El Banco Santander dio ayer un paso más en la integración del Banco Popular y el Pastor al inscribir en el registro mercantil la fusión por absorción de estas entidades, un trámite burocrático que supone la desaparición jurídica de estas dos instituciones que, por el momento, conservan sus marcas.

La extinción del Banco Popular y el Banco Pastor no tiene ningún efecto operativo inmediato, ya que ambas redes seguirán operando con total normalidad, como hasta ahora, según señalaron a Efe fuentes del grupo presidido por Ana Botín.

Los clientes del Popular podrán seguir operando en sus oficinas habituales y, por ser clientes del Santander, ya tienen productos y servicios comunes.