano parece haberle ganado la partida en la izquierda a Saverio, al menos en los partidos a domicilio. El joven ecuatoriano evidenció en sus dos titularidades que todavía le falta ritmo y sus condiciones dependen en exceso del grado de confianza que tenga para encarar y de que aparezcan opciones para romper líneas. Soriano es diferente, busca los apoyos, y por momentos combinó con Lebedenko en la banda izquierda, origen de la mayor parte del peligro deportivista en la primera mitad.

El gol, sin embargo, nacería en el lado contrario. Quiles ganó una pelota de cabeza para Lucas, que enseguida se la devolvió para la carrera de su compañero. El delantero onubense intuyó la llegada por la izquierda de Lebedenko, que tuvo tiempo para acomodarse en la frontal del área y colocar un disparo preciso en el palo contrario.

Lo merecía el Dépor, que hasta entonces apenas había concedido un par de acercamientos del Talavera y que por primera vez daba una sensación de solvencia a domicilio después de mucho tiempo. El panorama cambiaría después del descanso, motivado por la pérdida de efectividad de la presión blanquiazul. Ya no apretaría tan arriba el Deportivo y los locales encontrarían impulso a través de los cambios.

El Talavera merodeó el área en varias ocasiones, quizá sin demasiado peligro, pero sí con la suficiente insistencia como para empezar a cuestionar el dominio del Deportivo en ese tramo final del encuentro. Ya no tendría demasiadas llegadas claras el equipo de Cano, que trató de buscar soluciones a través del banquillo. Cada vez había más espacios a la espalda de los defensas locales en su búsqueda del empate, así que no pintaba como mala idea darle un cuarto de hora a Yeremay. El joven canario no podría influir y sería Lucas el que firmaría los mejores minutos en el desenlace del partido para entorpecer el inicio de las jugadas del Talavera e incomodar en sus lanzamientos en largo para conservar una victoria de oro.

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