Entrevista | Entrenador del Deportivo

Óscar Cano: “Nuestra gente es maravillosa y lo digo después de que miles pidieran mi dimisión”

“Los distanciamientos con la afición se acortan ganando partidos”, asegura el técnico blanquiazul

Óscar Cano

Óscar Cano / VICTOR ECHAVE

Óscar Cano (Granada, 1972) lleva siete meses de mucho desgaste en A Coruña. A falta de tres partidos y un play off, analiza su momento y el del Dépor tras los pitos y los gritos de Riazor del pasado sábado que solicitaban su dimisión.

¿Le tranquiliza ver ya a Lucas y Quiles con ustedes? ¿Cómo están?

La mayoría de los chicos está con salud, solo Trilli que está arrancando. Quiles y Lucas son fundamentales y es importante que vayan dando pasos y que estén a punto de entrenarse con el grupo con cuidados, con protección. Me alegro de que estén con nosotros.

A Lucas, si le dejan, va con la vía del hospital a entrenarse...

Es espectacular. Todo lo que anunció a su llegada se está cumpliendo. Dijo que iba a trabajar como el que más, tiene una ilusión extraordinaria. Yo estuve hablando con él por teléfono el sábado tras el partido y ya me decía que estaba muy inconforme con estar así. Quiere estar, quiere entrenar, quiere hacer cosas con sus compañeros. Eso espolea el ánimo de todos.

“Trabajo con la ilusión de que si subimos, entrenaré aquí en Segunda”

¿Así actúa un líder?

El liderazgo se puede transmitir de muchas maneras y el de él es eso: no dejar caer a los demás, estar siempre encima y mostrar diariamente ejemplo y este es uno más.

Óscar Cano gesticula durante la entrevista. |  // VÍCTOR ECHAVE

Óscar Cano gesticula durante la entrevista. | // VÍCTOR ECHAVE / Carlos MIranda / Eugenio Cobas

¿Se ha endurecido el equipo con todos los contratiempos?

Todo hace callo. Era Bielsa el que decía que donde realmente se veía a las personas era en las malas. Cuando todo va bien, es de color de rosa o las victorias se suceden, es fácil. Cuando aparece la dificultad es cuando se ven a las personas y estoy orgulloso. Y no solo de los jugadores, sino del staff, de todos los que trabajamos aquí. No dejamos de remar, de seguir insistiendo. Todo eso deja un aprendizaje. Por ejemplo, cuando vengan mal dadas en un partido decisivo, el equipo va a estar preparado.

Fue pitado en varios momentos y pidieron su dimisión ante el Alcorcón. ¿Cree que la primera vez, en el cambio de Antoñito, fue porque pensaban que Trilli estaba en el banquillo?

Sí, totalmente. Fue por eso.

“Si no hubiese visto al equipo preparado, habría dado un paso al lado, yo no me aferro”

¿Le sorprendió?

No. A ver. La gente entra al estadio, está hablando con sus familiares… No es por excusarlos, porque si lo llegan a saber, no hubiesen pitado. No sabían que Trilli no estaba y ese es el origen de muchas de las protestas posteriores, porque es un chico querido y todo el mundo quiere que juegue, porque se sienten identificados con él. Fue campeón con el juvenil. Es normal que pidan a aquellos jugadores con los que se sienten reconocidos y han demostrado. Pero no pasa nada, no hay problema.

¿No cree que le pitan a usted por una frustración más amplia?

Es que el Dépor no debe estar ahí. No es solo que ellos lo crean, es que lo creen bien. No hay nada que pueda pagar que el Depor vuelva a disfrutar de esa etapa tan bonita, tan dorada, de estar siempre en Primera en los puestos altos, de disputar LaLiga, de ganar títulos, de ir a Europa, de llegar a semifinales de Champions… Como no hace un siglo de eso, pues contrasta mucho con lo actual. Entonces claro, si la gente ve que hace dos años casi se baja a Segunda RFEF y ve que ciertos equipos, con todos mis respetos, que disputan el play off de ascenso a Segunda y están por debajo en historia, eso frustra. Si a eso le unes lo de Mallorca, que estaba hecho. Si le unes incluso lo de Albacete, pues la frustración es lógica.

“Nuestra gente es maravillosa y lo digo después de que miles pidieran mi dimisión”

“Nuestra gente es maravillosa y lo digo después de que miles pidieran mi dimisión” / Carlos MIranda / Eugenio Cobas

¿Y se focaliza en el de siempre?

