2-3 | El Dépor se despide con honores de la Copa

El conjunto blanquiazul cae eliminado prácticamente en la última jugada de la prórroga ante un Tenerife que se mostró inferior buena parte de la eliminatoria

Marcos Otero

Marcos Otero

El Deportivo se despidió con honores de la Copa y también con una importante dosis de crueldad. Prácticamente en la última jugada lo liquidó el Tenerife para evitar que se colase con mérito en la siguiente ronda y cruzarse con un conjunto de Primera División. Puede estar satisfecho el equipo blanquiazul a pesar de la eliminación, porque la mayoría de las lecturas que puede sacar son positivas. Respondieron los menos habituales, también los canteranos, y el duelo solo se torció en la prórroga cuando los de Idiakez se quedaron con diez por la expulsión de José Ángel. Fue en una acción con los dos equipos pensando ya en la tanda de penaltis cuando el Tenerife se encontró con un premio con el que ni siquiera soñó durante buena parte del partido.

Al Deportivo se le notó más suelto de inicio, como si se tratara de uno de esos bolos veraniegos a pesar de estar a las puertas de las fiestas navideñas. Quizá tenga que ver con que lo que estaba en juego era secundario, una competición en la que todo lo que pueda llegar ya representa un premio para un equipo que tiene fijada su mirada en otros objetivos. Eso se traslada a la cabeza y también a las piernas de los jugadores. La famosa presión que acompaña a la plantilla desde hace unos cuantos años y que en no pocas ocasiones la ha atenazado. El ánimo era otro, más alegre, aunque para nada relajado. Porque el Deportivo completó una primera mitad muy seria ante un rival de superior categoría al que apenas concedió alguna oportunidad, salvo las que llegaron a balón parado.

Desde el comienzo se notó la concentración y la implicación del equipo, incluidos aquellos jugadores que han contado con menos participación a lo largo de la temporada y para los que esta segunda eliminatoria de la Copa se presentaba como una oportunidad. Lo tomaron así y no como un engorro inoportuno en una mañana de festivo. Idiakez combinó a los meritorios con algunos habituales y los canteranos, y sorprendió con la ausencia de Martín Ochoa en un día que de antemano se presentaba como ideal para que el joven delantero tuviera la ocasión de contar con los minutos de los que no ha disfrutado en las jornadas recientes. Fue Valcarce el que ocupó esa posición de ataque, aunque en un papel de referencia ofensiva que alternó con Mella y Cayarga.

Idiakez decidió prescindir de ese delantero fijo y la apuesta le salió bien casi desde el comienzo. Los tres flotaban por esa franja de ataque sin que los defensores encontraran una amenaza clara. Además entorpecían el inicio de las jugadas del Tenerife con disciplina para que el conjunto canario no encontrara los espacios necesarios para armar su juego y combinar. No tardó demasiado el Deportivo en ver recompensado su planteamiento con el tanto de Mella. Fue la jugada que más puede representar al joven talento formado en Abegondo: un balón largo a la espalda de su defensor para poder explotar su velocidad y encarar con ventaja al portero. Definió con fortuna el canterano, que se encontró en su primer remate con el pecho de Tomeu Nadal y después con el palo. El rechace le favoreció para rematar a la red y colocar al conjunto blanquiazul por delante cuando habían transcurrido apenas diez minutos.

El gol demostró lo útil que puede resultar Mella, igual que Yeremay, en un equipo que con el paso de las jornadas ha ido perdiendo más y más verticalidad. Quizá ese fuera el plan inicial de Idiakez, que se tuvo que adaptar sin demasiada fortuna a los imprevistos que se le fueron presentando, pero que va recuperando efectivos y sensaciones después de salvar una bola de partido la semana pasada en Barcelona.

El Deportivo acertó a la primera para ponerse por delante. Eso no es poco tratándose de un equipo que hasta ahora ha tenido muchos problemas para anotar. La efectividad fue máxima y desconcertó a un Tenerife que iría ganando presencia en el campo con el paso de los minutos. Apenas amenazó ante un Deportivo ordenado en el que todo lo equilibró José Ángel. La sospecha con el andaluz es que se trata de un centrocampista cuyo recorrido se ve penalizado en ese papel de ancla que se le ha asignado y que su juego se ve limitado junto a Salva Sevilla. Contra el Tenerife pudo liberarse y lució con Rubén López al lado, porque el canterano suele mirar más hacia adelante y disfruta con el fútbol de cara. El Deportivo tiene en el joven de Silleda a un futbolista muy útil, ese tan poco común de combinar las cualidades de un mediapunta con el esfuerzo defensivo de un medicentro.

Cayarga, rodeado de jugadores del Tenerife.

Cayarga, rodeado de jugadores del Tenerife. / Carlos Pardellas

Defendió con cierta tranquilidad la ventaja el Deportivo durante toda la primera mitad a pesar de que el Tenerife hizo ademán de dominar la pelota. No tuvo apenas oportunidades y la mejor sería para el conjunto blanquiazul en una acción en el área en la que Cayarga no llegó a una cesión de Paris Adot.

Empezó también cómodo el Dépor después del descanso y tendría muy cerca ampliar la ventaja antes de llegar al cuarto de hora. Pablo Martínez, improvisado lateral izquierdo en vista de que no podrá jugar el domingo contra el Sestao por acumulación de tarjetas, se lanzó hacia adelante y adivinó a su izquierda a Mella, que no dudó para buscar su segundo gol a pesar de que Valcarce aparecía por el punto de penalti. En esa ocasión Nadal conseguiría rechazar el disparo.

Perdonó el Deportivo y, como suele ocurrir en este tipo de situaciones, el Tenerife no lo hizo en la siguiente. Nacho aprovechó un error defensivo de la defensa blanquiazul, el único hasta entonces, para rematar a placer un centro de Jesús desde la banda derecha.

Pasaría poco antes de una prórroga de locura, pero Idiakez demostró que no iba a entregar la Copa de cualquier manera. Entraron Davo y Lucas, también Kevin Sánchez, y echó el equipo hacia adelante para buscar un pase que se esfumó después de que el canterano igualase un tanto de Álvaro Romero que puso en ventaja a los canarios. Salió en la fotografía del tanto Mackay, el peor parado del duelo, en un lanzamiento al área medio centro medio disparo. Soñó el Dépor, pero quedó frustrado con ese último remate que el portero coruñés despejó en primera instancia antes de que Sergio González inclinase la eliminatoria.