La situación de la planta que la multinacional estadounidense del aluminio Alcoa tiene en A CoruñaAlcoa A Coruña -al igual que la de Avilés (Asturias), con más de 500 trabajadores dependientes de su actividad cada una- es crítica tras perder los incentivos que percibía hasta ahora a cambio de reducir su consumo de energía (incluso a cero de ser necesario) cuando el sistema no es capaz de atender la demanda de electricidad, el conocido como servicio de interrumpibilidad. La compañía participó en la subasta que celebró el Gobierno para repartir estas retribuciones, celebrada la semana pasada en Madrid, y no logró las compensaciones necesarias para mantener la situación actual en ambas fábricas, por lo que su tarifa eléctrica se encarecerá considerablemente en 2015 y pondrá en riesgo la "viabilidad" de las dos factorías, sobre las que pesa la sombra del cierre. El ministro de Industria, José Manuel Soria, sin embargo, achacó ayer la situación de Alcoa "única y exclusivamente a la propia empresa".

El representante del Ejecutivo aseguró ayer en un acto en Asturias que la multinacional estadounidense acudió a la subasta "en las mismas condiciones" que el resto de empresas interesadas en acceder a la interrumpibilidad y que la situación interna de la firma "depende única y exclusivamente de la propia empresa". "No hay que establecer ningún tipo de vínculo entre decisiones que se tomen en el ámbito interno de una empresa, sea cuál sea, y un mecanismo que el Gobierno ha aprobado y que introduce mayor competencia entre las propias empresas", sentenció Soria.

El nuevo modelo de reparto de la interrumpibilidad funciona de forma similar a una subasta de pescado en lonja: se inicia con un precio de salida que va bajando hasta que quede un único postor, que se adjudica el lote subastado al precio más bajo -a pagar por el Gobierno a la empresa- posible.

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Alcoa necesitaba seis de los nueve bloques de 90 MW interrumpibles que subastaba el Gobierno pero solo obtuvo tres porque hubo empresas que en la puja estuvieron dispuestas a ofrecer la interrumpibilidad con una contrapartida económica inferior. Los tres lotes que obtuvo Alcoa van a parar a la fábrica que tiene en San Cibrao (Lugo), donde necesitaba cuatro, y las de A Coruña y Avilés, que precisaban uno cada una, se quedaron sin ellos. Por ello, la dirección de la multinacional del aluminio alertó el lunes de que sus plantas en España quedan en una situación "difícil" y que estudia el "impacto" que este cambio en las retribuciones tendrá en su negocio. Si el escenario actual no cambia, aseguran los sindicatos, las plantas de A Coruña y Avilés, con más de 400 empleos directos cada una, acabarán cerrando.

La Xunta y el Concello de A Coruña, sin embargo, confían en una segunda subasta de interrumpibilidad -a la que Soria no alude- que solucione el problema. "El BOE establece la posibilidad de una subasta extraordinaria mientras haya capacidad de oferta. Se da ese supuesto, con lo que el procedimiento no concluyó y nosotros estamos trabajando ya, tanto con las empresas (la semana pasada tuvimos el primer encuentro con Alcoa) como con el propio Ministerio, para trasladar la necesidad de celebrar esa puja extraordinaria y que las empresas que no consiguieron sus objetivos de retribución puedan cumplirlos", defendió el conselleiro de Economía, Francisco Conde. "El procedimiento está abierto, no concluyó, y nosotros tenemos la esperanza de que con esta nueva puja nuestro tejido productivo pueda mantener sus expectativas y sus retribuciones", concluyó.

El Concello de A Coruña también confía en que haya una subasta "extraordinaria", según le trasladó la teniente de alcalde de Empleo y Empresa, María Luisa Cid, al comité de empresa de la planta coruñesa de Alcoa. "El lunes nos dijo que la Secretaría de Industria daba por hecho que habría segunda subasta", apuntó ayer el presidente del comité de empresa, Nazario Arias.

El presidente de la patronal eléctrica Unesa, Eduardo Montes, se sumó a esta idea y aseguró que se celebrará una nueva puja de unos 200 millones. Pero desde Industria no se hizo referencia a esa segunda subasta y en la propia Alcoa no tienen constancia de ella.

El representante de la plantilla coruñesa aprovechó para criticar el nuevo sistema de asignación de la interrumpibilidad diseñado por el Gobierno al entender que provoca una "incertidumbre constante" en las empresas. "No nos vale estar todos los años con este sistema, hay que cambiar el marco regulatorio. Es igual que sea Alcoa u otra empresa, pero con este sistema solo hay seguridad un año y eso provoca que las compañías no inviertan en las fábricas al no saber lo que ocurrirá al año siguiente", dijo Arias.

El comité de empresa de la multinacional estadounidense cree que si no hay cambios de aquí a finales de año la fábrica coruñesa acabará cerrando, lo que supondría la pérdida de 395 empleos directos y más de 100 indirectos.