Y las frustraciones en el fútbol actual impactan sobre el mismo, es decir, sobre los entrenadores. El otro día se lo decía a mis hijos. Me llaman y me preguntan cómo estoy. Yo les digo que no es agradable, obviamente, porque trato de educarlos y de decirles las cosas como son. Pero mi hijo mayor quiere ser también entrenador, tiene 18 años y tiene el nivel 2. Le digo que si quiere ser entrenador, esto es lo que se va a vivir y cada vez con más fuerza. Cada vez va a estar mucho más expuesto, debilitado, ninguneado (el entrenador).

¿Cómo se encaja?

Pues hay que saber llevarlo, seguir trabajando y creyendo que todo es posible, porque todo es posible. No firmamos aquí con la condición de ascender. Quedaban muchas jornadas, pero la gente con la que convivo no hablaba mucho del primer puesto. ¿Qué ha ocurrido? Que hemos ido logrando las cosas, excepto la última. Hemos competido mejor, hemos tenido porterías a cero, hemos sido casi imbatibles en casa porque, por lo menos nosotros no hemos perdido ninguno. Después hubo un bache, pero hemos asentado al equipo en play off y llegaron dos o tres momentos en los que ese paso por el liderato no se dio y eso frustra. ¿Por qué? La ecuación es sencilla. La gente, el último recuerdo que tiene, es que hay una desgracia que tiene que ver con el Albacete y eso es en un play off. Entonces, parece que rememora ese tiempo y comprendemos que pueda sentirse mal.

“Un integrante de una secretaría técnica de Segunda me dice que ve a Villares de lateral”

¿Se ha llegado a plantear si todo esto merece la pena?

La pregunta me la hice hace mucho tiempo. Ser entrenador no merece la pena. Incluso cuando las situaciones no van mal, que ahora no van del todo mal, que estamos en play off. ¿Cómo va a merecer la pena? ¿A quién le merece la pena haber construido una familia y no poder disfrutar de ella? Evidentemente, no me pueden acompañar. Somos temporeros, porque eso es lo que vamos a ser. No sé si son 35 o 36 cambios de entrenador en 40 equipos. Algunos van por el tercero o el cuarto. Desde ese punto de vista ser entrenador no merece la pena.

“Nuestra gente es maravillosa y lo digo después de que miles pidieran mi dimisión”

“Nuestra gente es maravillosa y lo digo después de que miles pidieran mi dimisión” / Carlos MIranda / Eugenio Cobas

Pero...

Lo que pasa es que esto como es tan vocacional, es un veneno que te entra dentro. Y en estas situaciones en las que las cosas no van tan bien, uno lo que hace es darle mucho más valor a la resistencia, a que ellos te vean entero. Hablo de la familia. Que ellos perciban que su padre no se rinde, que insiste, que lo intenta, que cambia cosas para no hacer lo mismo siempre como hacemos en alineaciones, en los entrenamientos, en el método, para que ocurran aquellas cosas que no están ocurriendo. Sinceramente, conociéndome, sí que va a llegar el día en el que, de la noche a la mañana, me vaya del fútbol, o si no del fútbol, por lo menos del cargo (de entrenador). Soy una persona espontánea y que no tiene marcha atrás cuando decide algo. Ese día llegará. Ojalá que sea tarde, pero evidentemente tiene un límite. El límite aún no ha llegado y creo que está lejos.

“Llegará el día en el que Trilli juegue muchos partidos con el Deportivo”

¿Por qué no conecta con la afición?

No hay ningún club en España en el que haya tanta diferencia entre lo que ha sido hace poco y lo que es ahora. Y claro, eso genera una frustración terrible, terrible, porque es así. De hecho, venimos porque sabemos que es un club que puede alcanzar el fútbol profesional de manera inmediata. Eso contrasta con que hay unos tiempos para que las cosas sucedan. En la jornada diez no podemos ascender. Será en mayo o junio. Y lo que sí tenemos claro todos los que estamos aquí es que, en caso de ascenso y de continuidad, todo se va a relajar un poco, a rebajarse esa exigencia, pero tampoco mucho. No sé si van a aguantar un par de años más en Segunda, porque también van a considerar, con justicia y con razón, que tampoco es el lugar que le corresponde al Dépor.

¿Si sube seguirá en el cargo o puede haber una salida por ese distanciamiento con la afición?

