Fútbol - Deportivo

Luismi Redondo, la revelación de Primera RFEF que también pasó por Abegondo

Lleva siete goles y ha repartido tres asistencias: “Es uno de mis mejores momentos”

Luismi Redondo, en el centro y con los brazos abiertos

Luismi Redondo, en el centro y con los brazos abiertos / Antequera

Carlos Miranda

Carlos Miranda

La Primera Federación está plagada de jugadores emergentes y uno de los que más está llamando la atención en el Grupo II responde al nombre de Luismi Redondo (Plasencia, 1998) y tiene pasado en Abegondo. Los siete goles y las tres asistencias que ha repartido en lo que va de campeonato en el Antequera, un recién ascendido, le colocan como uno de los futbolistas más determinantes ante la portería contraria en el año de su reestreno en la tercera categoría. “Estoy feliz, es uno de mis mejores momentos. Cuando estás así, hay que aprovecharlo y que no acabe nunca”, admite quien, a sus 25 años, empieza a recoger los frutos de ese reinicio que debió hacer en 2019 y que, ahora, le coloca a las puertas del fútbol profesional. “Es el objetivo que he tenido desde que tengo uso de razón y estoy en un buen momento. Ojalá se dé, pero hay que vivir todo con tranquilidad”, asume.

Es parte de esa paciencia que ha tenido que ir ejercitando en su carrera. Todo empezó a torcerse para él en Abegondo. Había acabado su etapa de juveniles en la cantera del Valencia y el club coruñés apostó por él para sumarle a ese Fabril que acabaría jugando el ascenso con Cristóbal Parralo, Edu Expósito o Pinchi como algunos de sus mayores exponentes. El ostracismo y, posteriormente, una lesión se cruzaron en su camino. “La oferta del Dépor me llegó cuando acababa mi formación. Contactaron con mi agente de entonces y era una magnífica oportunidad, porque me permitía con 20 años jugar en Segunda B y en un club así”, razona y prosigue adentrándose en un desenlace menos feliz. “Fue, finalmente, uno de mis años más difíciles. No jugaba y luego tuve una lesión de menisco que me mantuvo cuatro meses fuera. Fue una temporada de aprendizaje, me lo tomo así, pero también es cierto que estaba solo en la ciudad, era joven y no veía futuro en el esto del fútbol, no terminaba de arrancar y estaba bastante tocado. Lo pasé mal. Menos mal que vinieron mis padres a ayudarme, a estar conmigo”, admite quien recuerda a grandes amigos en aquel vestuario y quien remontó ligeramente a final de aquel ejercicio, ya que pudo “jugar” unos minutos “en el play off” de ascenso. Unos meses después, se acabaría marchando de vuelta a casa, a Extremadura, para empezar casi de cero en la UP Plasencia. “Tuve que regresar y recuperar la ilusión por el fútbol, volver a disfrutar con mis amigos”, relata echando la vista atrás, a los momentos duros.

Esa experiencia dolorosa no le impide darle valor a aquel equipo, un filial que no era un filial, y a lo que supone jugar en una entidad como el Deportivo. “Era un equipazo, pero encima teníamos un grupo humano espectacular. Hay muchos de aquellos jugadores que han llegado al fútbol profesional. Para mí el Dépor no deja de ser un club histórico, al que le deseo todo lo mejor. ¿Quién sabe? En algún momento a lo mejor puedo volver, yo no le cierro la puerta a nadie”, asegura reafirmado como la sensación del Antequera, un recién ascendido que es ahora mismo cuarto en la tabla del Grupo II de Primera RFEF.

Hasta su momento actual tuvo que vivir aquel reseteo tras dejar el Fabril y mucho antes un adiós al hogar siendo menor de edad, ya que en su casa, en Extremadura, no veía una salida directa hacia la élite. “Cuando no tienes un gran equipo en tu ciudad, siempre es más complicado. Yo tuve que marcharme con 17 años de casa a Valencia y tener que trabajar y trabajar fuera. Hay que tener paciencia y seguir”, razona quien pretende disfrutar del momento con el Antequera, más allá de sus aspiraciones personales que le llevan a otras categorías.

Dejó A Coruña y, tras ese impás, siguió escalando en el Lucena, en el Córdoba, en el Ceuta hasta la explosión de hoy en el Antequera. Todo con “esa paciencia” que debió perfeccionar en varios pasos intermedios, también en Abegondo, donde llegó a jugar la gran aparición de esta Primera RFEF.

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