El presidente de la Cámara de Comercio de A Coruña, Antonio Couceiro, inicia su segundo mandato al frente de la entidad, el primero tras unas elecciones, con lo que comienza su primera legislatura completa. Este empresario coruñés cierra así el círculo de una dilatada trayectoria vinculada al mundo cameral, un ámbito que, él mismo admite, conoce "en profundidad".

- ¿Qué supone para usted haber sido reelegido presidente de la Cámara de A Coruña?

-El final de una larga trayectoria dentro del mundo cameral. Fui responsable de la Consellería de Industria y Comercio, que era el órgano tutelante de las cámaras de comercio, entre 1994 y 1999, con lo que las conocí en profundidad y aprendí a apreciar su utilidad para el empresariado gallego. En 2003 me incorporé como vocal del pleno de la Cámara, después como vocal de la comisión ejecutiva, vicepresidente segundo, vicepresidente primero y a finales de la anterior legislatura, cuando cesa Marcelo Castro-Rial por motivos personales, paso a ocupar la Presidencia, en la que estuve año y medio. Es mi primera elección directa como presidente de la Cámara de Comercio de A Coruña.

- Cierra así el círculo?

-Es el final de una trayectoria en la que he ido asumiendo las diferentes responsabilidades que una empresa puede tener en el gobierno corporativo de una cámara.

- El pleno de la Cámara se renovó más de un 60%...

-Sí, y la ejecutiva un 70%. De los 10 miembros de la ejecutiva actual solo tres comenzamos la anterior: Antonio Abril, Roberto Tojeiro y yo. Fue una legislatura atípica, de ocho años, el doble de lo normal, por lo que hubo muchas bajas que se fueron cubriendo. Solo esos tres estábamos en la ejecutiva de 2010.

- Y también hubo un rejuvenecimiento.

-Sí, y un incremento del número de mujeres. De 54 vocales del pleno, solo ocho son mujeres. Son más que en la legislatura anterior, pero es absolutamente insuficiente para lo que representa hoy la mujer en el mundo empresarial. De hecho, a la única mujer de la ejecutiva, Luz Pardo, le pedí públicamente en el pleno que se ponga como objetivo en esta legislatura el trabajar para aumentar el número de mujeres en las próximas elecciones. Es un trabajo a medio plazo que hay que hacer para que haya esa representatividad. Luz Pardo se incorporó directamente como vicepresidenta segunda de la ejecutiva.

- Entre los objetivos a futuro estará que la entidad siga siendo de las más saneadas de España.

-Por supuesto. El consolidar y reforzar la sostenibilidad de la cámara, de las pocas, por no decir la única de España, que no dejó de tener superávits en ninguno de los años de la crisis. De hecho, en 2017 tuvo un superávit de 415.000 euros.

- Últimamente, no sé si por la crisis de la CEG o por el buen hacer de la Cámara, hay empresarios que se sienten más representados por la Cámara que por la patronal gallega. ¿Qué le parece?

-Las confederaciones de empresarios tienen un papel muy definido y una misión clara que cumplir, y las cámaras de comercio también. Tenemos un acuerdo de coordinación de actuaciones, por lo que cada uno se dedica a su misión y funciones en absoluta sintonía. Y también realizamos acciones conjuntas. La Confederación de Empresarios defiende intereses sectoriales y las cámaras, los generales de la empresa. La cuestión de sentirse representado es individual, personal, del campo de las emociones.

- ¿Qué importancia tiene Inditex para la Cámara coruñesa?

-Inditex no es solo que sea importante para la Cámara de A Coruña, lo es para la demarcación, la provincia, Galicia y España. Es un grupo potentísimo, con una proyección internacional extraordinaria y su incidencia en la generación de valor añadido bruto, empleo y relación internacional es determinante.

- Hay gente que sostiene que sin la aportación del gigante textil de Arteixo la situación económica de la Cámara no sería la misma. ¿Qué les diría?

