Susana Quintás ha sido una espectadora privilegiada y, a la vez, protagonista del gran salto del Banco Pastor en los últimos años. Según reconoce, en la entidad se produjo un "cambio cultural". "Una revolución tranquila", como ella la define.

-Han crecido los últimos 14 trimestres por encima del 25%. ¿Cuál es la receta?

-Es la plasmación cuantitativa de lo que ha pasado en el banco en los últimos años.

-¿Y qué ha sucedido?

-Hubo un cambio cultural absoluto y una transición del modelo de negocio. Pasamos de un modelo orientado al producto a otro que apostaba por la relación con el cliente. Que es muy fácil de decir, pero complicado de realizar.

-Que las entidades bancarias crezcan a tasas de dos dígitos ya es historia. Lo acaba de decir el Banco de España.

-Yo también creo que el negocio bancario, sobre todo en 2009, va a ser bajo.

-También dijo el Banco de España que debían acostumbrarse a crecer al ritmo del PIB. Es decir al 2 o al 3%.

-Uno crece al ritmo del PIB prácticamente sin hacer nada. Como nosotros no queremos crecer al ritmo del PIB, estábamos trabajando en el plan estratégico que redefinirá al Pastor en los próximos cinco años. Los años dorados se han acabado para el Pastor y para el resto. Pero creo que podemos llegar a niveles cercanos al 10% en 2012 o 2013.

-¿Y la morosidad?

-¿La morosidad en España está subiendo? Sí. ¿Va a seguir subiendo? Sí. Pero ¿es asumible? Y la respuesta es que sí. La gente se pone muy nerviosa, pero no es sostenible un modelo de ratio de morosidad por debajo de 1%, porque no es razonable.

-Por cierto, crisis, desaceleración, recesión...

-(Risas) La verdad es que no me voy a liar con la semántica. Lo que sí creo es que lo que iba a ser una desaceleración ordenada y española, desde agosto se ha intensificado un proceso que, de cualquier forma, se iba producir, pero con mucha más intensidad de lo que se podría imaginar.

-¿Cuántas veces le han preguntado hasta cuándo va a durar?

-Por ejemplo, cada vez que hablo con un inversor.

-Y por cierto, ¿hasta cuándo va a durar?

-Hablando de mercados, porque son los que anticipan la economía, el punto peor llegará a finales de 2009.

-¿Está diciendo que lo peor aún no ha pasado?

-Así es. Es verdad que la confianza en los mercados está volviendo poco a poco, pero las cuentas del segundo trimestre de los bancos de inversión van a ser determinantes.

-Y en esta crisis, ¿qué porcentaje hay de psicológico?

-Es una mezcla. Hay una realidad que está ahí. Pero sí hay un componente psicológico ya que los índices de confianza de los consumidores están en niveles muy bajos.

-¿La crisis se llevará a algún otro banco por delante?

-En España, en absoluto. Y fuera, según el Fondo Monetario Internacional, las dos terceras partes del impacto del subprime estarían recogidas.

-¿En qué ha afectado la crisis al Banco Pastor?

-Te voy a ser sincera. En nuestro caso, un entorno más difícil provoca que gestionar el negocio día a día sea más difícil. Pero haber hecho los deberes te puede dar oportunidades. Hemos demostrado que sabemos gestionar los momentos buenos y ahora toca demostrar que sabemos gestionar los menos buenos.

-Uno de los artículos que ha escrito se titula ´¿Son los bancos tan malos como parecen?´. Porque esa es la percepción que tiene la gente.

-Estoy totalmente de acuerdo. No lo discuto.

-Entonces les queda mucho por mejorar la imagen.

-Hay que conseguir que lo que haces como banco, el cliente se dé cuenta de su valor. Por ejemplo, en Londres ves colas en los cajeros, porque no hay muchos. ¿Crees que hay algún cliente que valore la red de cajeros que tienen los bancos y las cajas españolas? No. Lo dan por hecho.

-Pero para mejorar esa imagen tienen un gran hándicap: los clientes les dejan dinero y les cobran comisiones, y cuando van a pedirles un préstamo les piden intereses. Es normal que protesten.

-Me parece bien. Yo también cuando no estaba en banca protestaba. Pero déjame que te ponga otro ejemplo. El margen que tienen muchas tiendas es del 100%. Y nadie protesta. Ese margen del 100% en un préstamo hipotecario es del 0,75%. Es que ni siquiera es del 1%.

-El Banco de España acaba de volver a reclamar una moderación salarial para los trabajadores. También podía pedir a los bancos que no ganasen tanto. ¿Está de acuerdo?

-A esa pregunta, como buena gallega, te voy a contestar sí y no. Ahora vivimos un momento muy complicado que provoca unas espirales de subidas automáticas de costes. Desde el Pastor lo vemos así: la única forma no es sólo la moderación salarial. Nosotros estamos buscando mejoras de la productividad.

-¿Por qué les preguntan tanto si alguien les va a comprar. ¿Tienen algo especial?

-Si la pregunta es si el Banco Pastor tiene algo especial, por supuesto que sí. Pero a mí los inversores y analistas nunca me preguntas si el Pastor se va a vender. Lo que me preguntan es qué va a comprar el Pastor.

-Y para que alguien quisiese comprar el Pastor, alguien tendría que vender.

-Sinceramente, no hemos llegado hasta aquí para que se lo lleve otro.

"Ha sido increíble ver el cambio que el Pastor ha dado desde 2001"

-¿Por qué hay tan pocas mujeres en puestos directivos de la banca?

-En la banca y en cualquier otro sector. ¿A qué se debe? La incorporación de la mujer al mundo laboral es relativamente reciente y para que puedas optar a puestos de responsabilidad necesitas una trayectoria. Creo que hay muchas mujeres competentes preparadas para asumir esos puestos. Seguro.

-¿Cuando le preguntan cuál es su profesión usted dice que es banquera?

-No, la verdad es que no lo digo. Toda mi familia pertenece al mundo de las finanzas: mi hermano, mi marido, mi padre... El ecosistema en el que vivo es ese y para mí es normal.

-Y ya está arriba con sólo 39 años.

-A mí lo que me gusta no es estar arriba. Lo que ha sido increíble es ver el tremendo cambio que este banco ha dado desde 2001. Tener el privilegio de estar en primera fila viendo lo que pasa y ayudando a que pase es una experiencia que no todo el mundo tiene en su vida profesional. Puedes ser director general o subdirector general en muchas empresas y nunca encontrarte con una revolución tranquila como nosotros hemos hecho.