En el día de ayer se cumplió un año desde que Alcoa presentó el ERE que suponía el despido de más de 500 trabajadores de la fábrica de aluminio primario de San Cibrao (Cervo, Lugo), aunque el expediente fue anulado posteriormente por el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) y, en este momento, está todavía pendiente la resolución del recurso presentado por la multinacional ante el Supremo.

La de San Cibrao es la última planta que la aluminera mantiene en España tras vender A Coruña y Avilés en 2019. El presidente del comité de empresa, José Antonio Zan, pone en valor que, “un año después”, la factoría sigue funcionando y aún se busca una solución que permita garantizar su viabilidad en el futuro.

“Un año después, la fábrica sigue funcionando, sigue siendo el motor de la comarca y los trabajadores siguen luchando para defender su empleo y el que generan las empresas auxiliares” vinculadas al complejo industrial de San Cibrao, destaca Zan.

En este momento están en marcha las conversaciones para la posible venta de la fábrica a través de la SEPI, con seis posibles compradores interesados en la planta. Alcoa quiere deshacerse de la planta de aluminio y mantener la refinería de alúmina (materia prima) que tiene en el mismo complejo industrial.