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Lucas Pérez: “Tranquilos, el de Monelos se queda, hay que subir a Primera"

El Deportivo concluyó en María Pita las celebraciones y los jugadores hablaron directamente a la afición

Fiesta del ascenso | Los jugadores saludan a la afición desde el balcón de María Pita

RAC

Xane Silveira

Xane Silveira

Quince días después del ascenso, las ganas de fiesta de la afición blanquiazul seguían intactas y María Pita, con miles de deportivistas, se llenó para recibir a sus jugadores en el Concello. Llegaron puntuales, en el autobús descapotable que ya invitaba a la diversión, y tras el recibimiento de la alcaldesa Inés Rey, a las 19.30 horas Lucas encabezó la salida al balcón de los futbolistas. “Tranquilos, el de Monelos se queda, hay que subir a Primera”, lanzó el héroe de la promoción poco después de saludar a una hinchada que pronto cantó a su ídolo para que no se fuese.

Pasaron prácticamente todos los jugadores por el centro. Repartidos entre los tres balcones, el micrófono corrió de manos después de que Lucas expresase una vez más su agradecimiento a los fans. “Muchas gracias a todos. Esto es increíble. También a los abuelos y abuelas, padres y madres, por ese sentimiento de pertenencia que habéis inculcado. Y a los niños y niñas que estáis aquí, vosotros sois el futuro”, dijo el capitán, que poco a poco fue introduciendo a sus compañeros.

Fiesta del ascenso | Recepción al Deportivo en el Palacio Municipal de María Pita

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Primero hablaron los capitanes. “Pablo quédate, Pablo quédate...”, coreó la afición en cuanto apareció el central galo, que apenas pudo soltar algunos sonidos por la afonía que llevaba. “Que somos el puto Dépor, hermano”, gritó Mella, uno de los más aclamados, rememorando aquel grito de los juveniles en 2021 tras ganar la Copa de Campeones.

Los jugadores corretearon de un lado a otro y la afición pedía más. Lucas, mientras, daba la vez. “Que venga mi Ximorro”, berreó el ariete, que también pidió ovaciones para el resto: “el coronel Jaime” o “Davo, que marcó goles muy importantes”.

También habló Imanol Idiakez, emocionado por el gentío y dos largas semanas de fiesta. “Gracias, si hay que pasar por cuatro años en el infierno para que el deportivismo esté tan unido, habrá merecido la pena”, expresó el técnico vasco. A lo que añadió que el objetivo pasa por llegar a la máxima categoría del fútbol nacional: “Sois lo más grande que tiene este club y ojalá podamos poneros donde os merecéis, sois una afición de Primera”.

Hubo reconocimiento a Suso, el utillero, que lleva toda una vida en el Deportivo y para quien Lucas pidió una fuerte ovación; a Germán, lesionado y con el radio inmovilizado; o a José Ángel, que se rió con los gritos de la parroquia deportivista. Lucas pidió a Barbero, aunque el de Roquetas del Mar se escondió y evitó salir. Por supuesto, también a Yeremay, que prácticamente no podía hablar después de la operación en la nariz. “Yeremay, Yeremay...” empezó a cantar el delantero de Monelos. Le siguió toda la afición y el 7, cariñoso, le dio una carantoña al canario.

Fiesta del ascenso | Llegada del bus con los jugadores a la plaza de María Pita

Antes de todo eso, la delegación deportivista fue recibida por Inés Rey. En el acto en el salón de Plenos hablaron Lucas, Idiakez y el presidente Álvaro García Diéguez. “Estoy aquí por una doble alegría, por una parte por el ascenso de nuestro Dépor, aupado por una extraordinaria afición que ha agotado todos los calificativos, nos ha apoyado en los momentos buenos y no tan buenos. Gracias a la lección de vida que nos habéis mostrado a todos nosotros (hacia la plantilla) que habéis trabajado más duro y con más unión en los momentos más duros”, dijo el presidente de la entidad blanquiazul, quien se comprometió a mantener las relaciones institucionales entre ambas partes: “Mi deseo de que las relaciones entre el Ayuntamiento y el Dépor sean de cordialidad y de máximo respeto”.

Inés Rey, por su parte, recordó a Arsenio y agradeció a Lucas su gesto de bajar a la tercera categoría. “Desde arriba estarían muy orgullosos”, refiriéndose a los abuelos del ariete. “Las personas pueden marchar de A Coruña, pero la ciudad nunca se va de vosotros”, expresó la alcaldesa, que explicó que este ascenso “histórico” que “llega al alma” sirve también para crear nuevos “deportivistas” que lo serán para toda la vida.

Después de los actos y terminada la fiesta, los jugadores se retiraron en el autobús. Antes, dos de ellos, Mikel Balenziaga y Diego Villares, hablaron sobre cómo han vivido estos días. “Me sorprendió ayer (por el domingo) que, después de dos semanas, la ciudad siguiera tan volcada con nosotros, con el Dépor, con el ascenso. Fue una gozada. Disfrutamos de un nuevo ascenso”, expresó el vasco, que espera competir bien ante el Castellón y recargar pilas en verano para lo próximo: “Primero a descansar. Compromiso desde el principio para intentarlo y por qué no conseguir el ascenso”.

Diego Villares, por su parte, comentó que las celebraciones habían “superado” las expectativas “de todo el mundo”, porque “nadie imaginaba algo tan increíble”. El festejo fue “una pasada”, el club y la afición merecían: “Ya nos tocaba después de tantos años”.