Deportivo

La fe vuelve a Riazor: “Estábamos desahuciados y ahora creemos”

Los presidentes de las peñas Verín, Vilalba y Barcelona analizan el momento de la temporada desde el punto de vista de la grada

“La cantera pide paso y contagia a la gente”, relata Paco Roca, de la decana

Aficionados del Deportivo en el último partido disputado ante la SD Logroñés en Las Gaunas. |  // LOF

Aficionados del Deportivo en el último partido disputado ante la SD Logroñés en Las Gaunas. | // LOF / xane silveira

Xane Silveira

Xane Silveira

“La ilusión surge cuando las cosas van bien, hace dos meses no había nada, pero ahora, con los mismos directores, lo que ha cambiado son los chicos de la cantera. Juegan bien, piden paso y contagian a la gente”. Es el sentir de Paco Roca, presidente de la Peña Villalba. También es el parecer de gran parte de la grada blanquiazul, que se ha enganchado a una ola de positivismo tras los últimos resultados del cuadro coruñés. La grada ha encontrado, por fin, respuesta a una fe inquebrantable que batió récords de abonos y que sitúa en más de 20.000 personas la asistencia de cada fin de semana en Riazor. La esperanza con un ascenso todavía lejano (y difícil) ha regresado. “Es el mejor momento de la temporada. Estamos a cuatro puntos del Nàstic y en dinámica de seguir creciendo”, explica Jorge Fernández, quien lo vio, antaño, mucho más oscuro: “Estábamos desahuciados y ahora creemos”.

El Deportivo y su afición han vivido varias vidas en poco tiempo. En unos meses pasó de lo más alto a lo más bajo para arrancar, de nuevo, camino de la cúspide. Rozó la euforia, besó el suelo tras siete días en descenso y resurgió contra todo pronóstico. Hay varios motivos para explicar el éxtasis que se vive en torno al Dépor. El primero es obvio, su propia masa social. Más de 28.000 socios implican pañoladas en los malos momentos y declaraciones de amor con las pequeñas victorias. En A Coruña el amor es intenso e incondicional. En las buenas y en las malas. Agustín López, de la Peña Barcelona, lo explica con emoción: “Lo hemos pasado muy mal. Somos críticos, pero somos fáciles de contentar, a poco que nos den, ahí estamos. Fuimos 2.000 a Logroño que mira dónde queda. En cada desplazamiento que hagamos va a ser lo mismo, una invasión”.

Pero hay algo más allá del hecho consumado, del dato, de los tres puntos. El Deportivo ha recuperado en los últimos dos meses el tiempo perdido, pero más allá del cambio en sí está el cómo. El equipo vence, gusta y, además, identifica. Detrás de ese orgullo que resurge bajo la camiseta del hincha están los canteranos, impulso de la mejoría. “Abegondo le hace mucha ilusión a la gente, ver que tenemos chicos que tiran del equipo es muy bonito. No es contar con la cantera porque sí. Hay jugadores que valen y se están ganado el puesto”, explica Agustín. Añade que para el aficionado lo primero siempre es “ganar”, pero también importa quién gane: “Si es con la gente de la casa, mejor”. Y puntualiza que la clave está en la mezcla entre los chicos que “te dan identidad” y los jugadores que “te dan experiencia”. Los otros ídolos de la grada. Indiscutibles para Idiakez y para el público como los Pablos o José Ángel.

Paco Roca coincide en que ver a los jugadores de casa participar y hacerlo bien genera un extra en la retina del aficionado. Son sus niños los que están triunfando: “Todos los que somos deportivistas de corazón nos gusta que saquen gente de Abegondo, fue un gran invento y ahí está dando resultados”.

“Todos los que somos deportivistas de corazón nos gusta que saquen gente de Abegondo, fue un gran invento y ahí está dando resultados”

Paco Roca

— Presidente Peña Vilalba

Agustín López, desde Barcelona, cree que la maquinaria por fin está engrasada después de que Idiakez probase distintas fórmulas. Hubo un antes y un después del gol de Davo ante el Barcelona que, 15 días después, replicó ante el Arenteiro. “Las piezas por fin han encajado en su sitio. Si me hubieras preguntado el día de Barcelona, hasta el minuto 80 estaba rajando de todo”. A lo que añade que, por fin, ha llegado ese momento de paz. El aficionado se merece volver disfrutar de su equipo los domingos: “Desde hace dos años no estaba tan ilusionados. Ves el partido del sábado y por una vez lo puedes hacer un poco más relajado. Yo soy el clásico que da vueltas y sufre mucho, pero lo del encuentro ante la SD Logroñés fue demasiado”.

"Es el mejor momento de la liga, a cuatro puntos y en dinámica de seguir creciendo"

Jorge Fernández

— Presidente Peña Verín

El fútbol y el estilo ayudan a sentir una mayor fe en el objetivo. “El equipo ahora es agradable de ver. Mella y Yeremay son muy divertidos, nos trasmiten su sonrisa”, explica Agustín. A lo que Paco suma que el juego ha mejorado: “Es más entretenido. A todos nos gusta el fútbol de ataque. La alegría de este deporte son los goles”.

El presidente de la decana peña vilalbesa, fundada en 1952, pide, eso sí, mantener los pies en el suelo, pese al buen momento del equipo. Hay euforia, pero no debe confundir ni al vestuario ni a la grada. Queda mucho por delante: “Nunca hay que sobrepasar un límite en la ilusión, porque puedes llevarte un palo muy grande, pero estamos acostumbrados a llevar palos, esta es la cuarta temporada y ya es hora de que vayamos para arriba”. Jorge Fernández concluye que “a los jugadores se les ve unidos”. Lo que es “fantástico”. Y de Idiakez, que se vuelve a ganar poco a poco el favor de la grada, se habla menos, lo cual “es positivo para todos”.

"Somos críticos, pero fáciles de contentar, a poco que nos den ahí estamos, no fallamos"

Agustín López

— Presidente Peña Barcelona

El Deportivo y su gente viven el punto álgido de una temporada llena de baches, desilusiones y reseteos. Una campaña que se ha vuelto alentadora para una grada deseosa de un clavo ardiendo. Se agarra, como siempre, lo ha hecho al mínimo atisbo de esperanza. Será cuestión del vestuario y de Imanol Idiakez corresponder a una fe inquebrantable. Una fe que ha resucitado a tiempo para los meses decisivos de competición. Y Riazor, incombustible, es un atajo a la élite.