De Marta Ortega se espera un liderazgo continuista al frente de Inditex, una reafirmación del modelo de negocio con el que su padre, Amancio Ortega, y Pablo Isla, todavía presidente, lograron convertir una compañía textil nacida en A Coruña en los años 70 en el primer grupo de su sector a nivel mundial. La hija del fundador toma las riendas en un momento en el que la compañía presume de solidez, reforzada tras el golpe de la pandemia. La crisis del COVID ha llevado a acelerar dos procesos que estaban ya en marcha y de cuyo desarrollo dependerá el éxito de la nueva presidenta: la apuesta por la sostenibilidad y la integración digital. Son los dos grandes retos para mantener la posición de liderazgo del grupo. Marta Ortega también deberá decidir sobre la dimensión de la red de tiendas, la reubicación de las fábricas por la crisis en la cadena de suministros o la fórmula para mantener el margen de beneficio.

Ser sostenible o no ser. Isla informó a los accionistas de Inditex en su última junta de que la compañía ha acelerado el cumplimiento de sus objetivos de sostenibilidad, tras haber superado todas las marcas propuestas para 2020. Ahora, la compañía se marca el reto de lograr emisiones netas cero para 2040 (diez años antes de lo previsto antes de la pandemia) y el uso de energía 100% renovable ya para 2022. En 2023 todas las prendas que provienen de fibras de la celulosa vegetal serán ya 100% sostenibles. En 2020 la empresa eliminó las bolsas de plástico. La sostenibilidad es un pilar estratégico para Inditex, un paradigma que está implantando en toda su cadena de valor para optimizar los embalajes, las cargas de los envíos, el uso de energías limpias y la recuperación de residuos de sus instalaciones. Es una cuestión de compromiso, de imagen y de costes. De competitividad, al fin y al cabo. El índice de sostenibilidad de Dow Jones World 2021 ha destacado, un año más, a Inditex como una de las empresas españolas más sostenible.

El modelo integrado, la ‘masa madre’ del éxito de Zara. Pablo Isla se mostró ayer convencido de que su sucesora seguirá apostando por el actual modelo de negocio de Inditex. “Por supuesto”, respondió con una rotundidad poco habitual en él. Los ingredientes de esa receta, enumeró, son: una integración “muy fuerte” entre el diseño, la fabricación y la logística, a lo que se suman “valores de trabajo en equipo y humildad”. Integración es la palabra clave en la compañía textil. Inditex basa su éxito de los últimos años en su modelo integrado de tiendas y online, un sistema en el que habrá de profundizar en los próximos años para mantener el puesto de liderazgo de Zara y el resto de cadenas frente a la amenaza de grandes grupos que operan en el sector digital.

La plataforma propia Inditex Open Platform permite preparar los pedidos online en las propias tiendas gracias al stock integrado. La empresa optimiza el control y el aprovechamiento del inventario, a la vez que ahorra tiempo y costes. Las barreras del mundo físico y online se desdibujan, pero la red tiene cada vez más peso. El plan estratégico de Inditex incluye una inversión de mil millones en tres años para reforzar la digitalización, con el objetivo de alcanzar el 25% de ventas online en 2022. En la última década la inversión en transformación digital alcanzó los 11.000 millones.

Fábricas en Asia o de proximidad, los retos de la cadena de suministros. Los economistas calculan que la crisis de suministros pondrá el mundo en jaque al menos hasta 2023. Los cuellos de botella en las cadenas de suministro debido a la recuperación repentina la demanda y la producción limitada causan un desabastecimiento mundial frente al que Inditex se ha blindado incrementando la producción de proximidad. China sigue siendo el principal centro de fabricación de la multinacional coruñesa, pero en 2020 por primera vez se redujo el número de proveedores del país asiático y se desvío producción a Turquía. Inditex califica de “producción de proximidad” casi la mitad (49,42%) de su fabricación, lo que minimiza su exposición a la crisis frente a sus competidores, que dependen entre un 60% y 80% de Asia y sufren en mayor medida los problemas de entregas.

Mantener el liderazgo y el valor, el objetivo. Mantenerse es un objetivo suficientemente ambicioso cuando se trata de la empresa con más valor de la Bolsa española (87.000 millones ) y la líder mundial de su sector. Pero Inditex nunca se conforma: “Los resultados invitan al optimismo, tenemos mucha capacidad para crecer”, avisó Pablo Isla este verano. La empresa y su presidenta crecerán juntos en la nueva era que se abre en 2022.