Fútbol - Deportivo

Adrián Guerrero, la fuerza de la naturaleza que apunta a Riazor

El extremo llegó hace diez años a Abegondo y busca seguir la estela de Mella o Yeremay

Adrián Guerrero celebra su gol al Las Palmas en la Copa juvenil en un penalti que él mismo forzó. |  // RCD

Adrián Guerrero celebra su gol al Las Palmas en la Copa juvenil en un penalti que él mismo forzó. | // RCD / Carlos MIranda

Carlos Miranda

Carlos Miranda

Adrián Guerrero (A Coruña, 2006) no conoce prácticamente otro equipo que no sea el Dépor. Nacido en la ciudad y criado en Ferrol, dio sus primeros pasos en el equipo biberón del conjunto verde. Pero pronto la entidad blanquiazul le mostró sus intenciones. “Un día llegó una carta al Racing. Debía tener 7 u 8 años. Era para que pasase unas pruebas, para que participase en unas jornadas”, rememora su padre David. “Lo hablamos con su club y creímos que lo mejor era que viviese la experiencia, nos animaron. Había 70 u 80 niños aquel día, muchísimos. El Dépor estaba en Primera, campos de hierba natural... A nosotros nos gustó y a él le encantó todo lo que vio. Era muy tentador”, admite su progenitor reconociendo que ya no había vuelta atrás en un deseo mutuo. El flechazo había funcionado, la maquinaria estaba en marcha.

Abajo a la izquierda, con los otros cinco deportivistas campeones con la selección gallega en la fase autonómica sub 16. |  // FUTGAL

Abajo a la izquierda, con los otros cinco deportivistas campeones con la selección gallega en la fase autonómica sub 16. | // FUTGAL / Carlos MIranda

Desde entonces, integrado primero en el Benjamín B, Abegondo disfruta de un extremo potente, de planta, con un físico privilegiado y con gol. “Siempre jugó en la banda derecha o en la izquierda, a veces arriba o de lateral, pero casi siempre de extremo”, puntualiza. Es uno de los grandes proyectos para el primer equipo en los próximos años. Yeremay, Mella o Diego Gómez, pero con otro estilo, con otras condiciones. No siempre fue así, ahora ha dado un salto cualitativo que le distingue. “Al principio en cadetes quizás era más pequeño, le costó algo más, pero en cuanto dio el estirón... Ahora ya es diferente”, apunta y marca el punto de inflexión. “El año que ganaron con Galicia el campeonato de España fue el de la explosión, por decirlo de alguna manera. Quizás en el primer año de cadete no jugaba mucho, pero todo empezó a cambiar...”, reconoce de su hijo dentro una generación que siempre fue ganadora.

Con trofeo y medalla tras un torneo de la base. |  // CEDIDA

Con trofeo y medalla tras un torneo de la base. | // CEDIDA / Carlos MIranda

Adrián Guerrero, de hecho, fue otro de los nombres propios en aquel Dépor de la Liga Promises que en 2018 llegó a semifinales y que llamó la atención de todo el fútbol español. Dani Estévez fue el MVP del torneo y él, de los máximos goleadores. Marcó tantos decisivos en octavos y cuartos. También despuntó aquel grupo en cadetes y en juveniles con nombres que se mantienen y que llevan “muchos años” en el Dépor como Zoe Ceias, Samu Vázquez, el propio David Estévez o Hugo Torres. Siempre se habló de la generación de 2003 en Abegondo, pero la de 2006 reclama su protagonismo y sus conquistas. Son chicos que han jugado en “Alemania, Francia, Brasil o Portugal”. Muchas experiencias e infinidad de torneos en los que se han exigido y “competido” al máximo nivel. “Adrián no se suele poner nervioso, a mí me sorprende porque ante tanta gente..., pero debe ser de todas las veces que jugó por ahí”, apunta tras las eliminatorias de Copa de esta temporada y la pasada de un gen competitivo trabajado durante una década en la base del Dépor.

Ese camino se fraguó durante muchos años con el esfuerzo de desplazarse día tras día desde Ferrol hasta Abegondo. Hace dos temporadas se trasladó ya toda la familia a A Coruña, a Monte Alto. Sentimiento de barrio, deportivismo en vena. Todo va dando los pasos justos ahora que se acerca al filial y al primer equipo. Ya ha sido protagonista con el Juvenil A, a pesar de quedarle un año en la categoría. Además, fue hace dos veranos, en 2022, cuando el Dépor aprovechó el fin de la etapa cadete para firmar un contrato profesional. Fue uno de esos jugadores que reconoció el entonces presidente, Antonio Couceiro, que el club había atado con ese tipo de vinculaciones.

Al haber despuntado desde muy pequeño y al ser uno de los referentes de esa generación de la selección gallega, el Dépor no era ni mucho menos el único pretendiente. Pero la decisión familiar estaba clara. “El Dépor le ha dado todo, son muchas experiencias y vivencias. Nosotros siempre hemos creído que era muy pequeño para que estuviese en otros sitios. Estaba y está muy a gusto. Lleva ya nueve o diez años en el Deportivo, lo conoce todo el mundo. Y eso que él es extrovertido y no le cuesta adaptarse y conectar con la gente, pero es un club en el que está perfecto”, razona de una elección que le unirá al club hasta que empiece a tocar las puertas del primer equipo. Ahora todo ese torrente debe buscar su cauce en las partes finales de su formación antes de que Riazor le pueda reclamar. Toda una vida en blanquiazul.

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