Galicia alberga un gran potencial para desarrollar proyectos vinculados con las renovables. Europa marcó su hoja de ruta para lograr una economía descarbonizada en 2050 y España apuntaló la estrategia para emprender esta transición energética con el Plan Nacional Integrado de Energía Clima (Pniec), que contempla aumentar el cómputo de renovables hasta el 70% en el mix de generación energética para finales de la década y ambiciona un recorte de emisiones del 23% para la misma fecha. El sector energético se enfrenta a una transformación sin precedentes: “Galicia es la principal potencia de recurso eólico a nivel nacional”, resalta el consejero delegado de la compañía coruñesa Greenalia, Manuel García. La oportunidad está ahí y es el momento de aprovecharla, tal y como manifestaron la directora Xeral de Planificación Enerxética e Recursos Naturais de la Xunta, Paula Uría; el secretario general de Asime, Enrique Mallón, y el ejecutivo de la compañía de renovables gallega, Greenalia. Los tres participaron ayer en una mesa de debate organizada por este periódico: Reinventar Galicia, el potencial eólico y su oportunidad para la industria. El foro abordó el futuro energético y, concretamente, el potencial del sector eólico y la oportunidad que supone para la industria gallega.

La mesa redonda, moderada por el periodista Julio Pérez, analizó la promoción de las instalaciones eólicas en la comunidad gallega, donde ya constituye la primera tecnología en generación eléctrica. Todo ello, en un contexto de fuerte impulso a las renovables. El objetivo en Galicia es alcanzar un ritmo medio de implantación de esta tecnología de entre 400 y 500 megawatios (MW) al año hasta 2030, recuerda Uría. “En 2019 se pusieron en marcha casi 430 MW, fue el año de construcción de dos proyectos en el marco de las anteriores subastas”. En este sentido la titular de Planificación Enerxética destaca cómo la energía eólica “es una fuente de generación de empleo y de desarrollo tecnológico” y subraya su potencial para “dar continuidad a la implantación de industria asociada al sector energético”.

Como parte de la transición energética, España tiene previsto aumentar la potencia instalada del sector eléctrico en 157.000 MW hasta 2030. De esta cifra 50.000 MW se corresponderán con energía eólica, 37.000 MW serán de energía solar, 27.000 MW de ciclos combinados de gas, 16.000 MW de hidráulica, 7.000 MW de solar termoeléctrica y 3.000 MW de nuclear, así como otras tecnologías con menor representación. Para cumplir este objetivo, se deben instalar anualmente 2.200 MW de eólica, recordó García. “En el caso de la eólica en Galicia hay referentes de empresas que tienen mucho potencial de crecimiento”, asevera Mallón. Una idea compartida por García: “es importante que el desarrollo eólico no sólo sirva para cumplir estos objetivos sino también dinamice la industria”.

Tras la eólica marina

El de la eólica marina fue uno de los temas candentes de la mesa redonda, una apuesta segura para Galicia, tal y como coincidieron los ponentes. “Galicia, junto con Canarias, es una de las principales regiones con recursos eólicos a nivel europeo y nacional”, subraya García. “Somos una potencia en recursos y en la parte industrial, especialmente para la eólica marina flotante”, puntualiza. El avance tecnológico de la eólica offshore, con el desarrollo de soluciones de tecnología flotante “abre una nueva puerta a la implantación de proyectos en zonas en las que antes no se podían ubicar”, detalla Uría.

Recoge el guante Mallón alentando a implantar proyectos de eólica offshore en la costa gallega como reclamo para que las empresas del sector se instalen en Galicia. La idea es desarrollar “un polo industrial y social”, un hub tecnológico en el territorio. Una propuesta con la que Greenalia concurre, junto con la plataforma de empresas de offshore de Galicia, GOE-Asime, y tres socios más a una de las manifestaciones de interés convocadas por el Ministerio para la Transición Ecológica captar financiación de los fondos europeos Next Generation para crear un polo industrial de eólica marina en la comunidad. Para ello, “hay que implantar parques marinos” en aquellas zonas favorables para ello. Eso sí, respetando las rutas marítimas logísticas, las áreas de pesca y la biodiversidad propia del ecosistema. “Hay empresas de Galicia que están siendo protagonistas de la fabricación de grandes estructuras marinas”, recordó el portavoz de Asime.

