El largo y complicado camino hacia las ayudas del fondo de recuperación Next Generation EU, dotado con 750.000 millones de euros y destinado a reflotar las economías europeas más golpeadas por el coronavirus, empieza a despejarse. Todos los Estados miembros han ratificado y completado la decisión sobre recursos propios, norma que permitirá a la Comisión Europea acudir a los mercados en busca de financiación. Bruselas confía en que la emisión de deuda común podrá comenzar en junio y los desembolsos, en julio. Rumanía y Hungría concluyeron la tramitación parlamentaria el miércoles y ayer lo hicieron los dos últimos que quedan por cumplir, Austria y Polonia.