Las constructoras gallegas Copasa y Espina venden la mayor concesión vial de Uruguay por 213 millones

La primera tenía el 80% de participación y la segunda, el 20% | Los compradores son dos fondos de inversión

Uno de los últimos tramos de la autopista de Copasa y Espina.   | // L. O.

Uno de los últimos tramos de la autopista de Copasa y Espina. | // L. O. / Julio Pérez

Julio Pérez

Durante la inauguración hace solo mes y medio de los últimos 6,8 kilómetros incorporados a la arteria vial entre el centro y el oeste de Uruguay, su ministro de Transporte y Obras Públicas, José Falero, insistía en la “política de descentralización” para “generar una mayor cercanía entre el interior profundo y la capital, y entre el interior profundo y el interior profundo”. “Y ahí estamos —añadió— con esas rutas transversales que nos encantan y que nos unen a los pueblos”. Esta se bautizó como Circuito Vial Tres: Ruta Nº 14, un eje clave en el sistema de transporte del país porque, además de la vertebración interna, es el nudo de salida hacia Brasil y Argentina. Fue también hasta ahora la principal concesión en modelo de colaboración público-privada impulsada por el gobierno uruguayo y el estreno allí de la ourensana Copasa. Junto a la coruñesa Espina Obras Hidráulicas, del grupo Valtalia, lograron en 2019 la adjudicación del macroproyecto, que incluía las obras y la explotación de la infraestructura durante 17 años. Ambas compañías acaban de llegar a un acuerdo con dos fondos para la venta de la concesión por 213 millones. Los compradores son el brazo inversor de la británica Aberdeen en Latinoamérica y el fondo de Bestiver —una gestora perteneciente a Acciona— dedicado a infraestructuras. La operación incluye el importe de la deuda. La construcción inicial, según detalla Copasa, se financió con recursos propios del consorcio con Espina —que tenía el 20% del capital de la concesionaria—, financiación ajena obtenida en moneda local y los ingresos generados durante los primeros años de explotación. El propio Ministerio de Transporte uruguayo abona los pagos por disponibilidad. En 2022 la facturación ascendió a 23 millones y la previsión es llegar a los 29 millones de media anual.

“La operación se enmarca en la estrategia de las compañías de rotar activos operativos con el objetivo de maximizar la rentabilidad del capital empleado e impulsar nuevas inversiones”, aseguran Copasa y Espina.

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