Aún así el despliegue industrial debiera ser progresivo. La industria aún no está preparada para grandes proyectos, sostiene el ejecutivo de Greenalia. Así es que propone impulsar los de tamaño medio “para ir desarrollando capacidades industriales”. Pone como ejemplo Canarias, donde la compañía ha proyectado cuatro nuevos parques eólicos marinos que se sumarían al pionero de Gofio. Las particularidades industriales del territorio, vinculadas al sector petrolero y gasístico, han promovido la implantación de aerogeneradores marinos próximos a las plataformas dedicadas a la extracción de combustibles fósiles.

Contratos para empresas

Más allá de la oportunidad que representa la eólica para la industria gallega, es necesario tener en cuenta el contexto de precios de la energía. El precio la electricidad es alto actualmente, con una media en el mercado mayorista que ha rondado este mes de 60 y 70 euros/MWh. “Tenemos indicativos a futuro de que irá por ahí”, analiza García. “En los próximos 3 años el precio estará alto, por encima de los 50 o 52 euros/MWh”.

Para las industrias se articula como indispensable acceder a unos costes competitivos. Pero la disponibilidad de energía renovable de España podría ayudar a que las industrias accedan a unos niveles precios más bajos a través de contratos de adquisición de energía a largo plazo, PPAs (Power Purchase Agreement en inglés). Son acuerdos financieros entre empresas en los que se garantiza al consumidor un precio pactado previamente, que se mantiene independiente de las oscilaciones propias del mercado mayorista. Así es que el ejecutivo de Greenalia insta a “aprovechar los recursos que tiene Galicia para obtener un precio competitivo, para bajar el precio del pool (mercado mayorista de electricidad) y también para bajar el precio al que acceden las industrias gallegas —a la electricidad— a través de contratos entre las partes”.

Llamada al diálogo de todos los agentes

Con la transición energética como telón de fondo, los agentes apelan a establecer una conversación. “Creemos que España y Galicia debe seguir potenciando la implantación de eólica terrestre y marina, con la vista puesta en fortalecer el mix energético y las cadenas de valor industriales que, en el caso de la eólica, tienen en Galicia referentes y empresas con mucho potencial de crecimiento”, incidió Enrique Mallón. Una apuesta por el recurso eólico “con la máxima transparencia”, incidió Paula Uría. Todo ello enmarcado en un “desarrollo, planificado y ordenado” y que contemple a “la cadena tractora asociada a la generación de empleo “.

La eólica se reivindica como motor de la transición energética

La eólica se reivindica como motor de la transición energética Lidia montes

Paula Uría | Directora Xeral de Planificación Enerxética e Recursos Naturais

“Hemos hecho una apuesta clara por la simplificación”

La aportación del sector industrial gallego podría articularse como un elemento clave para el desarrollo de la tecnología eólica marina. En este sentido, el secretario general de Asime reivindica la avanzadilla del sector gallega del metal, “que participaría en un 99% de toda la fabricación de parques eólicos marinos. Es cinco o seis veces superior a la que existe en otras comunidades”. La estructura de la industria del metal se acopla a las necesidades de producción del sector eólico: “Tenemos astilleros, empresas de construcción de estructuras metálicas de gran dimensión, empresas de pinturas y recubrimientos, empresas de cableado industrial”, enumera, “tenemos más dimensión industrial que la mayor parte de las comunidades autónomas”. Las dos regiones con más músculo industrial y que, en su opinión, podrían ser los grandes protagonistas de la eólica marina son Galicia y País Vasco. Aunque “el recurso eólico marino no tiene punto de comparación”, incide. La asociación ha catalogado 220 empresas que podrían participar de una manera relevante en el despliegue de la eólica offshore. En un paso más, Mallón sugiere que Galicia podría encontrar un filón en la construcción de embarcaciones de apoyo a parques eólicos, uno de los grandes déficits que tiene la industria y uno de sus cuellos de botella. “Aquí se podrían construir, porque tenemos un amplio abanico de construcciones navales, que cubrirían sin problema el mantenimiento de esos parques eólicos marinos”.

