La ocupación resiste en Galicia pese a la sangría de 5.200 empleos en campo y pesca

El primer trimestre deja 800 trabajadores menos y 3.700 parados más | Construcción, educación y las TIC impulsan el mercado laboral | La tasa de temporalidad cae al 16,4%

julio pérez

El mercado laboral sigue dando claros síntomas de resistencia frente a la ralentización de la economía y las muchas y variadas consecuencias de la invasión de Rusia a Ucrania. A caballo entre el fin de la campaña de Navidad y los tradicionales refuerzos de plantilla para la temporada veraniega, el primer trimestre de cada año no suele dar buenas noticias. Y en este 2023 se cumplió la regla general, aunque con el freno puesto en la destrucción de empleo. La ocupación mermó únicamente el 0,05%, con 11.100 personas menos trabajando respecto al cierre del pasado ejercicio en España, según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) publicada ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Los parados sí aumentaron con fuerza: 103.800 más, un alza del 3,4%, el mayor ascenso desde el estallido de la crisis del COVID-19, cuando fueron 121.000. Hay 20,4 millones de ocupados en el conjunto del Estado y 3,1 millones de personas en busca de trabajo. Galicia fue una de las comunidades con números rojos entre enero y marzo. Destruyó 800 puestos, lo que supone una bajada de solo el 0,1%, mientras que 3.700 gallegos entraron en el paro tras una subida del 2,8%.

Parte de la explicación a que el desempleo crezca muy por encima de la ocupación perdida viene del comportamiento de la población activa por la propia evolución demográfica, los estudiantes que acaban su preparación académica o el efecto llamada de la buena racha del mercado laboral. Galicia incorporó a lo largo del primer trimestre 2.800 residentes de 16 años en adelante que trabajan o están en disposición de hacerlo; y acumula 6.300 activos más respecto al mismo periodo de 2022.

El nuevo año arrancó con 1,1 millones de gallegos trabajando. Todo el retroceso de la ocupación se centró en las mujeres (4.300 menos), frente al incremento entre los hombres (3.400 más). Por edades, los empleos se incrementaron en 2.700 en los jóvenes de 16 a los 24 años; en 1.100 en lo de 25 a 34 años; y en 4.100 a partir de los 55 años. La cantidad de ocupados en la franja de 35 a 54 años disminuyó en 8.800.

Hay una variación muy desigual en los grandes sectores que mueven la economía de Galicia. La construcción creó 5.300 puestos entre enero y marzo. Fue la líder del mercado de trabajo, seguida por la educación (3.700); y la información y las comunicaciones (1.300) por el empuje de las TIC. Destacan también la metalurgia y la fabricación de productos eléctricos y electrónicos (900 nuevos ocupados); y el suministro de energía, agua y la gestión de residuos (otros 900). En la otra cara de la moneda aparece de nuevo el sector primario. La pesca se dejó 3.000 empleos —un desplome de casi el 15%— y 2.300 la agricultura y la ganadería. El volumen de ocupados en la industria manufacturera regional disminuyó en 2.300; en 2.200 en transporte y almacenamiento; en 1.600 en automoción, naval y grandes reparaciones; y 1.400 perdió el comercio.

Como mensualmente demuestran los datos de la afiliación a la Seguridad Social, la cuota de los temporales registra mínimos históricos por los efectos de la reforma laboral. De los 897.200 asalariados que había en Galicia en el primer trimestre, 652.500 tenían un contrato indefinido a tiempo completo. Son 43.400 más que hace un año, cuando se estrenaron las medidas pactadas por el Ministerio de Trabajo, las grandes patronales y los sindicatos CC OO y UGT para paliar la precariedad. Los fijos a jornada parcial aumentaron en 14.400, hasta los 97.200. Los eventuales a jornada completa se redujeron en 33.000, hasta los 111.800; y hay 19.700 menos con contrato por horas (35.800). La tasa de temporalidad se situó en el 16,4%, ocho puntos por debajo de los niveles anteriores a la entrada en vigor de los cambios legales en la contratación.

Los dos sectores más intensivos en ocupación en Galicia son los principales responsables del incremento del paro, con subidas de 4.900 personas en el caso de la hostelería y de 3.600 en el comercio. El campo sumó 1.800 desempleados y la pesca alrededor de 1.000. En el colectivo que lleva más de un año sin trabajar hay 3.600 parados menos; en otros 3.000 descendió en las actividades información y servicios financieros; y en 1.300 en administración pública. La tasa de paro pasa en la comunidad del 10,6% de diciembre al 10,9% al finalizar el primer trimestre. Entre los hombres fue del 10,1% y el 11,8% en mujeres. Su pico más alto está entre los gallegos de 16 a 19 años (53,3%) y en los de 20 a 24 años (25,4%).

En 640.500 hogares de la comunidad, todos los integrantes activos estaban ocupados. Son 4.900 menos que en diciembre. La cantidad de familias en la que todos sus miembros en disposición de trabajar carecían de empleo aumentaron en 4.900 hasta los 57.200.

Suscríbete para seguir leyendo