La histórica división de la Galicia de costa y la de interior va más allá de la cuestión geográfica. Es una realidad económica, asentada en la mayoría de casos por el tipo de actividad que predomina en cada zona y condiciona la riqueza de sus habitantes. ¿A mayor tamaño, más oportunidades de progreso? Definitivamente, sí. Entre los vecinos de los concellos más grandes de la comunidad y los que residen en los más pequeños hay una diferencia de 11.118 euros en la renta media anual. Entre los primeros, los que superan los 100.000 vecinos, el importe asciende a 27.015 euros, mientras que en aquellos que se quedan por debajo de las 1.000 personas, la cantidad es de solo 15.897 euros, según los datos publicados ayer por la Agencia Tributaria a partir de los declarantes del IRPF en 2017 por municipios.

La renta bruta per cápita ascendió a 23.249 euros en el conjunto de Galicia después de un incremento del 2,1% respecto al ejercicio anterior. Una vez descontado el pago de impuestos, incluidas las cotizaciones sociales y la cuota resultante del IRPF, los gallegos manejan de media unos 19.378 euros. La subida anual de la llamada renta disponible es menor, un 1,8%, lo que evidencia una presión fiscal más elevada.

A medida que desciende el tamaño de los ayuntamientos, baja el nivel adquisitivo de los contribuyentes gallegos. Frente a los algo más de 27.000 euros de renta bruta media en los tres concellos más grandes (Vigo, A Coruña y Ourense), en los cuatro que van de 50.000 a 100.000 habitantes (Pontevedra, Lugo, Santiago y Ferrol), la cuantía se recorta hasta los 26.073 euros. En las localidades de 20.000 a 50.000 habitantes, la renta bruta se situó en 21.917 euros; en 20.068 en los de 5.000 a 10.000 vecinos; y 17.451 euros en los de 1.000 a 5.000.

Teniendo en cuenta que la mayor fuente de ingresos de los hogares en la comunidad es el trabajo (24.674 millones de euros durante 2017) y que Galicia está entre los territorios con menores salarios, no extraña que figure igualmente en los puestos de cola de la renta en España, por detrás de Murcia (22.994 euros), Andalucía (22.303), Castilla-La Mancha (22.003) y Extremadura (19.870). Al otro lado de la balanza aparecen Madrid (35.067 euros por vecino al año antes de las obligaciones tributarias y las retenciones en la nómina), Cataluña (30.430) y Baleares (28.312). La cuantía estatal ronda los 26.600 euros. En ese grupo de mayores rentas están también los no residentes: 28.855 euros.

A la cabeza de los concellos gallegos está otra vez Oleiros. Y eso a pesar de que es uno de los municipios que peor evolución registra, con una caída anual del 6%, hasta los 37.974 euros de renta bruta por cada habitante. Es el único de la comunidad que se cuela en el grupo de los cincuenta ayuntamientos más ricos de todo el país. Lugar de residencia de muchos empresarios y altos cargos de compañías coruñesas y patrimonios holgados, las declaraciones del IRPF de sus vecinos dejan unos ingresos medios laborales de cerca de 31.500 euros; otros 5.700 euros de rendimientos del capital mobiliario: 14.300 euros en rendimientos de actividades económicas; y 5.700 euros en otras rentas. Las 35.600 declaraciones presentadas sumaron 659 millones de euros en 2017. Una cantidad que multiplica por 100 la renta bruta de los vecinos del concello más pobre de Galicia.

¿Cuál es? Cervantes. El municipio de la montaña luguesa repite también como furgón de cola con alrededor de 6,9 millones de euros de renta bruta entre todos sus contribuyentes (1.377): a una media cada uno de 12.785 euros, un 6% más que un año antes, según el balance de la Agencia Tributaria.

La parte baja de la lista con los resultados del IRPF en Galicia está copada por concellos pequeños, rurales, la mayoría ubicados en el interior. Junto a Cervantes figuran Toques (13.264 euros), As Nogais (13.899), Dozón (13.924), Vilardevós (14.000), Riós (14.028), Paradela (14.091) y O Páramo (14.201).

Por detrás de Oleiros, en el ranking de los de mayor renta están As Pontes (29.154 euros), A Coruña (28.654), Nigrán (28.489), Santiago (28.133), Bergondo (27.561), Teo (26.821), Sada (26.787), Baiona (26.737), Cabanas (26.654), Vigo (26.636) y Pontevedra (26.108 euros). Así, la renta contribuyentes de la capital coruñesa es 2.000 euros superior a la de los vigueses.

De todos ellos, los incrementos más notables en la riqueza de sus habitantes se dan en Baiona y Sada, ambas por encima del 4%.

Cualquiera de ellos se sitúa a años luz de lo que se declara en los municipios madrileños de Pozuelo de Alarcón, Boadilla del Monte y Alcobendas, y los barceloneses Matadepera y Avinyonet del Penedès, que son los de mayor renta bruta de todo el país. En Pozuelo de Alarcón, por ejemplo, fueron 72.899 euros por habitante en 2017. En Avinyonet del Penedès, una localidad diminuta de solo 1.669 habitantes, ronda los 57.800 euros.