La eólica se reivindica como motor de la transición energética

La eólica se reivindica como motor de la transición energética Lidia montes

Manuel García | Consejero delegado de Greenalia

“Vemos la eólica marina a futuro”

Además de los cuatro parques proyectados en Canarias, Greenalia cuenta con el proyecto Gofio en Canarias, en tramitación muy avanzada y mira con interés a Galicia. “Como empresa de renovables, un poco atípica”, introduce García, considerando que la empresa trabaja en el sector de energía eólica, biomasa y fotovoltaica; “vemos la eólica marina a futuro”. El ejecutivo no deja pasar por alto que se trata de proyectos son a largo plazo. “Tenemos que empezar a trabajar ahora para los próximos años”, incide En este marco, el consejero delegado de Greenalia opina que se debería dar un impulso en la actual legislatura a promocionar la eólica offshore flotante en Canarias. “Creo que en el resto de la península el trabajo será ordenar bien las zonas y empezar a hacer los primeros contactos con los principales afectados”. Indice en que Canarias está muy avanzada en este ámbito, con varios prototipos flotantes desarrollados por los astilleros. “Está a años luz”, incide. Un factor que, apunta, garantizará que cuando haya implantaciones en el resto de la península y en Galicia “tendremos un know how de que prototipos funcionan”. El primer directivo de Greenalia mira a Reino Unido, Alemania o Estados Unidos para poner en valor la apuesta de estas potencias por las tecnologías de eólica marina. Un camino que el sector debería tomar si desea competir a nivel mundial. “Las plataformas de eólica flotante que hay en Portugal y las que van para Escocia se han fabricado en Galicia”.

La eólica se reivindica como motor de la transición energética

La eólica se reivindica como motor de la transición energética Lidia montes

Enrique Mallón |  Secretario general de Asime  

“Tenemos más industria que otras comunidades”

La aceleración de los trámites para ejecutar parques de renovables es un elemento clave. De hecho, la Xunta ha impulsado una ley de Simplificación Administrativa para priorizar aquellos parques que tengan relaciones directamente con industrias electrointensivas. La administración gallega trabaja “para conseguir agilizar los informes”, señala Uría. “Hemos hecho una apuesta clara por la simplificación pero con las garantías encima de la mesa”. El Ejecutivo gallego ha creado una figura especial de iniciativas empresariales prioritarias por la que primará la tramitación de proyectos que cumplan una serie de requisitos: que tengan vinculado un desarrollo industrial que consolide 25 empleos como mínimo. Se dará prioridad, también, a aquellos proyectos que cumplieran con sus compromisos industriales en el concurso del año 2010 y, además, aquellos con una inversión de 20 millones de euros y cuenten con todos los permisos de acceso y conexión a la red de transporte y sus infraestructuras estén autorizadas. “Es decir, proyectos maduros que realmente se puedan ejecutar en un corto plazo de tiempo”, asegura la titular de Xunta. Son tres requisitos, pero “solo es necesario que se cumpla uno de ellos” para declarar el proyecto como iniciativa empresarial prioritaria. Esto supone que tendrán prioridad de despacho y se reducirán los plazos de tramitación a la mitad. “Eso no significa que se reduzcan las garantías”, matiza Uría. Esta ley “busca sinergias en la tramitación. Se piden informes simultáneos para diferentes procedimientos, pero no se reducen las garantías jurídicas”.