Más de 20.000 personas colapsaron ayer la localidad lucense de Foz en una nueva multitudinaria manifestación en defensa de la última planta de Alcoa en territorio español. El grito de los 534 trabajadores, cuyo puesto se encuentra en riesgo inminente, estuvo acompañado de nuevo del de vecinos de toda la comarca de A Mariña que cerraron filas en torno a la necesidad de preservar la fábrica que supone el 30% del PIB de la provincia de Lugo. Esta semana concluyen las negociaciones laborales abiertas de manera unidireccional por la multinacional; un diálogo informal que precede a la ejecución del despido colectivo anunciado públicamente y por carta a los afectados el pasado 28 de mayo.

Millares de personas recorrieron ayer por tierra -y por mar- la localidad de Foz al grito de "A Mariña se salva luchando". Entre 20.000 y 25.000 participantes, según cálculos de la organización, participaron en la movilización, una más en la concatenación de protestas y actos reivindicativos que se acentúan a medida que pasan los días. Trabajadores, vecinos y representantes políticos recorrieron las calles focenses exigiendo la supervivencia de la producción de aluminio primario en Galicia.

Esta semana finaliza el plazo unilateral fijado por Alcoa para las consultas informales abiertas con carácter previo al despido colectivo de 534 trabajadores. El comité de empresa propone al Gobierno "una intervención a dos años" que dé "margen de tiempo" a fijar un precio energético "estable".

"La problemática sigue estando en el mismo sitio. Necesitamos que se asegure el 100% los puestos de trabajo, el 100% de la producción. Que no se nos paren las cubas, porque nos matarían el corazón de la fábrica", reclamaba el presidente del comité de empresa de San Cibrao, José Antonio Zan.

Las protestas de este domingo contaron con la asistencia de los propios trabajadores vestidos con los trajes de la planta de Cervo y de otros tantos miles de personas. Al inicio de la movilización, en torno a las 11:00 horas, cuatro operarios de la planta iniciaron su marcha hacia el muelle mientras transportaban un ataúd de cartón para simbolizar la muerte y el entierro de la comarca. Ya en el mar, cerca del puerto, una decena de lanchas transportaban a trabajadores de Alcoa que sujetaban pancartas y bengalas encendidas.

El propio presidente del comité de empresa se vio sorprendido por la afluencia y tiene clara la salida: "Es muy sencillo. La Unión Europea permite, para empresas que no coticen en bolsa, una intervención hasta siete años y hasta seis las que sí coticen. Nosotros ni siquiera pedimos eso, creemos que con un año o dos llega", asegura José Antonio Zan.

La cuestión para los empleados consiste en "dar un margen de tiempo para poner un precio energético estable" que permita a Alcoa "competir con el resto de países de Europa" al tiempo que el Gobierno puede "mantener un tanto por ciento de las acciones" de la empresa para entrar en el Consejo de Administración y "opinar" sobre las inversiones a realizar. En este sentido se manifestó el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, quien afeó al Gobierno no haber recibido "ninguna" propuesta para salvar San Cibrao. En una nueva videoconferencia de líderes autonómicos con Pedro Sánchez, le trasladó que "no se pueden cerrar empresas por la falta de una tarifa eléctrica" que haga viable la producción de aluminio y acero en España. "Es fundamental que esa factoría no se cierre, mucho menos ahora que estamos para salvar empresas, no para condenar empresas", sentenció.