La flota de bajura y artesanal de toda Galicia se unió ayer al paro convocado por la Federación Galega de Confrarías contra el nuevo reglamento de pesca de la Unión Europea. Un buen número de lonjas permanecieron cerradas y vacías y los barcos se quedaron en puerto, pero no en silencio. La Cofradía de Pescadores de A Coruña secundó el protesta e hizo sonar las sirenas de sus barcos a mediodía. En los principales puertos gallegos las tripulaciones usaron de manera insistente sus bocinas para mostrar su malestar contra un reglamento que consideran invasivo, una especie de Gran Hermano, y que no tiene en cuenta las singularidades de la flota gallega.

La convocatoria fue respetada y seguida de manera masiva por toda la costa gallega. En A Coruña, varios barcos de pesca de bajura se concentraron en las proximidades de la Medusa para expresar su rechazo a la medida que trata de imponer Bruselas.

“Invitamos a los responsables de la política pesquera de la UE a que vengan a Galicia, que conozcan cómo trabajamos y los sistemas de control que ya tenemos, tanto del Servizo de Gardacostas de la Xunta como la propia vigilancia interna de las cofradías”, manifestaba al final de la jornada el patrón mayor de Bueu, José Manuel Rosas. Los pósitos de la comunidad no descartan nuevas acciones y su siguiente pasó será trasladar a todos los eurodiputados (no solo los españoles) las características reales de la flota.

En el caso de Vigo un reducido número de embarcaciones de las cofradías de la ciudad y de Redondela se concentraron en la zona del Náutico para participar en la protesta. Hasta allí se desplazó la portavoz del BNG en Europa, Ana Miranda, que calificó el reglamento de “muy lesivo” para los intereses de la flota de bajura y el marisqueo gallegos. “Desde el BNG queremos que la flota artesanal gallega sea excluida del reglamento de pesca”, indicó Miranda, quien señaló que es “una afrenta por parte de Bruselas, un abandono por parte del Estado y por parte de la Xunta es una hipocresía”.

Por su parte, la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, se desplazó al puerto coruñés de Ribeira para participar en la protesta de la Federación Galega de Confrarías. Pontón mostró su “apoyo” a las reivindicaciones contra un “reglamento injusto que establece más control para una flota que ya está hipercontrolada”, señaló.

“A tiempo” de evitarlo

La líder nacionalista criticó que estas decisiones se tomen desde Europa pese a que allí no conocen, consideró, la “realidad” del sector pesquero gallego. Con todo, confió en que todavía se esté “a tiempo de modificar las cuestiones más lesivas” de una normativa que no debería aplicarse a una flota “que lo que necesita son más medios para realizar una actividad que es esencial en este país”, aseguró.

En la ría de Arousa, la protesta fue secundada incluso en localidades cuyas cofradías no habían secundado el paro anterior ni tampoco el de ayer, como sucedió con la de Vilanova de Arousa. “Somos pescadores, no delincuentes”, repetían ayer una y otra vez convocantes y manifestantes. En las pancartas que portaron y/o colgaron en puertos, cofradías y lonjas podía leerse que el marisqueo a pie está “en contra del diario electrónico simplificado”, además de pedirse “respeto para la gente del mar” y dejar claro que éste “no es gran hermano”.

Más de doce metros

El controvertido texto comunitario prevé, entre otras cuestiones, la obligación de declarar las capturas a través de un diario electrónico antes incluso de llegar a puerto, la geolocalización de las embarcaciones para todos los barcos de más de 12 metros de eslora o la implantación de cámaras de videovigilancia a bordo. La Federación Galega cifran en “más de 4.300” las embarcaciones que permanecieron amarradas ayer, recibiendo el apoyo de “3.500 mariscadores de a pie”.

El nuevo Reglamento de Control de la pesca que baraja la Unión Europea (UE) ha encontrado un rechazo absoluto en el sector de la pesca artesanal de Galicia.