Kevin Sánchez, el "Rubén Castro" del Dépor que rechazó al Atlético

Su gol corona el gran proyecto de ariete de Abegondo, ese que llegó en 2019 tras probarse con el Infantil

Kevin Sánchez esprinta para intentar arrebatarle una pelota a Tomeu Nadal. |  // CARLOS PARDELLAS

Kevin Sánchez esprinta para intentar arrebatarle una pelota a Tomeu Nadal. | // CARLOS PARDELLAS / Carlos Miranda

Carlos Miranda

Carlos Miranda

Mientras iba haciendo una parábola camino de la red la pelota que había amortiguado con su cabeza Kevin Sánchez, se iban cumpliendo parte de los sueños de un niño burgalés que acaba de estrenar la mayoría de edad. Se confirmaba, de paso, la apuesta que había hecho el Dépor, allá por 2019, por importar talento y terminar de moldearlo en casa, en Abegondo. “Siempre tiene hambre. Es lo que mejor le define. Lo vi como siempre. Es Kevin”, asegura Manuel Pablo, su entrenador hasta hace unos meses en el Juvenil A del Dépor, que terminó de acompañarlo en el paso previo a esa carrerilla que ha cogido camino del Fabril y del primer equipo.

Kevin, con raíces gallegas, dejó su ciudad natal y el Burgos hace algo más de cuatro años. El ariete estaba en el radar del Dépor, habían llegado referencias de él a Abegondo y los responsables de la base lo invitaron a jugar los últimos torneos de la temporada 2018-19 con el Infantil A. Querían ver in situ si todo lo que apuntaba se confirmaba dentro de lo que podía acabar convirtiéndose en su nuevo equipo. Jugó aquella postemporada con el grupo de Juan Villamisar y David Lagar y convenció. Pasó la prueba. El Deportivo se lanzó a atarlo y lo incorporó para su conjunto cadete. Ya tenía entonces a otro referente para el ataque tras haber sumado también a Martín Ochoa, un año mayor.

Desde aquel momento empezó a lograr goles con la blanquiazul sobre su cuerpo y a quemar etapas de manera vertiginosa. Los años han ido modelando “un delantero atípico por su estatura”, pero que a Manuel Pablo le evoca, por movimientos y hechuras, a un ariete de su época que aún da sus últimos coletazos. “Me recuerda a Rubén Castro”, masculla. “Era pequeñito y se movía bien. Es ese perfil más o menos, aunque hay diferencias. Kevin es más veloz al espacio. Rubén se movía mejor fuera y tenía diez o quince metros y Kevin, más metros. Rubén también hizo muchos goles de cabeza y tenía facilidad para saber dónde ubicarse, para alejarse del defensa. Es muy bueno en los espacios tanto cortos como largos, aunque atacar la pelota para cabecear y tiene una buena capacidad de salto”, relata radiografiando sus cualidades, esas a las que añade un “hambre” sempiterna. “Nunca se acomoda. Otros con sus cualidades lo harían, pero él nunca. Lo que debe mejorar es el trabajo con el defensa, aguantar la pelota”, asegura el técnico, que le vio ir saltando de categoría en las últimos años y que comprobó cómo llegaba a la selección sub 18 y sub 19.

El último impulso ha sido para llegar a Riazor y justo después de un verano de decisiones importantes. El Atlético de Madrid jugaba fuerte para llevárselo y desde la plaza de Pontevedra se movieron con celeridad y le blindaron hasta 2028 con una apuesta a contracorriente en la política actual del club. El miércoles llegaron el gol y la alegría en Riazor. El primero de mucho tantos, el primer golpe de felicidad de una carrera que proyecta cargada de deportivismo.

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