Los distanciamientos se acortan ganando. Es así. Grandes entrenadores históricos del Dépor también en un momento determinado, cuando los resultados no iban o cuando tomaban decisiones que no eran las que quería la gente, también… Tengo contrato y tengo el respeto de la gente (del club). Por lo tanto trabajo con la ilusión, obviamente, de que si ascendemos, pueda dirigir al Deportivo en superior categoría.

“Es obvio que Rubén está peor, pero no se pierde la confianza en quien dio tanto”

La afición demandó su salida. ¿Seguirá seguro hasta final de liga?

Es que no hay ni caso o, por lo menos, yo no siento que haya habido caso. ¿Por qué? Por lo que estamos diciendo. Hubo esos dos o tres días en los que no fuimos capaces de ponernos primeros o de acercarnos, pero es que el equipo no se ha caído. No hay dos derrotas seguidas. Ha venido el líder y ¿quién ha merecido ganar? El Dépor. No nos han ganado 0-3 ni ha habido partidos desastrosos. Aquí el desastre es perder por la mínima en inferioridad numérica o empatar. Yo, por lo tanto, no veo una razón relacionada con el rendimiento. Esto ha sido un proceso y tampoco me dieron un equipo que fuese primero.

OSCAR CANO

OSCAR CANO / VICTOR ECHAVE

¿Qué le puede decir al aficionado que pueda pensar que la plantilla no está con usted?

Que le pregunten a ellos. Pero es que muchas veces no hace falta. Es el día a día. Yo me siento respetado, querido, siento que todos lo que les decimos a ellos lo entrenan a tope. Evidentemente, habrá jugadores pues que no querrán que yo esté aquí, pero porque no juegan. Pero es que eso pasa en todos los equipos. Es importante aclarar que no solo los habituales o los que gozan de una mayor confianza en el once los noto y los percibo muy cercanos, también a los que no juegan. Es lo más bonito, el día a día, lo que me dicen en el día a día con mensajes cara a cara. Y el móvil siempre lo tengo lleno de buenas palabras, cuando yo no se las solicito. Siempre me preguntan cómo estoy y me dan ánimos; es muy importante.

“¿Destitución? Es que no hay caso o, por lo menos, yo no siento que lo haya habido”

¿Cómo es su contacto con la secretaría técnica y el consejo?

En mi carrera puedo decir que cuando salgo de los lugares me jacto de mantener la amistad. Me he encontrado con que la gente que rige el club es fantástica. Cercana, comprensiva con los vaivenes de competir. Todos los consejeros me esperan al final del partido para manifestarme su confianza, cuando ganamos y cuando perdemos. El presidente, Emma (Lustres), Miguel Juane... Reconocen el esfuerzo de los chicos y eso genera cierta estabilidad, que es necesaria. No podemos dinamitarlo todo por un mal resultado, por un empate. Me he encontrado a personas fantásticas, más allá del contacto diario con Carlos (Rosende), Juan (Giménez) y Martín (Castiñeira). Pasamos el día juntos, no solo aquí, sino que después vemos partidos de Segunda, nuestra categoría, Champions, Primera. La relación es excepcional y eso me lo voy a llevar.

Ha habido gestos públicos estos días de Antonio Couceiro o Emma Lustres. ¿Los necesitaba?

No. Soy de las personas que no necesitan que algo sea público. Cuando uno es más joven tiene esa parte de ego relacionada con que la gente vea y sepa. Cuando uno va cumpliendo años, entiende que es suficiente y que, a veces, hasta es mejor que sea a nivel íntimo, privado.

“Los jugadores me apoyan cara a cara y tengo el móvil lleno de buenas palabras”

¿Cómo se trabaja para no llegar tocados a un play off?

Seguimos trabajando para ser campeones, pero yo veo en el ambiente que ellos saben que en nosotros no cabe la palabra decepción porque si no, no entraríamos de la mejor manera a ese play off. Y ojalá que ese tipo de fortaleza mental se transmita y no tengo ni media duda de que en caso de llegar al play off en los partidos como local vamos a tener a 30.000 personas empujando, porque son así. Esa fuerza que tienen en la frustración la tienen también en lo bueno. El año pasado vine y vi el Dépor-Linares, y cuando salí le decía a Elías (segundo entrenador): “Es increíble cómo la gente aprieta y aprieta”. Nuestra gente es maravillosa, lo digo después de haber escuchado a varios miles pidiendo mi dimisión. Entiendo que son maravillosos y no lo digo por tratar de convencerlos de que tienen que estar conmigo. Pueden estar con quien quieran, pero son maravillosos. Prefiero tener a 30.000 ahí porque sé que esa energía, los que están dentro, que son los importantes, la notan. Lo van a seguir dando todo.

