Esta vez sí, el anuncio que hizo el jueves el presidente del Gobierno de facilitar el rescate de los planes de pensiones para incentivarlos y compensar en el futuro la prestación pública de jubilación se cumplió. El Consejo de Ministros respaldó ayer el real decreto que permitirá liquidar sin limitaciones el importe y los rendimientos conseguidos a partir de los 10 años. Podrá hacerse a partir del 1 de enero de 2025. "El objetivo es estimular el ahorro", insiste el portavoz del Ejecutivo y ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, empeñado en lanzar un mensaje de "tranquilidad y seguridad" sobre el futuro del sistema público de pensiones, "derecho irrenunciable de los españoles" y por el que Moncloa "seguirá trabajando" en la Comisión del Pacto de Toledo. A nadie se le escapa, sin embargo, que la medida estaba en el aire desde hace años y que su aprobación coincide con uno de los peores momentos en la historia de la Seguridad Social. En la hucha apenas queda el 20% de las reservas y el incremento de la recaudación por las cotizaciones es inferior al avance en la creación de empleo por la proliferación de contratos a media jornada y sueldos más bajos. Solo el 15% de los gallegos cuenta en estos momentos con un plan de pensiones privado y la posibilidad de que aumenten -Mariano Rajoy habló abiertamente el jueves de que era necesario que lo hicieran, incluso guardar dinero para "otros planes vitales"- choca con la incapacidad de seis de cada diez gallegos para ahorrar.

La reforma incorpora un importante descenso en las comisiones que se pagan a los gestores de los fondos. La cuota máxima en los vinculados a renta fija será del 0,85%, el 1,30% para los mixtos y el 1,50% para los de renta variable. La comisión media baja del 1,50% al 1,25%.

La rebaja es "lo más positivo" para Santiago Lago, director del Foro Económico de Galicia, que advierte de los riesgos de que el Gobierno plantee esto "casi como una solución a la sostenibilidad del sistema público de pensiones". "Porque no lo es. Lo que está claro es que tenemos un problema con la estructura demográfica y se necesita un debate sosegado y claro", apunta este economista gallego. Lago reconoce que el contrato de un fondo de pensiones no está al alcance de la mayoría, aunque subraya que la compra de vivienda es también "una vía de ahorro" y está más generalizada. Si los que hoy tienen entre 40 y 45 años estarán preocupados por cómo llegan con sus cotizaciones, las nuevas generaciones, según Lago, se enfrentan al futuro del retiro con todavía más incertidumbres.

Los planes de pensiones son productos que benefician a las rentas altas. ¿Por qué? Por su trato fiscal. "Los trabajadores de los tramos altos del IRPF tributarán mucho menos por las aportaciones cuando cobren el plan que cuando las aportaron", explica Borja Crespo, asesor financiero especializado en jubilación. "Tenemos un problema porque el porcentaje de sueldo que cobramos con la pensión, ahora en el 82%, se irá seguro acercando a la media de la OCDE del 50% -añade- y es importante saber que tenemos otras opciones de ahorro que no sean los planes de pensiones". Crespo asegura que no es tan importante la cantidad como "la constancia y el tiempo que ahorremos" para exprimir los rendimientos que se pueden generar.

A pesar de la mejora laboral desde el cierre de la doble recesión, la mitad de los hogares gallegos todavía llega a fin de mes con dificultad o mucha dificultad. Hay más de 177.000 familias que sobreviven con menos de 450 euros por cada miembro al mes. De hecho, más del 60% confiesa que ahorrar es un lujo que ellos no pueden permitirse.

"Familias con pocos ingresos, desempleados, que viven de prestaciones... Es una utopía pensar en dedicar parte de sus ingresos a ahorrar", remarca Antonio Fernández, presidente de la Red Galega contra a Pobreza (EAPN-Galicia). Estar ocupado, como recuerda Fernández, tampoco es una garantía de vida sin problemas y la realidad del "trabajador pobre" no liga con la opción de una pensión privada. En cualquier caso, Fernández apela a la libertad en el ahorro del que pueda. "Me llama la atención -dice- que se nos intente acotar a un producto concreto".