Riazor, olimpo de récords

La afición vuelve a asumir el papel de jugador número 12 y responde con cifras imposibles: más de 31.833 espectadores en un partido de Primera RFEF

Afición del Deportivo en Riazor y récord de asistencia en el partido contra el Barcelona B. // Carlos Pardellas / Iago López / Casteleiro

Afición del Deportivo en Riazor y récord de asistencia en el partido contra el Barcelona B. // Carlos Pardellas / Iago López / Casteleiro

Riazor es más que un estadio. Más incluso que un templo. Es la casa de una afición que responde cada fin de semana a la llamada de su equipo. Ese jugador número 12 que empuja desde la grada y que esta temporada ha vuelto a ser clave en el camino del Deportivo. Como siempre. Imanol Idiakez decía que es imposible no emocionarse cuando uno sube las escaleras hacia el campo y ve la grada. Con lluvia, viento o sol, siempre a tope. Esta es, además, la temporada de los récords, con números imposibles como los 31.833 aficionados que no dejaron de animar en el Dépor-Barça B. Una cifra desconocida hasta ahora para la Primera RFEF. Como lo hizo en Primera y Segunda División, en esta categoría también queda la marca de ese club con alma atlántica.

Después de muchas sombras, llegó la luz. Un ascenso que se escapó de los dedos en varias ocasiones como por arte de magia. Esa fiesta que rápidamente “te la quitan de los fuciños”, como diría el brujo de Arteixo. Ahora sí, se puede celebrar. Toda la emoción contenida se liberó con el pitido final. El pitido del triunfo. Ese instante que no se olvida. Como la temporada que está a punto de acabar y en la que el Deportivo ha sacado un sobresaliente en la segunda vuelta. Pero este curso también tuvo momentos difíciles. Y no está mal recordarlos. El deportivismo también sabe salir de las tormentas.

Deportivo-Tarazona en Riazor.

Deportivo-Tarazona en Riazor. / LOC

Era diciembre cuando los aficionados no ocultaban su enfado tras el empate contra el Sestao en casa. La grada silbó a su equipo como lo hizo un mes antes en el partido contra el Osasuna Promesas. Entonces Riazor registró su peor entrada: 16.637 espectadores. Pero aguantó. Aquellas caras largas sirvieron de revulsivo. Idiakez mantuvo su puesto y los seguidores blanquiazules sirvieron de motor. Se abonaron a creer, como siempre, y volvieron a llenar el templo, que en marzo ya acumulaba cuatro partidos seguidos con más de 20.000 personas. Y es que ahí el deportivismo no entiende de categorías. Congregó a más fieles que algunos estadios de Primera o Segunda División. Muchos miran hacia A Coruña con una mezcla de envidia y admiración, pero es algo que no tiene explicación.

El récord llegó en el encuentro del ascenso contra el el Barça B. Un total de 31.833 personas dispuestas a pasar 90 minutos pensando en una sola cosa: fútbol. Pero hay más que eso en Riazor. Hay pasión, amor, resiliencia y apoyo. El récord de asistencia media lo tiene todavía la temporada 2012-13 con 23.864 aficionados, según los datos del club. Pero todavía hay por delante nuevas oportunidades para superar ese techo. Hay intención. Y eso ya se demostró desde que se inició la campaña de abonados, pues ahí también hay mucho que celebrar: 28.346 socios. Una de las mejores cifras de la historia del Deportivo, solo superada en los cursos 2000-01, 2001-02, 2002-03 y 2003-04, todos en Primera División y en Liga de Campeones. 

Y serían más si se pudiese, ya que actualmente hay casi seis mil personas en la lista de espera para hacerse abonados. Muchos de ellos, además, menores de edad. Otro regalo bonito de este Deportivo de la 2023-2024 es esa joven marea blanquiazul a la que ha conseguido enganchar y que tiene pinta de que solo va a seguir creciendo. Todos los ojos miran ahora hacia el próximo curso. El tan ansiado regreso a Segunda División. Un peldaño más arriba. Mismo sentimiento. Idéntica pasión. Pero un recuerdo nuevo: 12 de mayo de 2024. Os tempos son chegados.