“Raúl está insuperable en defensa y ahora va llegando desde atrás”

¿Ve al equipo preparado?

Siempre. Si yo no hubiese visto al equipo preparado, habría sido el primero en dar un paso al lado. Ha habido veces durante mi trayectoria que a mí me han preguntado qué le falta al equipo y les he dicho que a lo mejor lo que necesitaba es que yo me fuese. No me aferro a nada y aquí tenemos una dinámica excepcional de entrenamientos y de convivencia. Me siento respetado, yo los respeto y ellos compiten.

“No podemos dinamitarlo todo por un mal resultado”

¿Ya se anima Raúl a atacar?

No teníamos duda de que podía pisar el campo contrario y dotar al ataque de mayor variabilidad. Pero si llegamos aquí y lo primero que te manifiestan los jugadores es que quieren hacer cosas que les llenen de seguridad, porque no había sido un buen comienzo, pues tenemos que ir hacia eso. Había un ambiente enrarecido que le había costado el puesto al entrenador, que no ganábamos con solvencia y que no teníamos buenas sensaciones. Lo primero que hicimos fue escuchar, observarles y no solo verbalmente, también en sus conductas. Optamos por hacer cosas sencillas y una de ellas fue que, tras la pérdida, estuviésemos dispuestos. El equipo se va soltando y ahora que ya estamos bien se ve a un Raúl insuperable en defensa y llegando desde atrás.

¿Qué le pasa a Rubén Díez?

Con él tengo una grandísima relación. El problema que hay con estos jugadores es que esperamos de ellos siempre algo genial y no siempre pueden darlo. Todo jugador tiene altibajos. Es muy bueno, ordena a los demás, es capaz de llevar el ritmo. Que ahora esté peor que en otros momentos es una obviedad. No está como al principio, pero no podemos perderle confianza a un jugador que nos ha dado tanto.

“Aquí el desastre es perder por la mínima en inferioridad o empatar un partido”

¿Le sorprende el rendimiento de Villares como lateral?

Después del partido recibo un whatsapp de un integrante de una secretaría técnica de un equipo importante de Segunda diciéndome que él, que es un tipo que destaca por hacer buenas plantillas y por descubrir talentos, ve a Villares como lateral. Lo dice relacionándolo con la élite, que si tiene que dar un paso más, debe ser de lateral. Yo no soy tan tremendista. A Villares no hay que verlo como lateral, mediocentro o interior, porque es un chico que tiene una versatilidad enorme y hay que aprovecharla. A otros jugadores se les puede encasillar en una posición. Encerrar a una persona que puede hacer tantas cosas en un único lugar y para hacer cosas tan concretas no tiene sentido. Es un comodín para un entrenador y debe asumirlo, porque lo va a enriquecer y le va a hacer jugar más en categorías superiores.

“Ser entrenador no merece la pena, pero es un veneno que llevas dentro”

¿Cómo está Trilli?

Las lesiones le han tenido tiempo parado. Cuando yo llego, Antoñito está muy bien y eso le afectó. Se recupera y no puede entrar. Y en los momentos que tuve que elegir lateral, por lesión o sanción, me he basado en que sus ritmos competitivos no eran los mejores derivados de todo esto. Es un chico sensacional, con grandes capacidades y del que no tengo queja. También tiene cosas por corregir como todos los jóvenes. Una de ellas tiene que ver con aspectos defensivos. Él, por su físico e impronta, ha ido resolviendo todo en etapas menores de una manera sencilla y ahora ya estamos jugando contra otros jugadores. Para alcanzar ese nivel y esa mejora, está poniendo todo de su parte y después tiene la plusvalía de que con balón es extraordinario. Pero mal haríamos considerando que la evolución de un chico, con 19 años, solo pasa por los cinco meses con un técnico o por los diez partidos que no ha jugado. Todo tiene su proceso y llegará el día en el que juegue muchos partidos en el Dépor.

“Mi hijo quiere serlo y ya le dije que es un trabajo ninguneado, expuesto y debilitado”

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