El comercio exterior ha sido un flotador para la economía gallega desde el inicio de la crisis, inflado sobre todo por los dos grandes pulmones económicos de la comunidad; Inditex, en A Coruña y Citroën, en Vigo. El naval, radicado en el sur, sufrió los efectos de la paralización de bonificaciones fiscales o tax lease pero ahora vuelve a reactivarse poco a poco. Son los tres grandes sectores en los que analistas e instituciones se fijan cada mes para medir el avance de las exportaciones. Pero hay otros que a veces repercuten en el ritmo ascendente o descendente de las ventas al extranjero. Uno de ellos está asociado a otro gigante coruñés, la refinería de Repsol, y es el de los aceites y combustibles, que entre enero y julio facturó al extranjero 394,3 millones de euros, un 30% menos que en el mismo ejercicio del año pasado. Y otro, el del aluminio, que exportó otros 291,6 millones, un 21% menos que en 2015.

El sector del combustible ha sido tradicionalmente el segundo en importancia de las exportaciones coruñesas por detrás del textil, pero el descenso del precio del petróleo ha lastrado los resultados obtenidos por el tráfico de crudo y sus derivados impulsado por la refinería coruñesa. El retroceso de las ventas convirtió a este sector en el que más resta, el que más tira a la baja de las exportaciones gallegas, con un impacto de 0,6 puntos porcentuales hasta julio, cuando la comunidad acumulaba una subida del 3,9%, más baja que en meses anteriores.

El bajón de julio

El efecto se advirtió de forma más clara el pasado mes de julio, cuando las ventas de Galicia al extranjero cayeron un 4,7%. Las de los combustibles lo hicieron un 39%, hasta los 68.865 millones de euros, pero su peso en la reducción general fue equivalente al 2,6%. El del automóvil fue de un 2%, pero en este caso, la industria aporta un 1,5% al crecimiento anual de las ventas.

El peso de las importaciones es en este sector mucho más importante; de hecho es lo que hace que España cierre siempre con déficit comercial, porque las importaciones de productos energéticos concentran al menos un 10% de las compras totales (es el dato de los siete primeros meses de este año, con el combustible a precios muy bajos). Sumaron 16.176 millones de euros hasta julio, periodo en el que España registró un déficit comercial de 8.436 millones.

Entre enero y julio Galicia compró combustibles al extranjero por valor de 846.328 millones de euros, un 40% menos que en el mismo periodo de 2015. Y el de los combustibles fue el sector que de nuevo más influencia (-6,3%) tuvo más influencia en el resultado final, un bajón del 18%.

2016 tampoco es un buen año para el negocio exterior de Alcoa. La multinacional aluminera estadounidense ha puesto sus tres fábricas españolas (las gallegas de A Coruña y San Cibrao) en venta y alega para ello que no son competitivas, entre otras cuestiones por el precio de la electricidad.

El aluminio lastra Lugo

Las ventas al extranjero de aluminio y manufacturas del mineral gallego se redujeron un 21% desde el inicio del año, hasta los 291,6 millones de euros. Las importaciones ascendieron a 191 millones, un 18% más que en el mismo periodo de 2015. Las exportaciones de Lugo, sede de la fábrica de Alcoa de San Cibrao, acumulan una caída anual del 39% y el capítulo de las semimanufacturas no químicas, donde se engloba el aluminio acusa un descenso del 25%.

La repercusión de este negocio en el global de las exportaciones es de un -0,7% desde el inicio del año y fue de -1,3% sólo en el mes de julio. Su contribución al crecimiento de las importaciones fue de un 1,1% en el séptimo mes del año y asciende a un 0,3% desde enero. A estos dos sectores se une también el de los productos químicos inorgánicos, que también tiró de las ventas a la baja. Un 0,6% desde enero y un 1,3%