-Tenemos más de 500 empresas que hacen su aportación voluntaria. La de Inditex es muy importante, pero la Cámara podría garantizar su sostenibilidad, como hacen otras, sin esa contribución. Tendríamos otro modelo de sostenibilidad financiera, pero evidentemente la importancia de Inditex es absolutamente determinante para la solvencia en el modelo actual de la Cámara.

- ¿Cómo ve la situación de las empresas coruñesas ahora que se habla de recuperación?

-La recuperación es un hecho, porque todos los factores e índices macroeconómicos indican que vamos en la buena dirección respecto a la creación de empresas, a la internacionalización y a la exportación, que es fundamental para la sostenibilidad de la economía en los ciclos recesivos. Las expectativas de crecimiento en ventas y en generación de empleo también son positivas, según los datos de la encuesta que hacemos las cámaras a nivel europeo a través de Eurochambres.

- Entonces, ¿se respira optimismo en las empresas?

-Las expectativas del empresariado respecto de la evolución de la economía son positivas y todos los institutos económicos reconocen que vamos a vivir en los próximos cuatro o cinco años estabilidad económica y crecimiento. Este crecimiento se podrá ver afectado por factores externos como el precio del petróleo, un euro más fuerte respecto al dólar, factores que inciden no solo en las cuentas públicas sino en los costes de las empresas, pero estamos en una buena dinámica con mayor innovación y productividad en las empresas.

- Parte de la mejora económica en Galicia y A Coruña es por la exportación. Hay expertos que alertan de riesgos por la dependencia del sector exterior. ¿Coincide con ellos?

-La apertura de nuestra economía, comparada con otras como la alemana o la danesa, está muy por debajo, por lo que a nadie debe preocuparle que sigamos creciendo de forma importante en internacionalizarnos y en exportar, que es la base del futuro. Tenemos un mercado interior débil, pequeño, por lo que una empresa que busque un crecimiento sostenible y rentable debe orientarse al exterior.

- En este escenario, ¿es momento de subir los salarios?

-Sí, pero el alza ha de estar ligada a la productividad y tener una parte importante variable. Las empresas no pueden subir sistemáticamente los costes estructurales y fijos porque en los ciclos negativos del crecimiento deben tener capacidad de adaptación. Los salarios deben tener una pequeña parte fija, porque hay una inflación que se debe cubrir, y dar más importancia a la parte variable, algo que deben entender las dos partes. Hay empresas que con la crisis cerraron y sus trabajadores quedaron en paro al no poder soportar sus costes salariales. Tiene que haber flexibilidad y que los trabajadores ganen más dinero cuando la empresa va bien pero que el salario se ajuste si el ciclo es negativo y hay que sobrevivir.

- Porque la situación de las empresas puede ser muy dispar, con algunas con buenos resultados y otras sufriendo?

-Sí. Hablamos en términos generales de ciclos, pero cada empresa tiene su propio ciclo vital. Debemos tender a mayor flexibilidad en la remuneración.

- ¿Cómo ve el cambio de Gobierno y sus ministros?

-Conocemos a Nadia Calviño [nueva ministra de Economía], que es de A Coruña, y tenemos buenas referencias de ella, por lo que el nombramiento es tranquilizador respecto al mantenimiento de los cuadros macroeconómicos que el país debe presentar para su sostenibilidad. Espero que las decisiones del Gobierno redunden en mejoras de competitividad de las empresas y que puedan generar riqueza y crear empleo. Y, por supuesto, le deseamos lo mejor.

- Citaba antes factores externos que afectan a la economía. ¿Es este uno de ellos? ¿Puede haber inestabilidad?

-Depende de las decisiones y el camino que tome el Gobierno en políticas de todo tipo, económicas y sociales.

- ¿Deben ser cambios suaves para evitar turbulencias?

-Sí. Los cambios disruptivos nunca son positivos y en temas como el sistema de pensiones, son decisiones que deben tomarse con el máximo consenso y dentro del Pacto de Toledo, que para eso existe.