Fue economista en el Banco Mundial y en el Fondo Monetario Internacional, asesoró a presidentes de varios bancos de Argentina, Estados Unidos y España y ahora trabaja como consultor en temas económicos de la Comisión Europea y del Banco Mundial e imparte seminarios dirigidos a directivos de China, India y Brasil. Mario Weitz (Buenos Aires, 1956) es además profesor de ESIC y de Ieside y el pasado martes impartió una masterclassmasterclass en su sede de A Coruña bajo el título Escenarios de la economía mundial en 2018. Impactos en España y en la empresa gallega. Pocas horas antes retrató la realidad económica que afrontan España y Galicia y su diagnóstico es claro; sin una apuesta por los sectores y empleos de alto valor añadido, el futuro será más negro.

- Hace dos años que visitó Galicia por última vez y su receta a corto plazo para crecer era "exportar, exportar y exportar". Desde entonces, la comunidad ha batido sus récords anuales, ¿Qué hacemos mal?

-A nivel global se ha producido un cambio positivo en España, que el modelo ha mejorado un poco. Siempre hemos crecido vía sector inmobiliario y turístico, algo que a los economistas no nos convence porque en general son sectores con poca productividad, bajos salarios y estacionalidad. Ha mejorado mucho la exportación. Que tengamos más turistas extranjeros en España es positivo porque dejan dinerillo, que no viene mal y a eso han ayudado mucho países competidores con problemas, como Turquía, Egipto o Túnez. Lo que no acaba de cuajar son, por supuesto, los bajos salarios, que es un tema grave a nivel mundial, pero especialmente en el caso español y gallego.

- Las estadísticas así lo demuestran.

-Para que los salarios se recuperen a medio plazo debería aumentar la productividad y para que una recuperación sea sostenible, además de exportar, hay que dedicarle tiempo a tres aspectos a los que ni España ni Galicia dedican mucho, que son la formación, la tecnología y la innovación, y dentro de ella, la digitalización. España está muy por debajo de la media mundial y Galicia, mucho más. Si invirtiéramos más en formación, tecnología y digitalización se crearía empleo y los salarios subirían.

- Defiende usted la digitalización, pero ahora nos enfrentamos a un reto especialmente vinculado con la industria del automóvil, que es el de la robotización.

-Soy pesimista. La inteligencia artificial, la robotización y todos los cambios tecnológicos van a hacer caer el empleo. Hay gente que defiende reservar el dinero de una renta básica -que es algo que no me gusta nada porque es dar subsidios a la gente por respirar- por si sube el paro en el futuro. Aunque va a tener efectos positivos, va a haber muchos sectores en los que el paro va a subir muchísimo y la única defensa que tienes para esto es la formación. Hay actividades muy necesarias, como ingeniero, informático, experto en economía digital, médico (dado el envejecimiento poblacional), pero es cierto que la robótica creará paro. Con los nuevos cambios, los perfiles de formación cualificada no sufrirán tanto como el personal que pueda ser sustituido por un robot.

- En España también existe déficit de ciertos perfiles muy concretos que surgen de la formación profesional. ¿No?

-Sí. Me refería en general. Las universidades están obsoletas, las empresas invierten cada vez menos en formación, lo que es absurdo, e incluso en la formación profesional. Sería bueno que la Universidad tuviera más comunicación con la empresa, porque son mundos que van por separado y hay personas que se forman en ellas y no tendrán empleabilidad.

- ¿Alguna receta específica para Galicia?

-Siendo una comunidad de pymes, es evidente que hay que apostar por ganar tamaño y copiar el modelo de Inditex. Ganar competitividad pero no transárea, sino a través de lo que ha hecho grande a Inditex, la logística, ser capaces de reaccionar a los cambios de gustos de los clientes en menos de una semana. Son aspectos microeconómicos en los que Galicia tiene que profundizar. Además hay un tema muy grave en España y en Galicia en particular, que es la demografía. Necesitamos gente joven, formada y trabajando y ahora que la esperanza de vida se ha prolongado. Tenemos poca natalidad, si no hacemos reformas las pensiones van a empeorar mucho. Es un tema de largo plazo pero muy serio.

