Riazor disfruta de un final sin transistor

Quién le diría al Deportivo que llegaría al 25 de mayo con la radio apagada, las notificaciones silenciadas y una cerveza en la mano para disfrutar de la última jornada de liga. Sin preocupaciones. Sin estrés. Como hacía mucho tiempo que no se veía al estadio blanquiazul. Así da gusto, pensaría Idiakez desde la banda, quien no se relajó hasta bien entrado en los minutos finales.

Los mejores momentos de la fiesta del ascenso en Riazor

El Dépor llegó a la última jornada como un invitado sorpresa a la fiesta del descenso. Se convirtió en juez cuando seguramente solo quería disfrutar de un último día tranquilo ante su gente antes de la fiesta que ya se olía desde horas antes. En frente, un Real Unión que se jugaba la vida, pero tardó mucho en responder a las expectativas. Con esa sensación en el cuerpo de no poder exponerse, porque quizá te condenas, pero tampoco poder bajar los brazos porque Raúl Alcaina ya había decidido el partido. El ariete protagonizó una tarde que abrió con un golazo. Un zapatazo marca de la casa que descuadró a un Real Unión dispuesto a mantener el 0-0 hasta el final.

Pero el Dépor, como prometió Idiakez, no estaba allí de paso. Con un once lleno de rotaciones el cuadro blanquiazul creció por momentos. Con Lucas buscando un gol que redondease una temporada magnífica y disfrutando entre líneas como en la cancha del barrio.

Fiesta del ascenso en Riazor

Riazor, mientras, de fiesta en fiesta y de un cántico a otro disfrutando sin la tensión de la jornada unificada. Sin hacer caso a las aplicaciones de marcadores y reservando mesa para la final de campeones. La grada se puso una vez más en pie para el 2-0, de Salva, con un libre directo de bellísima factura. Y poco después para el tercero, de Mella, con una carrera de las suyas.

Ayer, que era un día de homenajes y no de radios, Idiakez guardó la traca final para el minuto 80, cuando sacó del campo a Lucas, el gran héroe del ascenso.