El consumo de pescado y fruta se derrumba a su mínimo histórico pese a crecer el gasto

Los hogares gastan un 5% más en estos productos, pero se llevan menos cantidad a casa | Las familias de rentas más bajas son las más perjudicadas | La carne de pollo, al rescate

Puesto de pescado en la plaza de Lugo. | HUGO BARREIRO

Puesto de pescado en la plaza de Lugo. | HUGO BARREIRO / Lara Graña

Lara Graña

Unos 6.500 millones de euros dan para comprar mucha comida, pero no tanta como en años pasados. Ese importe es el gasto mensual que destinan los hogares españoles a la alimentación en los supermercados —de acuerdo al panel que elabora el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación—, y que contrasta con los 5.830 millones del mismo mes (abril, último del que hay información) del pasado ejercicio. A saber: las familias han pagado casi 700 millones de euros más en las cajas de los súpers (11,5% de subida), pero los kilos que terminaron en las neveras apenas medraron en un 3%. La presión inflacionaria no ha bajado todas las revoluciones, enchufada al máximo como consecuencia de la invasión de Ucrania y la sequía, y se nota. ¿En qué se traduce esto? Para una familia promedio gallega, por ejemplo, el gasto al mes per capita ha crecido hasta los 127 euros, pero la cantidad de comida se ha reducido en los últimos doce meses de 46 a 42 kilogramos. Con dos productos penalizados al extremo: el pescado y las frutas frescas.

Si observamos la evolución de la inflación, que detalla el Instituto Galego de Estatística (IGE), el pescado fresco y congelado ha sumado dos meses consecutivos de bajadas de precio, con una tasa anual negativa del 0,4%. Pero fuentes del sector consideran que el IVA que grava sus productos, en el 10%, ha desincentivado su consumo en comparación con los alimentos de “primera necesidad” a los que el Gobierno sí decidió eximir de tributación. El ministro en funciones de Pesca, Luis Planas, apuntó a LA OPINIÓN que la determinación de no tocar el IVA al pescado es firme en tanto no iba a tener impacto en las cestas de la compra. La industria disiente: “Hay un efecto llamada hacia los productos exentos de impuestos”, valora un directivo de la industria.

El propio comisario europeo de Pesca, Virginijus Sinkevicius, ha reiterado a este periódico que sí es posible validar una rebaja fiscal. “De acuerdo al nuevo sistema de tasas de IVA, vigente desde abril de 2022, los Estados miembros tienen la opción de aplicar una exención total a los productos alimenticios, incluidos los productos pesqueros. Dicho esto —abundó en una entrevista, realizada tras su visita a Galicia—, la experiencia reciente ha demostrado que las exenciones del IVA y los tipos reducidos pueden no tener el efecto deseado, ya que no siempre se refleja en el precio final que paga el consumidor”.

Según el panel de Ejecutivo, el consumo mensual de pescado por persona se ha derrumbado hasta los 1,5 kilos; nunca, en toda la serie histórica —arranca en el año 2001, todavía en era peseta— había estado a unos niveles tan pírricos. Lo mismo sucede con las frutas frescas. En junio la inflación asociada a este producto se contrajo en algo más de tres puntos interanuales, pero todavía está en unos niveles excepcionalmente elevados. Su traducción en el día a día ha sido evidente: 10.000 toneladas menos adquiridas por los hogares españoles (-3,6%) y un volumen de consumo per capita de 6 kilos. Es una reducción del 20% en apenas dos años, antes de que salieran a escena los primeros efectos de las tensiones geopolíticas que, a la postre, derivarían en una guerra en el corazón de Europa. ¿Gastaron menos las familias en pescados y frutas? En absoluto, lo hicieron en un 5% promedio más. Pero no fue suficiente para colmar más despensas y congeladores.

Sobre todo las de los hogares de rentas bajas, que consumieron las mismas cantidades de alimentos por persona (40,25 kilos) pero gastando un 16% más. Entre un consumidor de alto nivel adquisitivo y uno de bajo hay una diferencia mensual de 45 euros en estos productos, según el mismo barómetro. En el último mes analizado por el Ministerio destacan las subidas en ventas de huevos, aceites o productos lácteos y sus derivados, entre los que más se revalorizaron desde el inicio de esta escalada inflacionaria, aunque también avanzaron las de carne. Con un protagonista singular, el pollo, con una tasa de penetración creciente —la ratio de hogares que lo compran cada mes— y que roza ya el 80%.

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