- De largo plazo pero tampoco tanto habida cuenta de lo agotado que está el fondo de reserva de las pensiones. ¿Qué tipo de reformas haría?

-Las que más peso pueden tener son los incentivos. Tiene sentido copiar los modelos alemán o francés, que dan muchos subsidios y mucha desgravación a quienes tienen tres o más hijos. España en este sentido no ayuda nada a las familias. Es evidente que tenemos pocos hijos por muchos factores. Trabajan padre y madre, la gente joven quiere tener tiempo libre, nos casamos tarde, los salarios son bajos? Pero si se introducen incentivos, y otros países lo han demostrado, la tasa de natalidad sube bastante.

- ¿Y dar más facilidades a la crianza con cambios como el horario laboral, que el Gobierno parece dispuesto a introducir?

-Es un tema importante. España es un país en el que se trabajan muchas horas y somos un país poco productivo. En la Comisión Europea hay bastante consenso técnico en lograr un horario más reducido y salir antes. Aunque los empresarios no quieren, técnicamente hay argumentos para un horario laboral que te permita tener vida propia.

- ¿Qué hay de los vientos de cola internacionales, como la política monetaria, el precio de la gasolina y el euro? ¿Seguirán soplando o la apreciación del euro es una amenaza para España?

-No. Parece que se mantienen. En el Banco Mundial pensamos que el 60% de la mejora de la economía española proviene de cuestiones externas. Los tipos de interés bajos y la política expansiva ayudan bastante; el euro, aunque ha cambiado un poco la tendencia, se mantiene en buenos niveles para la exportación, sobre todo porque los tipos de interés están casi a cero y luego el petróleo, aunque ha subido un poquito, está en un nivel interesante con el barril en 52 dólares. El contexto internacional incluso ha mejorado por un tema nuevo que es el gran temor al Brexit y a la llegada de Trump a la Presidencia de Estados Unidos.

- Sí, hace dos años debatíamos sobre las bondades o no del tratado de libre comercio con EEUU y fíjese ahora?

-Sí, cuando se produjeron el Brexit y la llegada de Trump lo consideramos muy negativo y hubo mucho susto con eso. Hay dos cuestiones que preocupan mucho; el proteccionismo, que es un análisis muy ingenuo porque va a provocar una guerra comercial que va a reducir el comercio y aumentar el proteccionismo global, y el freno a la lucha contra el cambio climático y a las energías limpias. Afortunadamente todo lo que Donald Trump prometió hacer encuentra impedimentos en los jueces y el Parlamento y los empresarios tienen la sensación de que se va a aplicar poco de su mala política económica. El Brexit causó mucha preocupación, pero en las últimas semanas hay la percepción de que va a ser mucho más blando de lo que dice Theresa May. Será malo para España igual porque los aranceles afectan a la exportación.

- Así que a España no le conviene nada una posible retirada de estímulos del BCE. ¿No?

-Hay un elemento que ayuda a nivel mundial. Europa está más estabilizada políticamente y crece más pero hay que cambiar las políticas de austeridad, sobre todo en el Norte. Alemania y los países nórdicos tienen que ir a políticas expansivas, de aumentar el gasto, los salarios y las inversiones, lo que nos permitiría hacer lo mismo. Y luego los emergentes no van mal. Estamos muy optimistas con Asia, sobre todo India, China, Vietnam, Corea del Sur, a pesar de la amenaza de Corea del Norte. En América Latina, Brasil y Argentina están aún con problemas, pero Chile, México, Perú, Colombia, Panamá... van bien. El modelo exportador sigue siendo la solución pero hay que complementarlo con los cambios que hemos hablado, que es lo que no estamos haciendo.

- Entre Corea del Norte y Estados Unidos hay hasta amenazas de guerra. ¿Qué va a pasar?

-Los mercados no se creen que pase nada, pero siendo el líder coreano y Trump como son me da un poco de miedo porque Trump está muy acorralado y perdiendo popularidad y esto de tirar una bombita en Corea es una excusa para ganar popularidad. Si pasase algo, aunque fuese una sola bomba, habría una caída muy espectacular de los mercados con un impacto muy importante.