Año uno después de Lucas: del cuento de hadas a la dura realidad del "barro"

El regreso del delantero coruñés cumple un año en el que se ha pasado de la ilusión a la difícil situación del equipo en la categoría - Esta temporada está pagando el complicado inicio de competición deportivista

Una temporada con un inicio sin goles, pero con asistencias  | CARLOS PARDELLAS

Una temporada con un inicio sin goles, pero con asistencias | CARLOS PARDELLAS / M. Otero

Marcos Otero

Marcos Otero

Hace exactamente un año Lucas Pérez (A Coruña, 1988) regresaba al Deportivo en lo que fue un fichaje impensable que asombró al universo futbolístico. El delantero abandonaba la Primera División para enrolarse en el club de su ciudad y ayudarle a superar la peor etapa deportiva de su historia. Doce meses después, el equipo continúa fuera del fútbol profesional tras otra temporada amarga en la que ni siquiera la llegada del delantero coruñés desembocó en el tan ansiado ascenso a pesar de sus nueve goles en 21 partidos. La campaña actual no ha empezado mejor para el equipo, fuera de los puestos de play off y lejos del liderato, ni para Lucas, que tan solo ha marcado un gol y además en la Copa.

Convertido en la referencia de este Deportivo que busca por todos los medios el regreso al fútbol profesional, su fichaje fue una inyección de ilusión para una afición cansada de decepciones en los últimos años. Fue también el desenlace de un culebrón que tuvo en vilo al deportivismo desde antes incluso del varapalo contra el Albacete. Porque el regreso del jugador de Monelos estaba apalabrado con su equipo, el Cádiz, en el caso de que el Dépor hubiera regresado a Segunda División, tal y como reconoció el presidente del club gaditano, Manuel Vizcaíno. Aquella derrota, que el propio Lucas presenció en el estadio, y a quien se le pudo ver abandonar el campo cariacontecido, frustró la vuelta del delantero, que sin embargo intentaría por todos los medios que el regreso se materializara igualmente.

El fichaje de Lucas en aquel verano de 2022, a pesar de que el equipo iba a militar una temporada más en Primera RFEF, fue una posibilidad por el empeño del jugador y el esfuerzo que estaba dispuesto a hacer para renunciar a las cifras de su contrato en Primera División. El entrenador blanquiazul por aquel entonces, Borja Jiménez, llegó a vislumbrar la posibilidad de contar con el coruñés y puede que incluso la planificación quedara un poco condicionada porque realmente se contaba con la presencia de Lucas en la delantera.

El de Monelos, sin embargo, no llegó porque el Cádiz se negó en rotundo a dejarle salir sin una compensación. Lucas era el principal delantero de un equipo sin mucho margen de maniobra para fichar, así que el posible regreso del jugador coruñés quedó aparcado a pesar de la ola de optimismo que se había extendido entre la afición. Las redes sociales se llenaron de la palabra “barro”, la forma en la que los seguidores blanquiazules se referían a la posibilidad de que Lucas terminara renunciando a jugar en Primera División para militar en las catacumbas del fútbol español.

El fichaje se reactivaría en cuanto se empezó a acercar el mercado de invierno. Lucas volvió a insistir por volver al equipo de su ciudad y el club estaba dispuesto a hacer un esfuerzo para relanzar un proyecto que había arrancado de manera discreta. Óscar Cano había sustituido a Borja Jiménez en el banquillo debido a que el conjunto blanquiazul nunca había estado ni cerca de las posiciones de cabeza.

Lucas debía ser la pieza que diera sentido a todo y la vuelta terminaría materializándose en el último día del año. El club anunció la vuelta de “O Neno”, que había renunciado a las cantidades que le ofrecía el Cádiz e incluso sufragó una parte del traspaso de su propio bolsillo. Firmó por lo que restaba de temporada y una más, aunque en realidad se trata de un vínculo a largo plazo que debería desembocar en que el futbolista se integre en la estructura del club en un futuro cuando decida aparcar su carrera.

El cuento de hadas de sus primeros meses, con doblete incluido en su estreno en Riazor, se encontró con la dura realidad de un equipo que no termina de adaptarse a la categoría. Los números del coruñés decaerían en el último tramo de la temporada y a Lucas le tocaría asimilar el batacazo de Castellón como a todo el deportivismo. Sus cifras no han mejorado en este curso a pesar de que es el máximo asistente del grupo y la referencia de un Dépor con carencias ofensivas.