Entrevista | Fran Justo Entrenador del Real Unión de Irún

Fran Justo: “A partir de enero todos tuvimos la sensación de que iba a ser el año del Dépor”

“Seguro que no me hubiera atrevido a descartar al Deportivo después de perder en Irún”

Fran Justo, durante un partido con el Real Unión esta temporada. |  // IÑAKI OSORIO

Fran Justo, durante un partido con el Real Unión esta temporada. | // IÑAKI OSORIO

Marcos Otero

Marcos Otero

Fran Justo (Ourense, 1989) se presentará el sábado en Riazor con el Real Unión con el objetivo de lograr un punto que les asegure la permanencia ante un Deportivo ya ascendido y que después continuará con las celebraciones del regreso a Segunda División. Repescado por el conjunto vasco después de ser destituido en diciembre, reconoce que él y sus jugadores llevan dos meses en una situación muy exigente que no imaginaba cuando derrotaron (3-0) al que después sería el campeón del grupo.

¿Cómo están viviendo una semana tan importante para el Real Unión?

Con tensión, pero también es verdad que llevamos viviendo en tensión varias semanas porque sabíamos que veníamos para ocho partidos. Desde el partido uno y a medida que van pasando las jornadas la tensión aumenta un poco porque el final se ve más cerca, pero llevamos cuatro semanas exigidos al máximo.

La temporada resumida en un partido...

Tenemos la suerte de llegar como a todo el mundo le gustaría llegar a la última jornada, que es dependiendo de uno mismo, y de que el empate de manera matemática nos facilita llegar a conseguir el objetivo.

¿Qué esperan encontrarse en Riazor, con un Deportivo ya ascendido y celebraciones previstas después en la ciudad?

No tengo ninguna duda de que va a ser complicadísimo, de que vamos probablemente al campo más complicado de la liga. Es verdad que preferimos ir con el Dépor habiendo conseguido el objetivo que si lo tuviese que conseguir aún el domingo, pero entendemos que tenemos uno de los escenarios más complicados de la competición para puntuar. De conseguirlo tenemos también la posibilidad de alcanzar de manera matemática el objetivo de la temporada.

¿Cree que al Dépor le afectará toda la resaca de estos días de fiesta?

Para nada. El Deportivo ya ha demostrado que no entiende de resacas. Juegue quien juegue va a presentar batalla y hará un partido complicado que va a exigir lo mejor de nosotros para poder competir.

Imanol Idiakez ha anunciado rotaciones...

Sí, pero el equipo que sale el otro día en San Sebastián con rotaciones es uno de los mejores de la categoría. A nadie se le escapa la plantilla que tiene el Dépor, pero nosotros estamos en un buen momento, el equipo está compitiendo bien y a ver si somos capaces de llevar el partido hacia donde más nos pueda beneficiar para poder conseguir ese punto o esa victoria.

¿Cómo se le mete mano a este Dépor? Se ha adaptado a todo tipo de rivales...

Un equipo que ha sido campeón y le han sobrado dos jornadas es porque ha hecho las cosas muy bien. Seguro que todos los entrenadores lo han intentando y nadie ha sido capaz de meterles mano en la segunda vuelta. Esto habla de la dificultad que vamos a tener.

¿En una situación como la suya, de todo o nada, pesa más lo emocional que lo futbolístico?

Es verdad que a estas alturas de la temporada ya poco queda por trabajar, entre comillas. Ahora lo que hay que hacer es competir bien. Lo emocional es importante, pero para nosotros ya lleva siendo muy importante mucho tiempo porque la exigencia y el estrés está siendo muy alto.

¿Qué significó en ese sentido la victoria en el último minuto contra el Fuenlabrada?

Nos dio esa fuerza y esa confianza para enfrentarnos a este partido con tranquilidad, por así decirlo. Probablemente nos interese un partido ordenado, largo. A partir de ahí, a ver si somos capaces de conseguirlo en el campo y si no que se dé uno de esos resultados que necesitamos.

No suele ser común que un club rescate a un entrenador al que había cesado en la misma temporada, ¿cómo es algo así?

Tampoco es muy común que en una situación en la que estábamos nosotros se tomara la decisión del cambio de entrenador, pero es verdad que al haber cambios de gestión en los clubs suceden estas cosas. Los profesionales del fútbol las tenemos que aceptar, pero creo que también habla bien del trabajo que pudimos desarrollar en esos seis meses para que en una situación de máxima dificultad en el club acudieran a nosotros. Era un momento de dificultad, de una dinámica de diez partidos sin ganar y una sola victoria en la segunda vuelta con solo ocho partidos por delante.

¿Y cómo lo convencieron, no desconfió en esa situación?

Fueron días de reflexión y también hay que empatizar con todos los estamentos para entender las decisiones que se toman. Lo quiero también ver por el lado de que se tenga la humildad para reconocer, entre comillas, el error para reconducir una situación. Lo veo como un motivo de orgullo y satisfacción. Es un aprendizaje también para que ojalá en el mundo del fútbol la figura del entrenador se vaya teniendo en cuenta un poco más en las decisiones.

Le tocaron estas dos experiencias más amargas, también con la de Lugo, después de mucho tiempo trabajando sin parar y de llamar la atención en el Arenteiro...

Eso es como la vida misma. Eso forma parte de la profesión del entrenador, porque hay dos posibilidades: o te vas o te echan. No hay más. Por una cuestión estadística te va a tocar vivir más de unas que de las otras. Llevaba 16 años trabajando y nunca me había sucedido, pero en un año me pasó dos veces. Estando en Segunda RFEF me llamó un equipo del fútbol profesional, luego me cesan y me llama el equipo que me cesa... Como digo yo, casi tengo todas las que puedan pasar para el libro.

¿Cómo de importante es el partido del sábado para ustedes?

Suceda lo que suceda el sábado va a hacer mucho mejor al club, pero mantener la categoría sería un paso de gigante en su proyecto a corto plazo. Hay que tener en cuenta que probablemente va a ser el día más importante de la historia actual del Real Unión. Ojalá el club termine siendo equipo de Primera RFEF porque la situación ha sido realmente complicada en esta etapa de ocho semanas que nos ha tocado vivir.

Sería el colofón a una temporada en la que estuvieron por delante de un Dépor que no arrancaba y que ha terminando ascendiendo, ¿se imaginaba una categoría tan inestable?

Todas las categorías son así. Hay momentos en los que vas mejor y otros peor. En nuestro caso un mes después de ganar al Dépor decidieron cesarnos. Creo que hicimos una buena primera etapa y en la segunda, en la situación en la que cogimos al equipo, me parece que también ha sido así. La realidad, sin embargo, es que tenemos que confirmarlo el sábado.

¿Hubiera apostado por el Dépor después de perder en Irún?

Lo que seguro que no me hubiera atrevido a hacer es descartarlo. Tuvo mala suerte con lesiones de futbolistas muy determinantes en la categoría, en situaciones que como entrenador no puedes llegar a controlar del todo. La Primera RFEF es una categoría larga y a partir del mes de enero ya lo veía como un serio candidato. Luego ya todos tuvimos la sensación de que este iba a ser el año.